H¨¦roes verdes
Me quedo con Jane Goodall, que dej¨® su Londres natal y su vida burguesa y se adentr¨® en la selva a defender a los gorilas
Contemplo sus rostros satisfechos, como signo inequ¨ªvoco del deber cumplido. Pero no de cualquier profesi¨®n lucrativa. Sino de algo vital que a todos nos incumbe. Y pienso ?qu¨¦ esplendidez la suya y cu¨¢n desbordante generosidad! Aparcan sus obligaciones y rutinas para dedicarse, en cuerpo y alma, a algo tan meritorio como impostergable: luchar por el futuro del planeta; ?ah¨ª es nada! Intentar salvarlo es su leitmotiv. Entre tan honorables personajes de los que el reportaje El ej¨¦rcito del medio ambiente (15-6-2014) nos da cuenta, una tiene sus predilecciones. Yo me inclinar¨ªa por Jane Goodall. Esa brit¨¢nica octogenaria, amante de los animales, cuya edad no ha significado inconveniente alguno para seguir dedicando su vida a los primates. Por los que dej¨® su Londres natal y su vida burguesa y privilegiada y se adentr¨® en la selva a defenderlos a ellos y a su h¨¢bitat. Una labor por la que ha sido laureada por Naciones Unidas, la Unesco y con el Pr¨ªncipe de Asturias, entre otros premios. ?Que el gran esfuerzo personal realizado por esos h¨¦roes infatigables del medio ambiente se vea ¨Cal fin¨C recompensado con nuestro respeto, mesura y conciencia!
Ecolog¨ªa an¨ªmica
?scar M. Lourido (Vigo)
Despu¨¦s de leer el art¨ªculo El ej¨¦rcito del medio ambiente (15-6-2014), me gustar¨ªa incluir en dicho elenco a una luchadora an¨®nima. La hemos homenajeado hace unos d¨ªas con motivo de su jubilaci¨®n. Es un ser vitalmente joven, que ha dedicado su vida a contrarrestar los efectos que el paso del tiempo y la enfermedad ejercen sobre cuerpos y mentes. Los cientos de pacientes que han recibido sus cuidados atestiguan su entrega, m¨¢s all¨¢ de lo que el sueldo y la profesionalidad exigir¨ªan. Ejerci¨® como auxiliar de enfermer¨ªa en un hospital que ahora llora en silencio su marcha.
Incansable activista frente al dolor ajeno, Marina jam¨¢s ha recibido una menci¨®n en los medios de comunicaci¨®n. Pero tras su estela, min¨²scula en apariencia, se agolpa una multitud agradecida. Son quienes han recibido, en el oto?o existencial, una sobredosis de ¡°ecolog¨ªa an¨ªmica¡±: destellos de color y calor humanos provenientes del arco¨ªris interior de esta guerrera de la esperanza.
Va desde aqu¨ª mi abrazo para ella y para las miles de Marinas que, con su generosidad, contribuyen a que nuestro malherido planeta siga siendo un agradable lugar para vivir¡
?Aqu¨ª hay reglas!
Wim van de Waal (Tacoronte, Tenerife)
He le¨ªdo con gran inter¨¦s el art¨ªculo de Jorge Carri¨®n titulado Contra el Frente Nacional (15-6-2014) y me qued¨¦ atrapado con la fotograf¨ªa que acompa?aba el art¨ªculo. Un grafito con la cara de Jean Moulin, el s¨ªmbolo franc¨¦s de la Resistencia contra los nazis durante la II Guerra Mundial, retratado sobre un muro en un barrio de la ciudad de B¨¦ziers por el artista Pierre Marqu¨¨s con algo m¨¢s abajo, las palabras: cr¨¦er, c¡¯est resister. Es en el mismo B¨¦ziers donde naci¨® Jean Moulin y cuya ciudad, en las ¨²ltimas elecciones europeas, eligi¨® al Frente Nacional con un 46,98% de los votos a favor. Qu¨¦ tremenda iron¨ªa y qu¨¦ absoluto desaf¨ªo a la resistencia de la inteligencia.
Pero contemplando bien la imagen me qued¨¦ curiosamente algo satisfecho. No s¨¦ si Pierre Marqu¨¨s hizo su grafito con intenci¨®n, eligiendo precisamente ese lugar, pero llama poderosamente la atenci¨®n que la pintura est¨¢ bajo la protecci¨®n de una se?al de tr¨¢fico que no permite la entrada (rodada). O sea, y as¨ª lo entiendo yo: el dibujo y todo lo que significa est¨¢ de alguna manera protegido. Como si quisiera decir: ¡°Aqu¨ª no todos pueden hacer lo que les viene en gana. Hay reglas¡±. Es a mi entender una clara pero sutil advertencia a los fascistas de antes y de ahora: ¡°Aqu¨ª no entras porque aqu¨ª creemos en los valores de la libertad y resistiremos si se repite lo irrepetible¡±.
Mi diario
Yolanda D?ez. (Correo electr¨®nico)
Soy una persona especial porque estoy ¡°tocada¡± a ra¨ªz de un traumatismo que me dej¨® en coma durante un mes con 27 a?os. Volv¨ª a nacer, y eso fue muy duro. Quienes hayan sufrido algo as¨ª lo entender¨¢n mejor. Conozco, pues, el poder m¨¢gico de escribir porque desde entonces ha formado parte de mi vida como herramienta para mejorar psicol¨®gicamente¡ Las ideas de la cabeza estaban revueltas, bailando por ah¨ª, y las hac¨ªa salir ordenadas en palabras formando frases¡ y qu¨¦ alivio. Ahora mismo lo estoy viviendo porque me encuentro un poco alterada y nerviosa. S¨¦ que escribiendo me calmar¨¦, es una terapia id¨®nea, c¨®moda, f¨¢cil, y por esto me ayudaron a crear un blog ¨Cmayady.blogspot.com¨C donde puedo ponerme en contacto con personas que sufren, o no, que pueden participar de la comunicaci¨®n por palabras. Corroboro as¨ª todo cuanto dice Gabriel Garc¨ªa de Oro en el art¨ªculo de psicolog¨ªa del suplemento del d¨ªa 8 de junio, titulado El m¨¢gico poder de escribir.
Banderas pol¨ªticas
?ngela Hualde (Correo electr¨®nico)
Nada, no hay manera. Cada vez que quiero dar una oportunidad a Almudena Grandes acabo m¨¢s desenga?ada. Me ce?ir¨¦ a su art¨ªcu?lo Noticias del pasado (15-6-2014). El olor a rancio y obsoleto que asocia a la Monarqu¨ªa solo se sostiene como un sentimiento personal: ni un solo argumento que relacione el aroma a lej¨ªa del colegio, la educaci¨®n represora y machista del franquismo y el color gris de las Cortes de entonces con la labor del Rey, su abdicaci¨®n y el futuro. Por favor, deje de usar los sentimientos como bandera pol¨ªtica. Estoy segura de que sabe pensar m¨¢s all¨¢ de consignas.
Buenos y malos recuerdos
M? ?ngeles Mu?oz (Madrid)
Querida Almudena, es un placer poder leer sus art¨ªculos, que, junto con los de su colega el se?or Javier Mar¨ªas, hacen que los domingos sean algo especiales desde el momento que tengo el suplemento en mis manos. ?Ay, yo tambi¨¦n he vuelto al pasado!, y aunque algunas cosas son muy nost¨¢lgicas y agradables, hay otras que no. Estudiaba en las Adoratrices y recuerdo el d¨ªa que mataron a Carrero Blanco, un gran impacto para un adolescente. El miedo al ver c¨®mo ven¨ªan los ch¨®feres de las ni?as de pap¨¢ a recogerlas mientras a las de la clase obrera nos ten¨ªan apartadas sin darnos ninguna explicaci¨®n. Cuando tuve la fuerza para preguntar a la madre superiora, me contest¨® con soberbia: ¡°Vosotras¡ esperad, que ya vendr¨¢n los autobuses a buscaros, lo primero es lo primero¡±. Por eso, hacia atr¨¢s ¨Ccomo bien dec¨ªa mi abuela¨C, ni para coger carrerilla. Me gustar¨ªa ver futuro.
No es f¨¢cil ser congruente
Gregorio Caballero (Correo electr¨®nico)
Creo que Javier Mar¨ªas es sin duda una de las personas m¨¢s coherentes que tenemos a la hora de dar sus opiniones, y que estas nos sirven para razonar con otras personas y ver con la atenci¨®n que las escuchan.
No es f¨¢cil ser congruente con los dem¨¢s ni con uno mismo. Para eso hay que dar pruebas y que la gente se las crea, y ¨¦l las ha dado rechazando la remuneraci¨®n de alg¨²n premio. ¡°Quiso la honestidad huir de vientos de hipocres¨ªa, cuando empujaban olas pre?adas de sabidur¨ªa.
No sinti¨® cantos de sirena en r¨ªos de agua dulce, donde la palabra nadaba con remos libres.
Vano el viento de guiar el barco la conciencia le ba?¨® en cuna de entusiasmo.
Caminante de cesta y pan, donde la palabra no duerme vestida de honestidad mirando el horizonte¡±.
El trabajo bien hecho
Gemma C¨¢novas (Barcelona)
Leyendo el art¨ªculo del se?or ?Javier Mar¨ªas Anteayer mismo (15-6-2014), me he sentido identificada ¨Csalvando las diferencias¨Ccuando describe la personalidad de su padre y la tendencia por parte de determinados personajes a apropiarse de la dimensi¨®n intelectual del fallecido. Mi madre, doctora en Psicolog¨ªa, escritora y profesora de universidad, de inteligencia brillante, entusiasta y muy trabajadora, no supo detectar a ciertas personas que la adulaban, como ¨¦l bien dice, con ?¡°fines espurios¡±. Finalmente lo que cuenta, como dec¨ªa ella, es el trabajo bien hecho y la dignidad a lo largo de la vida, lo dem¨¢s son oropeles que se disuelven como gotas en el oc¨¦ano. Felicidades, se?or Mar¨ªas, por sus art¨ªculos. En su inmensa mayor¨ªa aportan ox¨ªgeno.
Recuerdos hilvanados
Enrique Ib¨¢?ez Casta?o (Correo electr¨®nico)
Se?or Mar¨ªas, debo decir primero que las acerbas cr¨ªticas que prodiga a los pol¨ªticos, la banca, la Iglesia y otros estamentos, aunque casi siempre bien merecidas, me parecen a veces exageradas o apoyadas en ejemplos o argumentos poco justificados. Hasta aqu¨ª mis discrepancias, que no impiden que su colaboraci¨®n dominical sea lo primero que leo de la revista.
Pero lo que me ha animado a dirigirle esta carta ha sido su ¨²ltimo art¨ªculo, dedicado a su padre. Me ha parecido hermos¨ªsimo y tan digno del homenajeado como de quien lo firma. Me ha hecho recordar a mi propio padre, que, aunque autodidacta, era un gran lector con un criterio casi siempre acertado, y que con frecuencia se refer¨ªa a Juli¨¢n Mar¨ªas como un gran personaje al que solo conoc¨ªa a trav¨¦s de sus escritos.
Mi mujer me recuerda que era en La Gaceta Ilustrada donde le¨ªamos sus colaboraciones habituales, e incluso se acuerda de una de ellas en que comentaba la importancia de la apariencia externa de los personajes p¨²blicos, m¨¢s influyente que el contenido de sus discursos o incluso de sus actos, a la hora de conseguir seguidores.
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