Los relojes y los tiempos
Bolivia cambia los relojes pero no viejas situaciones discriminatorias
En 1943 el pintor vanguardista uruguayo Joaqu¨ªn Torres Garc¨ªa le dio la vuelta a? un mapa de Sudam¨¦rica y escribi¨®: ¡°Nuestro Norte es el Sur¡±. D¨¦cadas despu¨¦s, el fallecido Hugo Ch¨¢vez retom¨® con gran ¨¦xito el concepto y el mapa al rev¨¦s se convirti¨® en un s¨ªmbolo de reivindicaci¨®n pol¨ªtica bolivariana. La lucha contra ¡°el Norte colonizador¡± deb¨ªa verse en todos los ¨¢mbitos de la vida cotidiana. Siguiendo esta estela, el Gobierno boliviano ha decidido que los relojes del pa¨ªs andino marquen la hora al rev¨¦s. El Ejecutivo de Evo Morales siempre ha sido especialmente beligerante en cuesti¨®n de s¨ªmbolos. Por ejemplo. la whipala o bandera ind¨ªgena tiene el mismo rango de oficialidad que la nacional tricolor. A las 24 horas de ser investido por primera vez presidente en 2006, Morales fue reconocido como Apu Maliku ¡ªl¨ªder supremo, el primero desde Tupac Amaru¡ª por chamanes en una ceremonia celebrada en las ruinas de Tihuanaco.
Sin embargo el cambio en los relojes ha causado pol¨¦mica, alimentada en parte por las justificaciones dadas por el ministro de Exteriores, David Choquehuanca. Entre otras cosas, asegura que para entender la nueva disposici¨®n num¨¦rica s¨®lo es necesario ¡°hacer funcionar los dos hemisferios del cerebro¡±. No es tan f¨¢cil (pruebe el lector a cantar la canci¨®n de Sabina ¡°y nos dieron las diez...¡± con el horario del sur). Para ir exponiendo la idea al mundo, los jefes de Estado asistentes a la reciente cumbre del G?77 y China en Santa Cruz de la Sierra han sido obsequiados con un reloj con la nueva disposici¨®n num¨¦rica. No constan comentarios.
Hay veces en que los ¨¢rboles no dejan ver el bosque y, en este caso, los n¨²meros del reloj impiden ver otras cifras, como las fechas de nacimiento. Porque en nombre de la tradici¨®n, Morales ha aprobado una legislaci¨®n que permite trabajar como aut¨®nomos a los ni?os de 10 a?os (que habitualmente trabajan). Una medida que, advierten numerosas ONG, consagra legalmente una injusticia ancestral y puede perpetuar la situaci¨®n de indigencia de miles de menores. Una demostraci¨®n m¨¢s de que cambiar los relojes resulta f¨¢cil; lo dif¨ªcil es cambiar los tiempos.
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