Cuando creemos que el mundo es justo
Si quisieras que un grupo de estudiantes ayudaran en acciones humanitarias, ?cu¨¢ndo ser¨ªa un buen momento para propon¨¦rselo, antes de los ex¨¢menes o en medio del ciclo acad¨¦mico donde disponen de m¨¢s tiempo? La psicolog¨ªa social ha demostrado que el mejor momento es cuando est¨¢n a punto de examinarse. Motivo: muchas personas piensan que el ¡°mundo es justo¡± y si ayudan a otros m¨¢s desvalidos, creen que ser¨¢n recompensados en sus notas. Evidentemente, todos sabemos que la injusticia habita a sus anchas en el planeta, que las personas que sufren la guerra o los maltratos, por ejemplo, no son culpables. Sin embargo, la creencia del ¡°mundo es justo¡± se refiere fundamentalmente a los hechos que nos afectan a nosotros mismos o a personas que tenemos cerca. Desde este enfoque, pensamos que los actos buenos producen recompensas, mientras que los actos malvados derivan en castigos. As¨ª lo observ¨® Lerner en la d¨¦cada de los setenta despu¨¦s de observar c¨®mo trataban los enfermeros de los hospitales psiqui¨¢tricos a sus pacientes. Eran amables y gente educada con ellos, sin embargo, les culpaban de sus males (!). Aquello dio pie a una investigaci¨®n que demostr¨® que las personas necesitamos justificar lo que ocurre a nuestro alrededor. El azar en s¨ª mismo nos cuesta mucho de entender y nos llenamos de justificaciones que intenten explicar por qu¨¦ las cosas suceden. Veamos algunas investigaciones que demuestran la creencia de que el mundo (o nuestro mundo) es ¡°justo¡± o intentamos que as¨ª sea.
Lerner y su equipo hicieron un experimento en la Universidad de Kansas. Setenta y dos mujeres observaron c¨®mo una persona recib¨ªa descargas el¨¦ctricas cuando contestaba mal a las respuestas del estudio del que formaba parte. Como nos podemos imaginar, las descargas eran falsas y quien las recib¨ªa era un actor c¨®mplice con los investigadores. Al principio, las mujeres eran emp¨¢ticas y se sent¨ªan mal con el sufrimiento del pobre torturado, pero a medida que las descargas eran mayores y al no poder hacer nada por evitarlo comenzaron a negar el sufrimiento de la persona, con pensamientos del tipo: ¡°Quiz¨¢ has hecho algo por lo que te lo mereces¡± o ¡°puede que no sea tan doloroso¡±. Con este tipo de reflexiones, reduc¨ªan su malestar.
La creencia de que el mundo es justo nos lleva a interpretar tambi¨¦n la suerte, como demostraron Callan, Ellard y Nicol en 2006. Facilit¨® a los participantes de una investigaci¨®n dos historias diferentes: en una de ellas el protagonista obten¨ªa un evento positivo por azar (ganar la loter¨ªa), y en la otra pasaba por una situaci¨®n negativa tambi¨¦n por azar (ser v¨ªctima de un accidente de autom¨®vil). A un grupo de personas se les ofreci¨® datos para pensar que el protagonista de la loter¨ªa era ¡°buena persona¡± y a otros, que no lo era en absoluto. Del mismo modo, se hizo con el protagonista del accidente. Pues bien, cuando se les ped¨ªa a los participantes que justificaran por qu¨¦ a uno le hab¨ªa tocado la loter¨ªa ocurr¨ªa algo interesante: si pensaban que era ¡°buena persona¡±, dec¨ªan que era porque se lo merec¨ªa; si cre¨ªan que era ¡°mala persona¡±, lo interpretaban por azar. Justo lo contrario del caso del accidente: el que hab¨ªa sido ¡°mala persona¡± se lo merec¨ªa; mientras que el que ten¨ªa un comportamiento ejemplar hab¨ªa sido v¨ªctima de la mala suerte. Por tanto, seg¨²n la creencia del mundo justo pensamos que si nos portamos bien, tendremos recompensas y que algo nos lo va a reconocer. Los guionistas de las series tambi¨¦n tienen muy en cuenta dicha creencia. Curiosamente todos los que fallecen en la serie de ¡°1000 maneras de morir¡± son ¡°malas personas¡± o, incluso, los cap¨ªtulos del doctor House terminan vi¨¦ndose al protagonista en su soledad. De ese modo, pensamos ¡°es duro, pero se lo merece¡±; o ¡°es ¨¢cido pero, pobrecillo, no es feliz¡±. Nos sentimos m¨¢s aliviados, nos caen mejor personajes ir¨®nicos y, por supuesto, seguimos viendo m¨¢s cap¨ªtulos de dichas series.
En definitiva, nuestra mente intenta justificar todo cuanto nos ocurre para poder anticipar el futuro o para sentirnos m¨¢s aliviados y para ello, aludimos a todas las explicaciones posibles incluyendo temas de predestinaci¨®n si hiciera falta. El problema es que esta necesidad encierra una trampa. El azar existe al igual que la injusticia o al menos la incomprensi¨®n de la realidad tal y como la analizamos. Somos fr¨¢giles y hemos de aceptar nuestra impotencia cuando nos topamos con situaciones que nos superan. Posiblemente, la mente se sienta m¨¢s inc¨®moda, pero es m¨¢s honesto reconocer que el mundo no es necesariamente justo en el sentido en que en occidente entendemos por justicia, por mucho que nos empe?emos en querer verlo as¨ª: un mundo de buenos y malos, de premios y castigos.
Referencias
Callan, M.J., Ellard, J.H. & Nicol, J.E. (2006). The belief in a just world and immanent justice reasoning in adults. Personality and Social Psychology Bulletin.
Lerner, M.J. (1965). Evaluation of performance as a function of performer¡¯s reward and attractiveness. Journal of Personality and Social Psychology.
Imagen: Jos¨¦ Castillo
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