Una reforma fiscal partidista
Esta entrada ha sido escrita por Ignacio Zubiri,Catedr¨¢tico de Hacienda de laUniversidad del Pa¨ªs Vasco
Foto: Ricardo Guti¨¦rrez/EL PA?S.
La reforma del gobierno es una rebaja fiscal del IRPF y del Impuesto de Sociedades (IS). En el primer caso se reducen los tipos generales, se minora la tributaci¨®n del ahorro, se limitan algunas deducciones y se a?ade un toque de aparente preocupaci¨®n social con deducciones familiares y para discapacitados. M¨¢s aparente que real porque, por un lado, se excluye de estos beneficios a quienes no est¨¢n trabajando y, por otro, buena parte de estos beneficios (especialmente los familiares) pueden acabar beneficiando m¨¢s a las rentas m¨¢s altas. Si al gobierno realmente le preocupara el gasto social, mantendr¨ªa los impuestos y aumentar¨ªa el gasto en servicios sociales. En el IS se bajan los tipos y se mantienen o transforman la mayor¨ªa de las deducciones. Por otro lado, con buena l¨®gica, se consolidan algunas medidas limitadoras de beneficios fiscales (limitaci¨®n a la deducci¨®n intereses y compensaci¨®n de bases negativas o no deducci¨®n de ciertas p¨¦rdidas del valor contable de activos).
El coste de la rebaja es de 9000 millones (casi un punto del PIB). La rebaja se f¨ªa a largo plazo (las declaraciones del 2016 se presentan en 2017) y se conf¨ªa en las privatizaciones y el crecimiento para que no lleve a Espa?a a la desestructuraci¨®n (por reducci¨®n generalizada del gasto) o la precariedad financiera (por incumplimiento del d¨¦ficit). En todo caso, incluso en el mejor de los escenarios, el gobierno va a gastar 9000 millones de euros menos que si no hubiera hecho la reforma.
Esta reforma tiene varios problemas. Los m¨¢s importantes son:
1. T¨¦cnicamente est¨¢ muy mal dise?ada. Antes de la reforma el sistema fiscal ten¨ªa numerosos agujeros legales (exenciones, deducciones, etc.) y m¨²ltiples v¨ªa de evasi¨®n y elusi¨®n. El resultado era un sistema fiscal con una capacidad recaudatoria muy limitada que ten¨ªa tipos altos y recaudaci¨®n baja. La reforma apenas toca las deducciones y no hace casi nada para reducir la elusi¨®n o el fraude fiscal. Por tanto hemos pasado de un sistema con tipos altos y recaudaci¨®n baja a otro con tipos bajos y recaudaci¨®n a¨²n m¨¢s baja.
2. Es muy regresiva. La reforma baja los impuestos para casi todos. Eso es cierto. El problema es que a unos se los bajan 200 euros y a otros 3.000, o m¨¢s. Al mismo tiempo se deterioran (o no mejoran) los servicios p¨²blicos. Dado que las rentas bajas son las que m¨¢s usan esos servicios, aunque le den un par de cientos de euros m¨¢s acabar¨¢ viviendo peor porque la sanidad ser¨¢ peor, la educaci¨®n m¨¢s deficiente o, si va al paro, recibir¨¢ prestaciones m¨¢s bajas. Las rentas altas, las de capital y las empresas ganan por una doble v¨ªa. Primero, por lo que les hace la reforma (bajarles sustancialmente los tipos efectivos) y, segundo, por lo que no les hace (no cerrar v¨ªas de elusi¨®n y de evasi¨®n).
3. Puede retrasar la salida de la crisis. La reducci¨®n de impuestos aumenta el gasto privado pero al mismo tiempo reduce el gasto p¨²blico. Si la reducci¨®n del gasto es igual a la de impuestos, adem¨¢s del deterioro de las prestaciones p¨²blicas, se producir¨¢ una contracci¨®n de la demanda agregada (como parte de la rebaja fiscal se ahorra, la reducci¨®n de demanda p¨²blica ser¨¢ mayor que el aumento de demanda privada). Si la reducci¨®n del gasto es menor que la bajada de impuestos, se podr¨¢ en riesgo un objetivo de d¨¦ficit que, de hecho, casi nadie cre¨ªa que se iba a cumplir incluso antes de la bajada de impuestos. Este incumplimiento (debido adem¨¢s a una bajada de impuestos) crear¨ªa tensiones financieras y con la UE.
Estos efectos se pueden minorar porque la rebaja es plazos (y puede revocarse antes de acabar), porque se van a privatizar empresas o porque la econom¨ªa crezca de forma inesperada (por razones ajenas a la reforma). Pero eso ¨²ltimo no es demasiado probable lo que implica que, si la reforma sigue hasta el final, puede acabar siendo muy perjudicial, especialmente para algunos.
Dos cualificaciones finales. Por un lado hay que se?alar que la parte mas importante del recorte de ingresos la soportar¨¢ el Estado y, por tanto, son sus prestaciones las que est¨¢n en mayor riesgo. Por otro lado hay que se?alar que la rebaja no afectar¨¢ tampoco a los incentivos. Es verdad que, por ejemplo, las empresas, contratan m¨¢s gente si sus beneficios aumentan porque venden m¨¢s. Pero si sus beneficios aumentan por pagar menos impuestos no van a contratar a nadie m¨¢s. Simplemente el ahorro fiscal se ir¨¢ a dividendos. Si la reforma contrae la demanda agregada y no afecta a los incentivos decir, como hace el gobierno, que va a aumentar el PIB, aunque s¨®lo sea un 0,55%, suena a broma poco cre¨ªble.
En suma, se trata de una reforma fiscal que sin ganancia global alguna se limita a transferir recursos de usos p¨²blicos a usos privados. Y eso a riesgo del d¨¦ficit y las prestaciones p¨²blicas.
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