Vigilar al vigilante
El control judicial y parlamentario es imprescindible en las tareas de seguridad
El dilema entre libertad y seguridad se presenta de forma permanente en nuestra sociedad. Las nuevas tecnolog¨ªas de todo tipo que desarrollamos lo agudizan y nos animan a que reflexionemos sobre la manera como las utilizamos. Estamos hablando del uso sistem¨¢tico de c¨¢maras de v¨ªdeo, de drones, de controles en los aeropuertos y desde luego de la vigilancia que se ejerce a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n en red. Antes de que estas extraordinarias tecnolog¨ªas se vuelvan en nuestra contra, deberemos vigilar c¨®mo se manejan los sistemas de vigilancia. Estas cuestiones han sido el objeto de una opini¨®n del Grupo Europeo de ?tica de las Ciencias y la Nuevas Tecnolog¨ªas que se present¨® hace poco al presidente de la Comisi¨®n Europea.?
Cuando hablamos de tecnolog¨ªas de vigilancia hablamos de un conjunto variado de herramientas que podemos ejemplarizar con las c¨¢maras de televisi¨®n que encontramos en multitud de espacios p¨²blicos y privados. Basta observar la frecuencia con que permiten demostrar la presencia de alguien cerca del lugar de alg¨²n suceso para indicar su utilidad, pero tambi¨¦n para constatar que somos observados de forma casi continua. Varias tecnolog¨ªas nuevas est¨¢n cambiando el panorama, por ejemplo las que permiten identificar a personas individuales. Utilizamos ya las huellas dactilares, pero tambi¨¦n se pueden analizar rasgos faciales, el iris del ojo o incluso el ADN a partir de muestras min¨²sculas.
Podemos pensar en sistemas que identifiquen de forma autom¨¢tica a personas individuales que se encuentran en un entorno definido o que incluso permitan identificar personas que se comporten de forma determinada en alg¨²n lugar. Otro desarrollo discutido es el de las c¨¢maras transportadas por veh¨ªculos volantes no tripulados, los drones. Estos se han conocido sobre todo por sus usos militares, pero se prev¨¦ que su mayor utilidad ser¨¢ en agricultura, y desde luego pueden ser ¨²tiles para la vigilancia a distancia de individuos sospechosos. Sin embargo preocupa que se desarrollen drones que tomen decisiones de forma autom¨¢tica o que se conviertan en mecanismos de seguimiento en manos de cualquiera.
Tenemos tambi¨¦n pruebas de que los sistemas de comunicaci¨®n por las ondas y por la Red pueden ser interferidos para procesar la informaci¨®n que transita por ellas. En la actualidad por la Red circulan de forma continuada datos nuestros que tienen que ver con nuestros desplazamientos, nuestras transacciones econ¨®micas o nuestra salud, sin hablar, evidentemente, de nuestras conversaciones y mensajes. Las revelaciones de Edward Snowden han permitido exponer al gran p¨²blico la existencia de sistemas complejos que se han puesto en marcha con la pretensi¨®n de detectar comportamientos sospechosos y prevenir posibles actos criminales aunque parece que han derivado en m¨¢quinas de vigilancia sistem¨¢tica.
La intrusi¨®n que se produce en los derechos del individuo debe ser proporcional al beneficio que se pretende obtener
En el futuro los actuales desarrollos pueden plantear cuestiones nuevas. Por ejemplo, los sistemas de observaci¨®n est¨¢n siendo cada vez m¨¢s generalizados. En alg¨²n momento podemos pensar que todo el espacio p¨²blico est¨¦ ocupado por sistemas de control. Estos sistemas est¨¢n reduciendo su tama?o y ya tenemos c¨¢maras miniaturizadas que quiz¨¢ en escenarios futuristas pueden montarse sobre sistemas diminutos en vuelo. Desarrollamos sistemas autom¨¢ticos de an¨¢lisis de las im¨¢genes y de los mensajes que identifiquen comportamientos que podamos interpretar de forma que podamos tomar acciones para prevenir actos criminales. Y desde luego todo ello acoplado a potentes sistemas inform¨¢ticos con algoritmos que relacionan los datos obtenidos de los sistemas bancarios, de telecomunicaci¨®n, de salud o de h¨¢bitos de consumo.
Es en este contexto que se puede proponer un conjunto de criterios para el uso de las nuevas tecnolog¨ªas de vigilancia: que se apliquen para un prop¨®sito determinado y que no se extienda para cualquier otro uso; que se apliquen durante un periodo de tiempo definido; que la intrusi¨®n que se produce sobre los derechos del individuo sea proporcional al beneficio que se pretende obtener. Y todo ello teniendo en cuenta que nada justifica renunciar al respeto de la dignidad del individuo. Por ello, si hay que utilizar tecnolog¨ªas de vigilancia y si hay que hacerlo con sigilo, un control parlamentario y judicial es imprescindible y que se designen responsables de su uso. A este respecto, la experiencia demuestra que es necesario proteger a aquellos individuos que se arriesgan a denunciar pr¨¢cticas irregulares de las que la sociedad en su conjunto puede no ser consciente.
Europa pretende ser una sociedad de valores compartidos. La forma como ejercemos la vigilancia de los ciudadanos, en el interior y el exterior de la Uni¨®n, puede evolucionar en el futuro con el desarrollo de tecnolog¨ªas nuevas y poderosas. Podemos aceptar que nuestra libertad o nuestra privacidad se limiten para poder vivir en un entorno de seguridad que facilite nuestras vidas. Sin embargo no podemos aceptar que pongan en peligro la dignidad de los ciudadanos ni que se limite nuestra libertad sin nuestro consentimiento. Por esta raz¨®n es necesario que seamos conscientes de lo que nos jugamos y que trabajemos para que se utilicen estas tecnolog¨ªas de forma transparente y en el marco que nos parezca aceptable a la mayor¨ªa de los ciudadanos.
Pere Puigdom¨¨nech es miembro del Grupo Europeo de ?tica de las Ciencias y las Nuevas Tecnolog¨ªas de la Comisi¨®n Europea.
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