Picante
Todo picante es poco. En los m¨ªtines, las masas republicanas piden la cabeza de Obama
Ya tenemos al hombre. Ya sabemos, por fin, quien mat¨® a Kennedy. Fue el l¨ªder de Podemos: Pablo Iglesias.
Hay un extraordinario telefilme sobre la campa?a a la presidencia de los Estados Unidos en el 2008, en la que se enfrentaron el senador republicano John McCain, un ¡°h¨¦roe americano¡±, y el hasta entonces casi desconocido Barack Obama. La pel¨ªcula se titula Game Change (premio Emmy 2012). De lo que conozco, la mejor realizaci¨®n sobre un asunto pol¨ªtico contempor¨¢neo. El ¡°cambio de estrategia¡± al que se refiere el t¨ªtulo es el giro que introduce la irrupci¨®n de Sarah Palin al lado de McCain como candidata a la vice-presidencia. Todo es tan ver¨ªdico a la hora de mostrar el lado oscuro de una campa?a que no me extra?ar¨ªa que Palin fuese recordada por la interpretaci¨®n que de ella hace la actriz Julianne Moore. El momento crucial es cuando el discurso fan¨¢tico de Palin relega al m¨¢s moderado de McCain. Se deja a un lado el lema patri¨®tico de ¡°lo primero es el pa¨ªs¡±, y toda la maquinaria se concentra en la construcci¨®n del enemigo, Obama como Sat¨¢n, para luego abrasarlo. No importan las explicaciones. No importa que el dem¨®crata condene el terrorismo. En la excitaci¨®n de la caza simb¨®lica al hombre, se activa lo que Karl Popper llam¨® ¡°la ley de las especies picantes¡±. Todo picante es poco. En los m¨ªtines, las masas republicanas piden la cabeza de Obama: Socialista, musulm¨¢n, extranjero... ?Acompa?ante de terroristas! ?Terrorista! McCain est¨¢ inc¨®modo, pero la din¨¢mica parece imparable. Hasta que se produce lo que los cl¨¢sicos griegos llamaban ¡°dignidad en la ca¨ªda¡±. Hacia el final de la campa?a, alguien suelta una barbaridad sobre Obama. El h¨¦roe de guerra McCain se revuelve: ¡°Es un padre de familia decente como yo... Pensamos diferente, pero somos conciudadanos americanos¡±.
Fin de la historia.
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