La basura es una mina
Gestionar y reciclar la basura es un negocio con una industria al alza. En el Tercer Mundo la manipulaci¨®n se realiza sin control
La c¨¢scara del huevo que acabamos de comer, las zapatillas ruinosas a las que hemos dado trote durante a?os, el m¨®vil obsoleto que ya no nos permite estar conectados, el bote de lej¨ªa que deja la ropa m¨¢s blanca, la caja donde lleg¨® la ¨²ltima compra que hicimos por Internet, el pl¨¢stico con el que envolvimos el bocadillo, el envase del yogur de media tarde, las luces del ¨¢rbol de Navidad que hace a?os no parpadean, esa lata del refresco que nos supo a gloria, las llantas desgastadas que ped¨ªan a gritos un cambio, el televisor que se fundi¨® sin avisar, el peri¨®dico de ayer, el ordenador que se cuelga a la m¨ªnima, el coche que ya no quiere nadie y tiene que ir al desguace, la pelota de baloncesto reventada, las botellas de cerveza del ¨²ltimo partido con los amigos¡ ?Se apuntan a seguir anotando cu¨¢ntas cosas consumimos a la largo del d¨ªa que terminan generando basura? No olvidemos que a los residuos caseros hay que sumar todos los que crea la industria, el comercio, la actividad agraria y ganadera¡ incluso los que flotan en la ¨®rbita terrestre como resultado de la destrucci¨®n de sat¨¦lites y cohetes. Se terminar¨ªa el espacio de este art¨ªculo y no acabar¨ªamos de enumerarlos. Desechos hay de todos los colores, materiales y formas, y en cantidades ingentes. Y es una obviedad recordar que a m¨¢s riqueza, m¨¢s basura. Tambi¨¦n m¨¢s cubos diferenciados para recogerlos y un inter¨¦s creciente para avanzar en los procesos de reciclaje y reutilizaci¨®n de los materiales desechados.
El estudio What a waste, publicado por el Banco Mundial en marzo de 2012, afirma que cada d¨ªa en el mundo sacamos m¨¢s de 3,5 toneladas de residuos s¨®lidos de nuestras casas al contenedor, pero alerta sobre que esta cantidad aumentar¨¢ a m¨¢s de seis millones de toneladas diarias cuando se cumpla el primer cuarto de este siglo. Por poner un ejemplo m¨¢s gr¨¢fico, s¨®lo los 14 millones de toneladas de envases que se han reciclado en Espa?a desde 1998, a?o en el que naci¨® Ecoembes (organismo que gestiona la recogida y recuperaci¨®n de envases dom¨¦sticos ligeros y de cart¨®n y papel), habr¨ªan colmado el volumen de capacidad de 1.100 estadios de f¨²tbol como el Santiago Bernab¨¦u. ?Podemos imaginar esa cordillera de botes, latas, briks, cartones y envases de pl¨¢sticos? ?Le sumamos s¨®lo algunos de los ejemplos que hemos enumerado al inicio de este art¨ªculo?
Este negocio interesa a todos. por razones ambientales, para generar empleo que exige I+D y para evitar extraer materias primas que son recuperables
Europa Occidental y Norteam¨¦rica se llevan el premio de mayores generadores de residuos urbanos. Pero de cerca le siguen pa¨ªses como Kuwait y muchos del Caribe (Antigua y Barbuda, Barbados¡), Sri Lanka o Nueva Zelanda. Las ciudades de pa¨ªses emergentes van escalando puestos r¨¢pidamente y adem¨¢s tienen aut¨¦nticos problemas para gestionar sus residuos. Ah¨ª est¨¢n los vertederos de Laogang en Shangh¨¢i (China), Jardim Gramacho en R¨ªo de Janeiro o Bordo Poniente en M¨¦xico DF, que compiten por ser los m¨¢s grandes del mundo, con m¨¢s de 10.000 toneladas de residuos recibidas cada d¨ªa. En el lado contrario de la balanza, Ghana, Nepal, Uruguay, Mozambique e Ir¨¢n son los pa¨ªses que menos basura producen. Pero si llega el ansiado desarrollo, tambi¨¦n lo har¨¢ una monta?a creciente de desechos. El problema es real, global y progresivo. Las soluciones tambi¨¦n deben serlo. Una buena noticia es que ya hay muchos empresarios en diversos pa¨ªses del mundo que ven en lo que otros tiran su par?ticular mina de oro: materia prima que adem¨¢s todos est¨¢n deseando quitarse de encima. La mala es que demasiados de los desperdicios de los pa¨ªses occidentales se exportan, en un alto porcentaje ilegalmente, a pa¨ªses del Tercer Mundo, donde los residuos son manipulados de forma poca segura e insalubre para las personas y para el medio ambiente.
Gestionar, clasificar y reciclar son las palabras m¨¢gicas de este negocio que, bien realizado, interesa a todos, en primer lugar por razones medioambientales y de sostenibilidad de un planeta amenazado desde demasiados frentes; tambi¨¦n como una oportunidad de avance en un sector generador de empleo que exige investigaci¨®n y desarrollo para conseguir soluciones cada vez m¨¢s eficientes y verdes para nuestra basura, y tambi¨¦n como forma de evitar castigar en exceso a la naturaleza extrayendo de sus entra?as materias primas que se pueden recuperar de los productos ya consumidos y desechados. Los desechos son un recurso y enterrarlos en vertederos es despreciarlos de forma incomprensible.
Gestionar correctamente los residuos supondr¨ªa un ahorro para los pa¨ªses comunitarios de 72.000 millones de euros, la creaci¨®n de m¨¢s de 400.000 puestos de trabajo y un aumento del negocio anual del sector de 42.000 millones de euros, seg¨²n los esclarecedores datos de la Comisi¨®n Europea (CE) que recoge un informe de la asociaci¨®n ecologista Amigos de la Tierra. Si se cumpliera la estrategia de la CE, se ayudar¨ªa a crear 2,4 millones de empleos y un volumen de negocio de 187.000 millones de euros.
Reciclar es una cuesti¨®n de econom¨ªa y de sostenibilidad. Hacerlo es la salida para liberarnos de los residuos y de las sustancias t¨®xicas que producen y que la naturaleza es incapaz de degradar. Por ejemplo, la mayor¨ªa de los pl¨¢sticos no son biodegradables y pueden permanecer donde se depositen hasta 500 a?os; la basura org¨¢nica llega a contaminar suelos y mantos acu¨ªferos, y muchos de los componentes de los inventos tecnol¨®gicos que nos acompa?an cada d¨ªa resultan muy peligrosos si no son tratados adecuadamente.
A pesar de los avances en este sentido, las im¨¢genes del reciclado son muy diferentes seg¨²n el lugar del mapa mundial en el que se fije la mirada, pero todas empiezan en el mismo punto, en el usuario primario. Un consumo m¨¢s responsable y la colaboraci¨®n de los ciudadanos, fabricantes y distribuidores, en el proceso de selecci¨®n de los residuos facilita el trabajo de recuperaci¨®n y reciclado de una forma casi inimaginable para quienes s¨®lo piensan en lo molesto que puede resultar tener entre cuatro y cinco cubos diferentes en el hogar para depositar los restos de cada d¨ªa (b¨¢sicamente org¨¢nico, envases ligeros, vidrio, papel y cart¨®n, y restos mezcla).
Cualquiera que visitara una planta de clasificaci¨®n del vertedero m¨¢s pr¨®ximo a su hogar volver¨ªa con otra conciencia de lo que se debe hacer y por qu¨¦. En 2010 se recogieron 24,4 millones de toneladas (Tm) de residuos urbanos en Espa?a, unos 535 kilos por habitante, Seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). Asistir al espect¨¢culo de lo que se llama una playa de descarga en cualquier planta de clasificaci¨®n anima a realizar el esfuerzo en casa.
En Ajalvir (Madrid) visitamos una dedicada a separar los distintos envases de vidrio (de los que los espa?oles, seg¨²n datos facilitados por Ecovidrio, reciclaron casi 17 millones en 2013). A ella llegan m¨¢s de 70.000 Tm anuales de este material para separarlo por colores y conseguir el calc¨ªn, la materia prima que despu¨¦s se llevar¨¢ a las f¨¢bricas de vidrio para volver a crear nuevas botellas y recipientes blancos, verdes, topacio¡ Pero antes hay que rechazar envases de pl¨¢stico, loza, cer¨¢mica, vajillas, copas, papel, corchos, incluso pa?ales de beb¨¦, que no deber¨ªan haber acabado en el contenedor verde. Productos que contaminan el calc¨ªn y perjudican a la maquinaria que se utiliza porque funden a distintas temperaturas que el vidrio.
Los ecologistas hablan de desastre y ¨¦ste se hace evidente en pa¨ªses del tercer mundo, especialmente si se trata de basura tecnol¨®gica
En la planta de clasificaci¨®n de envases ligeros de Picassent (Valencia), por ejemplo, llegan 23.000 Tm anuales, y a pesar de ser material previa y supuestamente separado en origen, su visi¨®n estremece. Entre un 20% y un 22% son impropios que no deber¨ªan haberse depositado en el contenedor amarillo (aparecen cientos de zapatos o, por incre¨ªble que parezca, un tresillo completo); despu¨¦s hay que separar hasta siete fracciones distintas de la monta?a de botellas, latas, films, bolsas, briks¡: politereftalato de etileno (PET), polietileno de alta densidad (PEAD), pl¨¢stico mezcla, hierro, aluminio y pl¨¢stico film. Por suerte, la planta cuenta con tecnolog¨ªa avanzada, pero la clasificaci¨®n de las distintas balas que quedan ordenadamente prensadas y apiladas a la espera de la recogida diaria del correspondiente recuperador resulta, a los ojos de un ne¨®fito, poco menos que un milagro.
A pocos kil¨®metros, en el municipio de Alzira, ClearPet recicla envases exclusivamente de PET. Un edificio de dise?o sorprende al visitante que desde un amplio ventanal circu?lar en la primera planta puede atisbar una especie de oc¨¦ano de balas de envases de este material que constituyen lo que los directivos de la empresa llaman su ¡°stock de seguridad¡±. En esta f¨¢brica, que comenz¨® a funcionar en noviembre de 2012, se hace un nuevo proceso de selecci¨®n del pl¨¢stico por tipo de material y colores para, despu¨¦s de triturar, limpiar y enjuagar una y otra vez, conseguir una nueva materia prima en forma de escamas que vender¨¢n a fabricantes para crear l¨¢minas de pl¨¢stico que volver¨¢n a formar parte de botellas, bl¨ªsteres, bandejas para fruta¡ ¡°El sistema integral de gesti¨®n (SIG) hace viable que esto sea un negocio rentable¡±, explica Borja Mart¨ªnez, director gerente de ClearPet. Su socio, Antonio Mart¨ªnez, va m¨¢s all¨¢: ¡°Para nosotros esto no es ya un residuo, es materia prima que de otra forma estar¨ªa en un vertedero, con el consiguiente impacto medioambiental. Pero hay m¨¢s: la capacidad de recuperar los residuos en un pa¨ªs lo hace m¨¢s competitivo respecto a otros. Y adem¨¢s se ahorra en emisiones de CO2, agua y energ¨ªa, porque el proceso de fabricaci¨®n ser¨ªa m¨¢s costoso con materia prima virgen. Reciclar otro tipo de materiales con la calidad y seguridad que hacemos aqu¨ª con el PET es s¨®lo una cuesti¨®n de tiempo¡±.
Seg¨²n datos de Eurostat sobre el reciclaje de basura de embalaje en 2011, B¨¦lgica se sit¨²a a la cabeza con un 80,2%; le siguen pa¨ªses como Holanda (71,9%), Alemania (71,8%) o Irlanda (70,9%). Espa?a lleg¨® ese a?o al 64,4%, una cifra muy superior al 39,8% de 2000.
Aceites industriales, neum¨¢ticos, l¨¢mparas, medicamentos, electrodom¨¦sticos, sistemas ofim¨¢ticos, m¨®viles, pilas¡ son gestionados en Espa?a por SIG, financiados por los fabricantes, que deben encargarse de su recogida para que lleguen a las plantas de clasificaci¨®n, y de ¨¦stas, a los recicladores. Por poner dos ejemplos, con los neum¨¢ticos desechados se obtiene small, un material que se utiliza en obra civil, combustible para cementeras, acero de gran calidad, losetas para parques infantiles o un granulado que ayuda a mantener el c¨¦sped de los campos de f¨²tbol en ¨®ptimas condiciones; y recuperando tres litros de aceite industrial se llegan a obtener dos litros de un nuevo aceite adecuado para ser usado.
Las voces de asociaciones ecologistas frenan el optimismo. No se creen las cifras oficiales y ven problemas graves en vertederos y en el aprovechamiento. ¡°Es el consumidor el que paga por el reciclado¡±, afirma Daniel L¨®pez Mariju¨¢n, de Ecologistas en Acci¨®n, ¡°si la cifra que de verdad se recupera no es muy elevada, estamos ante una estafa. Por otro lado, entre el 40% y 45% de los residuos son materia org¨¢nica; si se separase en origen, podr¨ªa convertirse en abonos para agricultura, suelos y reforestaci¨®n o en biog¨¢s¡±. ¡°Si fermenta¡±, a?ade Julio Barea, de Greenpeace, ¡°produce metano, que tiene 25 veces m¨¢s efecto invernadero que el CO2, aunque permanece menos a?os en la atm¨®sfera¡±.
Los ecologistas hablan de desastre, y desde luego ¨¦ste se hace evidente si se mira hacia pa¨ªses del Tercer Mundo, especialmente cuando se habla de basura tecnol¨®gica. Seg¨²n cifras recabadas por la Organizaci¨®n de Naciones Unidas (ONU), se generan 53 millones de toneladas de residuos de este tipo al a?o; 200.000 de las cuales corresponden a Espa?a, lo que significa un incremento en los ¨²ltimos a?os del 51%, seg¨²n la Fundaci¨®n ECOTIC, especializada en su tratamiento en el pa¨ªs.
En Guiyu (china), monta?as de desechos se acumulan y son manipulados incluso por ni?os, que distinguen los pl¨¢sticos quem¨¢ndolos y oli¨¦ndolos
Jos¨¦ P¨¦rez, consejero delegado de Recyclia ¨CSIG que gestiona los aparatos electr¨®nicos en Espa?a¨C, afirma que ¡°en toda Europa existen sistemas que se han mostrado eficaces. Los fabricantes deben hacer frente al residuo que llegar¨¢n a producir y existe la obligaci¨®n de incorporarse a sistemas de gesti¨®n y de financiarlos. Una nueva directiva regula recoger el 45% de los equipos que se ponen en el mercado¡±. Pero la basura electr¨®nica tiene componentes de valor, y frente al dinero f¨¢cil siempre surge la picaresca y las v¨ªas ilegales. P¨¦rez lo reconoce: ¡°Existen robos en los puntos limpios y llegan a romper los mil y un tipos de candados de sus contenedores. Y est¨¢ claro que existen fuentes ilegales que se llevan los residuos que les interesan y dejan los que resultan demasiado caros de reciclar; que canibalizan la parte de valor y tiran el resto en cualquier sitio. Nosotros trabajamos con plantas serias y legales que son auditadas cada a?o y que incluso se quejan de que no les llega suficiente material. Y es l¨®gico porque han realizado inversiones millonarias y alguien les roba su materia prima. Falta bastante por hacer, pero tenemos proyectos en marcha para mejorar la vigilancia y tambi¨¦n para concienciar a los consumidores y que el dep¨®sito de sus desechos electr¨®nicos sea m¨¢s f¨¢cil¡±.
La Convenci¨®n de Basilea, ratificada por todos los pa¨ªses del mundo excepto Estados Unidos y Hait¨ª, establece desde 1992 la prohibici¨®n expresa de exportar residuos de este tipo a pa¨ªses del Tercer Mundo. La realidad es bien distinta. Una simple b¨²squeda en Internet muestra im¨¢genes escalofriantes de lo que all¨ª ocurre.
El documental La tragedia electr¨®nica, de la realizadora alemana residente en Espa?a Cosima Dannoritzer, estrenado a finales del mes de mayo, revela con absoluta crudeza las condiciones en las que se amontonan estos restos en pa¨ªses como Ghana, India o la emergente China. Seg¨²n se relata en ¨¦l, el 75% de esos 53 millones de toneladas de residuos electr¨®nicos desaparece del circuito oficial, y una red de tr¨¢fico, con empresas fantasmas incluidas, se encarga de mover un negocio que, seg¨²n denuncia Dannoritzer, mueve ya m¨¢s dinero que el del narcotr¨¢fico. Estados Unidos no ha prohibido la exportaci¨®n de residuos de este tipo y genera 9,5 millones de toneladas al a?o, la mayor¨ªa de los cuales acaban en el Tercer Mundo.
La mitad de la poblaci¨®n de la ciudad de Guiyu, en China, se dedica a reciclar ilegalmente residuos electr¨®nicos por un coste diez veces inferior a lo que significar¨ªa hacerlo en Europa o EE UU. ?C¨®mo? B¨¢sicamente, sin ning¨²n tipo de control. Monta?as de desechos se acumulan y son manipulados incluso por ni?os, que distinguen los tipos de pl¨¢stico quem¨¢ndolos y oli¨¦ndolos, o introducen placas bases en ¨¢cidos para sacar oro. Procesos que da?an la salud y despu¨¦s contaminan, porque lo que no vale se desprecia y acaba amontonado en cualquier r¨ªo o terreno bald¨ªo.
A¨²n m¨¢s lucrativo es el reciclaje de chips inform¨¢ticos, que, previamente manipulados, se reutilizan y en numerosos casos son vendidos como nuevos, con el consiguiente compromiso de seguridad para los sistemas que vuelven a utilizarlos.
En ¡®Junkyard Planet¡¯, libro de Adam Minter, periodista e hijo del propietario de una chatarrer¨ªa en Estados Unidos, se impone la visi¨®n de la industria del reciclaje como un negocio global. Seg¨²n Minter, esta actividad mueve 500.000 millones de d¨®lares (casi 370.000 millones de euros) anualmente en el mundo y emplea a m¨¢s gente que cualquier otra industria del planeta exceptuando la agricultura.
La ciudad china de Shijiao es la capital mundial del reciclado de luces de Navidad y este trabajo ha cambiado la vida de cientos de antiguos campesinos. Raymond Li, director general de Yong Chang Processing, declara en el libro que su empresa recicla mil toneladas de luces de ¨¢rboles de Navidad. ¡°Vi pronto que lo que otros tiraban har¨ªa rica a mi familia¡±, afirma Li, ¡°por eso me un¨ª al reciclaje de basura¡±.
Taizhou es otra ciudad portuaria, pr¨®xima a Shangh¨¢i, donde se amontonan en enormes pilas fragmentos de metales. O Wen¡¯an County, una regi¨®n del mismo pa¨ªs, que hasta hace no mucho se caracterizaba por su paisaje y sus arroyos, y que en la actualidad es una de las mayores procesadoras e importadoras de restos de pl¨¢sticos del mundo.
Los ejemplos son infinitos. Las razones no son dif¨ªciles de adivinar: la falta de regulaci¨®n medioambiental y los bajos costes laborales inundan de basura exportada los pa¨ªses menos desarrollados. En el fondo subyace un consumo preocupante, la exigencia de alargar la vida de los objetos que inundan nuestro moderno mundo y la necesidad de aprender a deshacernos de nuestra basura de una forma m¨¢s inteligente. Nada es tan eficiente y barato como reciclar en nuestra propia casa o en los puntos limpios de nuestras ciudades. Ante la certeza de que lo que nosotros tiramos se puede usar de alguna manera, ¨¦ste es el primer paso para comenzar a desterrar una frase muy mencionada en el sector: ¡°De la basura, lo que menos huele son los residuos¡±.
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