Sacar a Ir¨¢n del ostracismo
Los pa¨ªses occidentales deben buscar la estabilidad en Oriente Pr¨®ximo
El acercamiento entre Ir¨¢n y Occidente ha sido una ¡°ballena blanca¡± de la pol¨ªtica mundial durante d¨¦cadas. Pero resulta cada d¨ªa m¨¢s evidente que el mundo se encuentra al borde de una nueva era que se caracterizar¨¢ por una cautelosa, al tiempo que crucial, colaboraci¨®n entre actores tradicionalmente enfrentados ¡ªespecialmente entre Ir¨¢n y Estados Unidos¡ª cuyas posturas son irreconciliables desde la revoluci¨®n isl¨¢mica de 1979.
La necesidad de esta cooperaci¨®n fue lo que centr¨® el debate de la Bergedorf Round Table, evento organizado, el mes pasado, por la Fundaci¨®n K?rber y el think tank iran¨ª Institute for Science and International Security, en el que tuve el honor de participar junto con 30 pol¨ªticos, altos funcionarios y expertos de Europa, EE?UU e Ir¨¢n. En ¨¦l se explor¨® el conjunto de ideas que deben orientar las decisiones pol¨ªticas futuras.
En un contexto de desmoronamiento institucional y de desintegraci¨®n de la soberan¨ªa en todo Oriente Pr¨®ximo ¡ªen particular en Irak¡ª este ejercicio no podr¨ªa ser m¨¢s oportuno. Para revertir la situaci¨®n y evitar el caos, se hacen necesarias potentes fuerzas estabilizadoras que sustenten una acci¨®n coordinada a fin de frenar la violencia sectaria. E Ir¨¢n tiene un papel que desempe?ar.
M¨¢s all¨¢ de su relevancia hist¨®rica y cultural que le confiere una cierta auctoritas en Oriente Pr¨®ximo, Ir¨¢n posee una de las pocas Administraciones eficaces, capaces de responder a los desarrollos geopol¨ªticos; por no hablar de sus enormes reservas de petr¨®leo que aseguran su papel clave en la compleja ecuaci¨®n energ¨¦tica global, sobre todo en relaci¨®n a una Europa que busca reducir su dependencia de suministro de Rusia.
El presidente Rohani se ha convertido en un interlocutor eficaz
El problema es que Ir¨¢n ha dilapidado sistem¨¢ticamente su potencial de liderazgo, al haber apostado por la pol¨ªtica de desestabilizaci¨®n, especialmente a trav¨¦s de actores interpuestos. Esta tendencia a perturbar refuerza la necesidad de colaboraci¨®n, y el establecimiento de incentivos que atraigan a Ir¨¢n hacia una pol¨ªtica exterior moderada y constructiva.
As¨ª, las negociaciones nucleares entre Ir¨¢n y el E3+3 (Francia, Alemania, Reino Unido m¨¢s China, Rusia y EE?UU) suponen un importante primer paso. Las ambiciones nucleares de Ir¨¢n llevan tiempo siendo un peligro para la seguridad en Oriente Pr¨®ximo, por el riesgo de una acci¨®n preventiva por parte de Israel o EE?UU, e incluso por la amenaza cierta de una carrera armamentista con los pa¨ªses del Golfo y Turqu¨ªa. Aunque la fragmentaci¨®n y la violencia sectaria suscitan una alarma mayor, los riesgos asociados a la emergencia de Ir¨¢n como potencia nuclear no deben ser subestimados.
La din¨¢mica pol¨ªtica interna de Ir¨¢n conforma la importancia de la actual ronda de negociaciones. Si el presidente iran¨ª, Hasan Rohani, no logra presentar ante los ciudadanos los resultados econ¨®micos de su compromiso con Occidente ¡ªespecialmente en lo que respecta a la relajaci¨®n de las sanciones internacionales econ¨®micas y financieras¡ª antes de las elecciones parlamentarias del pr¨®ximo a?o, las facciones m¨¢s duras del r¨¦gimen volver¨¢n a dominar la pol¨ªtica exterior iran¨ª. Desde este punto de vista, Occidente ha encontrado al fin en Rohani y en el ministro de Asuntos Exteriores, Javad Zarif, interlocutores motivados y manifiestamente eficaces.
Quiz¨¢s la raz¨®n principal de las negociaciones del E3+3 es la elevaci¨®n a categor¨ªa de condici¨®n sine qua non del estatus nuclear de Ir¨¢n, para su salida del ostracismo y retorno a la comunidad internacional. Ir¨¢n no puede jugar un papel estabilizador mientras siga siendo un Estado paria.
Esto no quiere decir que los negociadores deban llegar a un acuerdo a cualquier precio. Un acuerdo endeble, carente de adecuados mecanismos de verificaci¨®n y por el que Ir¨¢n conserve la capacidad suficiente de enriquecimiento para el desarrollo de armas en un corto plazo, har¨¢ m¨¢s da?o que bien. M¨¢s all¨¢ de avivar los temores de Israel sobre su seguridad e intensificar la oposici¨®n de un Congreso americano ya de por s¨ª esc¨¦ptico, un pacto de esta naturaleza reforzar¨ªa la posici¨®n de los elementos m¨¢s obstruccionistas dentro del r¨¦gimen iran¨ª, y har¨ªa virtualmente imposible un acuerdo futuro constructivo.
Uno de los puntos de fricci¨®n es el reactor de agua pesada en Arak
Llegar a un acuerdo efectivo y justo ser¨¢ dif¨ªcil sin lugar a dudas; pero hay razones para creer que es posible. La actual ronda de negociaciones ha logrado resultados en uno de los principales puntos de fricci¨®n: el reactor de agua pesada en Arak.
La otra cuesti¨®n clave, las centrifugadoras, resulta m¨¢s problem¨¢tica. Sin embargo, mediciones alternativas ¡ªque se centren por ejemplo en el volumen total de producci¨®n en lugar de en el n¨²mero de centrifugadoras¡ª, junto con s¨®lidas garant¨ªas de monitoreo, podr¨ªan abrir la v¨ªa a un acuerdo.
Una vez resuelta la cuesti¨®n nuclear, los l¨ªderes occidentales podr¨¢n avanzar en la cooperaci¨®n con Ir¨¢n en otras ¨¢reas cr¨ªticas ¡ªempezando por la seguridad y la estabilidad en Oriente Pr¨®ximo¡ª. Por supuesto, el compromiso de Ir¨¢n en este esfuerzo, aunque importante, no resulta suficiente para parar la actual carnicer¨ªa. Dada la naturaleza sectaria de los conflictos regionales ¡ªde la que las autoridades iran¨ªes son en gran medida responsables¡ª, el compromiso con Ir¨¢n debe darse dentro de un marco m¨¢s amplio de cooperaci¨®n regional, en concreto con los estados del Golfo.
Teniendo en cuenta que Estados Unidos y Europa no tienen ni la ambici¨®n ni los medios para responder con eficacia a los acontecimientos catacl¨ªsmicos en Oriente Pr¨®ximo, la soluci¨®n tendr¨¢ que llegar, al menos en parte, de los pa¨ªses con capacidad probada de influencia sobre el terreno. Pero, en la b¨²squeda de colaboraci¨®n con pa¨ªses como Ir¨¢n, los l¨ªderes occidentales deben permanecer atentos y evitar que el sentido de la urgencia les nuble la vista sobre el potencial disruptivo de estos reg¨ªmenes.
Sin perder de vista esta advertencia, lo cierto es que los beneficios potenciales de un compromiso occidental con Ir¨¢n resultan inconmensurables. Durante las pr¨®ximas semanas, EE?UU y la UE tienen la oportunidad de avanzar significativamente hacia un Oriente Pr¨®ximo m¨¢s estable y seguro, un resultado que beneficiar¨ªa al mundo entero.
Ana Palacio, exministra de Asuntos Exteriores de Espa?a y exvicepresidenta primera del Banco Mundial, es miembro del Consejo de Estado de Espa?a.
? Project Syndicate, 2014.
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