Regateo en las aseguradoras

Llamo por tel¨¦fono al n¨²mero indicado para contactar con la compa?¨ªa aseguradora, y tras seguir las instrucciones de la voz robotizada del sistema autom¨¢tico de respuesta y tras la correspondiente espera musical consigo hablar con un ser humano. Le indico que el motivo de mi llamada es anular una p¨®liza e inmediatamente se interesa sobre la raz¨®n de la anulaci¨®n, me ofrece una revisi¨®n a la baja del contrato, dado que soy un buen cliente, y, en resumen, me ofrece una cuota inferior a la que me haya hecho cualquier otra compa?¨ªa.

La situaci¨®n me recuerda a la del vendedor de mercadillo que sale corriendo tras el turista con quien acaba de regatear, aceptando finalmente la ¨²ltima oferta de este, y vendi¨¦ndole el suvenir, por un precio que al turista le parece rid¨ªculo pero que al vendedor a¨²n le compensa. Y me pregunto: si con las mismas condiciones, la p¨®liza puede ser mucho m¨¢s barata, ?qu¨¦ he estado pagando estos a?os? Cre¨ªa, ingenuo de m¨ª, que esto del regateo, de las amenazas de cambiar de compa?¨ªa, de las ofertas premio a la fidelidad, etc¨¦tera, era solo cosa de las compa?¨ªas telef¨®nicas de m¨®viles, pero veo que es igual en las aseguradoras. Y las el¨¦ctricas y los bancos parece que est¨¢n comenzando a utilizar el mismo sistema.

Pensaba que viv¨ªamos en un pa¨ªs occidental, desarrollado, con empresas serias, y resulta que estamos en medio de un gran zoco.¡ª Sebasti¨¢n Fern¨¢ndez Izquierdo.