Quevedo necesita muy poco para entusiasmar a 15.000 j¨®venes en Madrid

La gente disfrut¨® de lo lindo. Chicos y chicas j¨®venes a los que poco importa que no haya m¨²sicos en el escenario. Ni siquiera un DJ disparando bases. Para qu¨¦, molestan. Es muy posible que incluso no se llevaran las manos a la cabeza si hasta la voz estuviera grabada, y de hecho as¨ª ocurri¨® en alguna fase del recital. All¨ª estaban los 15.000 que llenaron el Movistar Arena (antiguo WiZink, a ver cuando nos acostumbramos al nuevo nombre) coreando todas las canciones y grab¨¢ndose con el m¨®vil. Es otra forma de concebir un concierto, donde prima la diversi¨®n y apenas se atiende a la posibilidad de emocionar. Es m¨¢s una fiesta de fin de curso, en febrero. M¨²sica para pegar brincos mientras te abrazas a tu amiga.

Algunos m¨²sicos del g¨¦nero urbano se han fijado como objetivo enriquecer su propuesta en directo y han incorporado a profesionales que tocan bater¨ªas, saxofones o teclados. Quevedo de momento no. El canario coloc¨® el escenario en el centro de la pista, con el p¨²blico alrededor, y una alfombra roja cubriendo la parte central; poco m¨¢s. Arriba, cuatro pantallas emit¨ªan las im¨¢genes de lo que pasaba en la alfombra. En este contexto estuvo muy expuesto el joven m¨²sico durante todo el concierto, ¨¦l solo en el escenario, acompa?ado a veces por un cuadro de baile, o por un c¨¢mara persigui¨¦ndole o por alguno de los invitados que comparecieron durante la noche. Hay que poseer mucho carisma para aguantar dos horas en estas condiciones, y el canario no anda fuerte en ese tema. A la puesta en escena le falt¨® ingenio, sorpresas y finura, y al protagonista dominio del escenario. Aun as¨ª, ya qued¨® dicho, el p¨²blico, que en algunos casos pag¨® 100 euros por la entrada, se lo pas¨® en grande.

El fuerte del m¨²sico son unas canciones que han calado entre el p¨²blico joven, temas que pueden inclinarse al reguet¨®n, al pop electr¨®nico comercial, al hip hop o a unas atm¨®sferas relajadas donde el canario expone las dudas de un chico al que le ha venido dado el ¨¦xito en forma de centella. En estas canciones en las que se muestra reflexivo sobre su condici¨®n de estrella est¨¢ lo mejor de su repertorio.

Quevedo tiene 23 a?os (cumplidos el diciembre pasado) y sali¨® disparado al cielo tras la colaboraci¨®n con el productor argentino Bizarrap. Juntos lanzaron BZRP Music Sessions, Vol. 52, un tema que lider¨® durante semanas la lista de canciones m¨¢s escuchadas a nivel mundial (ojo a esto, porque est¨¢ cantada en castellano) en la plataforma reina, Spotify. Seguramente sin aquel Qu¨¦date (como se conoce a la canci¨®n popularmente) no estar¨ªamos anoche en el Movistar Arena. O al menos al canario le habr¨ªa costado mucho encadenar tres veladas consecutivas: ayer lunes, hoy martes y ma?ana mi¨¦rcoles, el ¨²nico d¨ªa para el que quedan algunas entradas. En total, ver¨¢n a Quevedo en Madrid, en el inicio de su gira, 45.000 personas.

En 2023 public¨® su debut discogr¨¢fico, Donde quiero estar, que respiraba la frescura y el ¨ªmpetu de un chico para el que todo era nuevo. Aquel ¨¢lbum anunciaba a un artista en ciernes en el que se pod¨ªan tener esperanzas. El problema se llam¨® Buenas noches, su segundo trabajo, el protagonista de esta gira, lanzado en 2024, un ¨¢lbum sin evoluci¨®n musical y con unas letras sexuales tan chabacanas como gratuitas.

Anoche repas¨® sus dos elep¨¦s, con la intervenci¨®n de voces invitadas. Sobre todo fueron celebradas por el p¨²blico las presencias de Lola ?ndigo, con la que interpret¨® El tonto, y de Aitana, con la que cant¨® Gran V¨ªa. Tampoco resultaron d¨²os que se vayan a recordar por mucho tiempo. El canario provoc¨® un estropicio cuando su voz sin matices interpret¨® La Flaca, de Jarabe de Palo. Eso s¨ª, aqu¨ª se vio a un m¨²sico en la alfombra, el ¨²nico de la noche, Jordi Mena, experimentado instrumentista (ha tocado con Jarabe de Palo o Bunbury) que adorn¨® con sus juegos de guitarra el cl¨¢sico de Pau Don¨¦s. A pesar del buen oficio de Mena, La Flaca vivi¨® un mal d¨ªa.

El concierto acab¨® con Qu¨¦date, para gozo del p¨²blico que a¨²n guardaba energ¨ªas para vocearla. En la calle, un buen n¨²mero de padres buscaban a sus hijos con las luces del coche encendidas. Probablemente, los v¨¢stagos les contaron que su ¨ªdolo toc¨® un tema que sus padres conocen bien, La Flaca.