Paraguay: emigrar a la ciudad
Tercer cap¨ªtulo del reportaje"Paraguay"que publicamos a lo largo de la semana. PorLaura Hurtado(@laurtado).
¡°El modelo de desarrollo de Paraguay, basado en la producci¨®n de un ¨²nico cultivo para la exportaci¨®n, es expansivo, extensivo y expulsivo¡±, resume la investigadora Clyde Soto, delCentro de Documentaci¨®n y Estudios (CDE)de Paraguay.
Expansivo porque crece. Extensivo porque abarca grandes superficies de tierra. Y expulsivo porque expulsa a los campesinos de sus tierras y de su forma de vida. Esto ¨²ltimo est¨¢ demostrado con cifras: durante la ¨²ltima d¨¦cada, la poblaci¨®n rural paraguaya ha pasado del 45% al 35%.
¡°La mayor¨ªa de los campesinos emigran a la ciudad porque existe una idea muy instalada de que la ciudad es sin¨®nimo de oportunidades, pero eso ya no es as¨ª. Y la demostraci¨®n m¨¢s clara la tenemos en el Ba?ado¡±, afirma Clyde Soto en alusi¨®n a los barrios marginales de la capital paraguaya donde se instalan buena parte de las personas procedentes del interior.
Estos barrios ribere?os, en la zona sur de Asunci¨®n, se extienden a lo largo de 15 kil¨®metros bordeando el r¨ªo Paraguay. Aqu¨ª malviven unas 150.000 personas, cifra que no para de crecer. Las familias reci¨¦n llegadas y sin apenas recursos construyen sus propias viviendas cerca del r¨ªo, algunas en la misma playa, donde no hay que pedir permiso. El problema es que cuando llueve, como ocurre desde hace dos meses, el nivel del agua sube y las casas quedan inundadas. Seg¨²n cifras oficiales,las personas desplazadas por las inundacionesya suman m¨¢s de 80.000 en la capital, muchas de las cuales hoy viven en precarios campamentos.
Ofelia Ribero, de 39 a?os, es una de las afectadas. Se traslad¨® a la capital hace casi 20 a?os en busca de una vida mejor. ¡°Yo soy de una zona rural, pero vine a Asunci¨®n porque ac¨¢ se ganaba m¨¢s. En esa ¨¦poca, como empleada dom¨¦stica me pagaban 50.000 guaran¨ªes mensuales (8,5 euros) y en la ciudad llegu¨¦ a cobrar 250.000 guaran¨ªes (43 euros), que para mi eran millones. Cuando nos instalamos en este barrio no sab¨ªamos que era una zona inundable pero ya en el 97 tuvimos que irnos a un albergue. Al cabo de un a?o regresamos y hemos estado bien hasta ahora¡±, relata mientras carga en un cami¨®n todas sus pertenencias. En realidad Ofelia es afortunada: sus vecinos de las partes m¨¢s bajas sufren inundaciones casi cada a?o.
Del mill¨®n de campesinos que han abandonado el campo en los ¨²ltimos diez a?os, 700.000 son j¨®venes. En un pa¨ªs dondeel 85% de la tierra cultivable est¨¢ en manos del 2% de la poblaci¨®nes dif¨ªcil que las nuevas generaciones puedan construir un futuro basado en la agricultura. Los peque?os campesinos que poseen algo de tierra no logran dar trabajo a todos sus hijos y muchos emigran a la ciudad, o incluso a otros pa¨ªses como Espa?a (la emigraci¨®n paraguaya fue la que m¨¢s creci¨® en t¨¦rminos relativos entre 2001 y 2011).
¡°Estos j¨®venes llegan a la ciudad sin estudios y sin posibilidad de encontrar trabajo. Y eso puede derivar en trabajos informales, delincuencia, inseguridad. Son j¨®venes sin futuro. Y cada vez hay m¨¢s¡±, concluye la investigadora Clyde Soto.
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