C¨®mo mudar de pr¨ªncipe a rey
Felipe VI recibe la herencia de un pa¨ªs pol¨ªticamente desconcertado, a menudo intranquilo respecto a su futuro. La Corona tiene una responsabilidad simb¨®lica que es trasgeneracional e interterritorial
De las tareas que el rey Felipe VI tiene por delante es una muestra que acabase de jurar la Constituci¨®n y ya la se le haya pedido que la reforme. Son nuevos tiempos para una instituci¨®n que, como la Corona, tiene un poder de readaptaci¨®n a lo cambiante y de arraigo vital a lo que tiene permanencia. En 1998 publiqu¨¦ el ensayo Cuando sea rey, en forma de cartas a un futuro monarca. Evidentemente, no preve¨ªa un trance de abdicaci¨®n ni tantas otras cosas, tantas cosas que han ocurrido desde aquel 1998 hasta este 2014 en el que el nuevo Rey ha formulado su voluntad de uni¨®n, pluralismo y pasi¨®n modernizadora de Espa?a. Diecis¨¦is a?os que son la exploraci¨®n de los azares de un nuevo siglo. Y 2014 tiene algo de cita con lo desconocido.
En aquel 1998, hubo una seria crisis financiera. The Economist ve¨ªa como peligro un colapso prolongado de los mercados burs¨¢tiles y el riesgo de un euro mal dise?ado. De todos modos, iba a ser el a?o del euro. Aznar estaba en la Moncloa, Chirac resid¨ªa en el Palacio del Eliseo cohabitando con un primer ministro socialista, Bill Clinton sobreviv¨ªa en la Casa Blanca. Kohl ced¨ªa paso a Schr?der en Alemania. En Rusia, Yeltsin generaba m¨¢s desconcierto. En China, Jiang Zemin pulsaba la apertura econ¨®mica con sus efectos ya espectaculares de crecimiento. En fin, para bien y para mal, la turbo-globalizaci¨®n iba cambiando escenarios del planeta. Internet ya era un elemento dom¨¦stico. Murieron Octavio Paz y Frank Sinatra. Fue a?o de huracanes. Francia gan¨® el Mundial de f¨²tbol. Bin Laden atac¨® la embajada de Estados Unidos en Kenia. Comenzaba el ecoturismo y aparec¨ªa la Viagra.
Quienes no tenemos una bola cristal para leer el futuro, escribimos libros as¨ª procurando intuir probabilidades y a la vez anticipar deseos, incluso sin darnos cuenta. Si en 1998 Espa?a pasaba por un buen momento econ¨®mico, ahora estamos en los inicios de una reanimaci¨®n despu¨¦s de la crisis de 2008, tras la d¨¦cada del tocho y del zapaterismo imprevisor. La corrupci¨®n es una inquietud principal de los espa?oles. A primera vista, Felipe VI recibe la herencia de un pa¨ªs pol¨ªticamente desconcertado, a menudo intranquilo respecto a su futuro, entre la post-crisis y la dimensi¨®n agobiante del paro. ?Pa¨ªs joven o pa¨ªs viejo? Al menos demogr¨¢ficamente, es un pa¨ªs que envejece, con baja natalidad.
El nuevo Monarca ha buscado el contacto con el talento cient¨ªfico, empresarial y art¨ªstico
En Cuando sea rey insinu¨¦ presuntuosos consejos y tuve el ligero descaro de formular algunas previsiones. Por ejemplo, para comenzar con uno de los apartados centrales de la agenda de hoy, no estaba previsto el oleaje secesionista en Catalu?a. Con sus dosis de doble lenguaje, Jordi Pujol ¡ªen pleno momento hisp¨¢nico¡ª pod¨ªa irritar pero no inquietaba demasiado. Quedaba el eco del ¡°Tranquil, Jordi, tranquil¡± de la noche del 23-F. Un futuro monarca pod¨ªa confiar en el seny catal¨¢n. El pr¨ªncipe de Asturias estaba pisando Catalu?a con tino. Escrib¨ª: ¡°Para cuando sea rey, la conllevancia quiz¨¢s haya dado paso a nuevas formas de di¨¢logo y se habr¨¢ dado por concluido en sistema de financiaci¨®n econ¨®mica¡±. Error notorio, pero al mismo tiempo recordaba como Carlos III, al llegar a Italia para reinar en Espa?a, desembarc¨® en Barcelona, sedujo a la burgues¨ªa emergente, asegur¨® la expansi¨®n del comercio catal¨¢n en Am¨¦rica y recibi¨® el afecto del pueblo. No est¨¢ escrito que eso no pueda volver a ser as¨ª. Tal vez como precauci¨®n, anot¨¦ la posibilidad de la rauxa ¡ªel arrebato¡ª como la otra cara del seny. Como dijo don Ramon d¡¯Abadal, cuando se acaba en Granada la Hispania mora, Espa?a es un hecho. Seguir¨¢ si¨¦ndolo. Tambi¨¦n formul¨¦ un modesto consejo: ¡°Los rifirrafes quedan para los pol¨ªticos y al monarca le corresponde dosificar sus mensajes a Catalu?a en la medida que el seny lo aconseje¡±. Sigue siendo as¨ª. Aunque a veces parecer¨ªa saludable implantar chips de seny.
En cambio, en el caso del Pa¨ªs Vasco la previsi¨®n no fue desacertada. En 1998 ETA mataba y mataba. A pesar de todo, en Cuando sea rey se daba m¨¢s o menos por supuesto que, ya en un nuevo reinado, el ¨¢rbol de Guernica dar¨ªa una sombra m¨¢s apacible. Ser¨ªa un Pa¨ªs Vasco en el que se comer¨ªa mejor que nunca y la reindustrializaci¨®n habr¨ªa captado sustantiva inversi¨®n exterior. Daba por ¡°extinguida la perversi¨®n terrorista¡±. Ese ser¨ªa el comienzo del reinado de Felipe VI. Supuse a Xavier Arzallus recluido en un monasterio. En fin: ¡°Sin descartar factores de centrifugaci¨®n, el proceso de pacificaci¨®n y remozamiento efectivo de la sociedad vasca pudiera estar muy avanzado cuando su alteza sea coronado Rey¡±. Queda la tr¨¢gica estela imborrable de las v¨ªctimas de ETA. Y al mismo tiempo, escrib¨ª que, m¨¢s all¨¢ del pesimismo hist¨®rico, reaparecer¨ªa el esp¨ªritu ilustrado de los Caballeritos de Azcoitia.
Otras advertencias y previsiones iban desde las lecciones del annus horribilis brit¨¢nico a la ¡°desfibraci¨®n de la privacidad p¨²blica¡±. En este aspecto, aconsejar cautela frente a los paparazzi qued¨® en poco comparado con WikiLeaks o las hostilidades de Twitter. ?bamos del l¨¢ser a las nuevas titularidades de los medios de comunicaci¨®n transnacional. China pod¨ªa definir la estabilidad del mundo. Casi nadie hubiese prenunciado lo que en 2014 representa el smartphone, pero s¨ª la biotecnolog¨ªa o el voto digital. Apost¨¦ por la revoluci¨®n de las clases medias, sin poder tener en cuenta su actual precarizaci¨®n. Insinu¨¦ la posibilidad de un Papa chino. Era de considerar el riesgo de los excesos de emocionalidad en la vida p¨²blica. En fin, me atrev¨ª a dar por liquidado el mito del fracaso espa?ol. Ni pod¨ªa preverse el atentado de Atocha, ni la convulsi¨®n de Irak ni eran un dato las econom¨ªas emergentes. Tampoco el hundimiento inmobiliario, el endeudamiento, la volatilizaci¨®n del ahorro y la crisis de 2008. Entonces no sab¨ªamos lo que era una subprime. Eso s¨ª, ya parec¨ªa claro que los ciudadanos no parecen darse cuenta de que sale de su bolsillo el dinero que con tanta alegr¨ªa gastan los pol¨ªticos. Tambi¨¦n asomaba ya un futuro de tribulaciones bio¨¦ticas, pero no una desestabilizaci¨®n del bipartidismo. Era impensable ver a un yerno del Rey entrando y saliendo de los juzgados de Palma. Err¨¦ al suponer que una gran reforma educativa habr¨ªa precedido la proclamaci¨®n del nuevo Rey.
Al Rey le corresponde dosificar sus mensajes a Catalu?a en la medida que el ¡®seny¡¯ lo aconseje
La formaci¨®n del nuevo Rey ha buscado el contacto con el talento ¡ªcient¨ªfico, empresarial, art¨ªstico¡ª de las nuevas generaciones, la excelencia imprescindible para un futuro creativo y pr¨®spero. Es que la Corona tiene una responsabilidad simb¨®lica que es trasgeneracional e interterritorial. Eso es fundamental para una sociedad de cada vez m¨¢s desvinculada. Y aquel pr¨ªncipe de Asturias matrimoni¨® por amor y fue formando una familia. En Cuando sea rey se propugnaba para el siglo XXI la inspiraci¨®n de un monarca prudente e ilustrado, como Carlos III.
De una larga tradici¨®n de consejos maquiav¨¦licos y tambi¨¦n anti-maquiav¨¦licos, es posible extraer lecciones que desde la realidad de 1998 pod¨ªan ser aplicables, por ejemplo, a 2014, y tambi¨¦n al siglo XXII. Fueron maestros Saavedra Fajardo, Graci¨¢n, Furi¨® Ceriol. Sigue siendo certera una indicaci¨®n de Guicciardini: al hablar hay que prestar atenci¨®n a no decir nunca innecesariamente cosas que, contadas, puedan desagradar a otros. Gu¨¢rdese el monarca de los pol¨ªticos heridos. Y as¨ª, al cabo de los a?os, aquel pr¨ªncipe ha mudado en Rey. No ser¨ªa saludable para los espa?oles perder m¨¢s memoria aunque supongamos vivir en una sociedad post-transici¨®n y post-ideol¨®gica. El rol de la Corona es parte central de esa memoria. Cabr¨ªa construir un nuevo cetro con una impresora 3D, pero siempre con una materia que amalgame pasado, presente y futuro.
Valent¨ª Puig es escritor.
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