Cr¨®nica de una crisis anunciada
Es preocupante que los centros de detenci¨®n de indocumentados en las ciudades fronterizas no sean aptos para menores
La noticia irrumpi¨® en los titulares como la gran novedad. El presidente de EE UU, Barack Obama, inform¨® a principios de junio que entre octubre de 2013 y mayo de 2014 hab¨ªan sido detenidos en la frontera m¨¢s de 42.000 ni?os solos cuando intentaban ingresar indocumentados al pa¨ªs. La mayor¨ªa de Guatemala, Honduras y El Salvador. El ¨¦xodo lo llam¨® ¡°crisis humanitaria¡± y orden¨® medidas especiales.
Todos alzan el dedo acusador. Los republicanos le echan la culpa a las pol¨ªticas migratorias de Obama. El Gobierno federal dijo que el crimen organizado disemin¨® rumores de que los menores podr¨ªan entrar al pa¨ªs sin consecuencias. Los Gobiernos de Centroam¨¦rica culpan al consumo de drogas en EE UU de la violencia generada por el narcotr¨¢fico. Los activistas proinmigrantes aseguran que la crisis fue porque no hay una reforma migratoria.
Para entender la ra¨ªz del problema hay que ver los factores que llevan a tantos menores a realizar el tortuoso viaje hacia norte. En ocho d¨ªas recorr¨ª con mi equipo de producci¨®n m¨¢s de 5.700 millas [9.173 kil¨®metros]. Viajamos a los pa¨ªses expulsores de migrantes y a ambos lados de la frontera entre McAllen (Texas) y Reynosa, en Tamaulipas (M¨¦xico).
EE UU sab¨ªa, desde hace varios a?os, que el ¨¦xodo de menores centroamericanos iba en aumento
En Guatemala dos tercios de la poblaci¨®n rural viven con menos de un d¨®lar al d¨ªa. Sin embargo, en la misma ciudad capital hallamos rastros de miseria. All¨ª conoc¨ª a Esvin, un hombre que se dedica a reciclar basura. Un d¨ªa de trabajo le puede surtir 100 quetzales, unos 12 d¨®lares. Suficiente, dice, para dar de comer a su familia. Si supiera que sus dos hijas adolescentes podr¨ªan entrar a EE UU y quedarse, no dudar¨ªa en enviarlas.
En El Salvador una tregua en 2012 entre las principales pandillas redujo el n¨²mero de homicidios considerablemente, pero poco queda de ese acuerdo y la cifra de muertos va en aumento. Un pandillero que pidi¨® no ser identificado por razones de seguridad me dijo que los j¨®venes se unen a las maras por la falta de oportunidades de empleo y estudio. Pero los defensores de derechos humanos pintan otra realidad. Dicen que las pandillas acosan a los j¨®venes oblig¨¢ndolos a unirse a sus filas o pagar las consecuencias, a menudo con sus vidas. Muchos menores lo corroboran: no emigran, sino que huyen por temor.
En Honduras, considerado el pa¨ªs m¨¢s peligroso del mundo, se conjugan la pobreza y el peligro latente en las calles causado por luchas entre pandillas y la creciente presencia de c¨¢rteles de la droga. Ser joven en Honduras es un factor de riesgo. Seg¨²n el Observatorio Nacional de la Violencia, m¨¢s de la mitad de las v¨ªctimas por homicidio en el pa¨ªs son menores de 30 a?os. Los j¨®venes hondure?os tienen dos opciones: o se van, o se quedan y enfrentan la muerte. Fue el peligro que corr¨ªan sus tres hijos lo que llev¨® a una madre hondure?a a huir hacia el norte. La conoc¨ª en un refugio en Reynosa, Tamaulipas. ¡°Quer¨ªan a mi hijo como gatillero¡±, me dijo con l¨¢grimas.
?sta fue una crisis anunciada. EE UU sab¨ªa, desde hace varios a?os, que el ¨¦xodo de menores centroamericanos iba en aumento. Desde 2011 la cifra de menores solos que llegan a la frontera del suroeste procedentes de Guatemala, El Salvador y Honduras se ha multiplicado hasta llegar a niveles inusitados. Y si ha ocurrido no es necesariamente por declaraciones pol¨ªticas o planes maquiav¨¦licos de coyotes sin escr¨²pulos, es por la poca importancia que se le ha dado a la vida de un ni?o pobre, solo, amenazado y sin oportunidades.
Las cifras son alarmantes. Preocupa que los centros de detenci¨®n de indocumentados en las ciudades fronterizas no sean aptos para menores. De hecho, no son aptos para nadie. Es inhumano tener detenido a un inocente que acaba de pasar por la traum¨¢tica experiencia de cruzar la frontera que apenas un adulto puede soportar.
Crisis humanitaria, s¨ª. Sorpresa, no. ?Se sab¨ªa con anticipaci¨®n? S¨ª. ?Se tomaron medidas para prevenirla? No. ?Fue un error haber esperado 42.000 menores para anunciar la crisis? S¨ª. ?EE UU es el ¨²nico responsable de la crisis? No. ?Seguir¨¢? Tal vez, si nada cambia.
Mar¨ªa Elena Salinas es copresentadora de Noticiero Univisi¨®n.
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