M¨¦xico se abre
El final de los monopolios petrol¨ªfero y el¨¦ctrico representa un hito reformista
Cuando el presidente Pe?a Nieto tom¨® las riendas de M¨¦xico acabando 2012, avanz¨® un programa reformista de gran calado, destinado a modernizar el pa¨ªs y sacarlo de su marasmo econ¨®mico. Para conseguir las herramientas parlamentarias con las que sortear m¨¢s de una d¨¦cada de inoperancia legislativa, su Partido Revolucionario Institucional (PRI) forj¨® con la oposici¨®n el denominado Pacto por M¨¦xico. Con altibajos y a veces encendidas resistencias, ese vendaval de cambios (educaci¨®n, fiscalidad, telecomunicaciones) se viene abriendo paso.
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Esta semana, con los votos del gobernante PRI y el conservador Partido de Acci¨®n Nacional, el Senado ha dado el visto bueno a la reforma energ¨¦tica, la joya de la ambiciosa agenda presidencial. El cambio, hist¨®rico sobre el papel, libra a M¨¦xico del monopolio de casi 80 a?os de la petrolera Pemex y del ejercido por su hom¨®loga el¨¦ctrica. Pemex es hoy un f¨®sil con 150.000 empleados y en p¨¦rdidas, carente del capital y la tecnolog¨ªa necesarios para explotar los abundantes recursos del pa¨ªs y bajo cuya ¨¦gida la producci¨®n de crudo ha ca¨ªdo un 25% en poco m¨¢s de una d¨¦cada. El monopolio el¨¦ctrico, por su parte, ha conseguido llevar a precios astron¨®micos y nulamente competitivos la energ¨ªa que suministra.
La izquierda representada por el Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), opuesta al desguace, ha reaccionado con oportunismo a su derrota parlamentaria. El PRD, que pretende movilizar la calle para conseguir un refer¨¦ndum que eche abajo los cambios, se olvida de se?alar que los mexicanos han sufrido durante generaciones los precios abusivos y el mal servicio de sus monopolios y duopolios. Y suena demag¨®gico cuando se?ala que la apertura del sector al capital privado representa su entrega a los extranjeros. Por m¨¢s que parezca compartido por muchos mexicanos, es insostenible un discurso que asocia la pervivencia de los grandes monopolios a una suerte de dignidad nacional.
Pe?a Nieto ha empe?ado su capital pol¨ªtico en unas reformas cuyos resultados dif¨ªcilmente se ver¨¢n antes de que acabe su mandato, en 2018. La realidad, como sucede siempre, distar¨¢ mucho de las ros¨¢ceas proyecciones gubernamentales; pero la liberalizaci¨®n mexicana movilizar¨¢ en cualquier caso ingentes recursos econ¨®micos. No hay mayor reto para M¨¦xico que aplicarlos a reducir su extendida pobreza y lacerante desigualdad.
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