El reto de la renovaci¨®n
Pedro S¨¢nchez tiene que hacer un partido m¨¢s integrador y transparente
La elecci¨®n de Pedro S¨¢nchez como nuevo secretario general del PSOE, este fin de semana, representa para el partido la posibilidad de empezar de nuevo. Con este nuevo dirigente atractivo, carism¨¢tico y elocuente, el cambio constituye un primer paso positivo. Ahora bien, el desaf¨ªo que aguarda a S¨¢nchez es garantizar que no va a ser un cambio meramente superficial, que bajo su liderazgo el partido va a reinventarse de arriba abajo, igual que va a reinventar la pol¨ªtica. Si lo logra, podr¨¢ aprovechar la oportunidad conseguida para llevar al partido de nuevo hacia el poder. Si fracasa, al PSOE le espera un futuro muy poco prometedor.
Espa?a se encuentra hoy en un momento decisivo. El viejo orden est¨¢ empezando a desvanecerse, y el nuevo que puede ocupar su lugar est¨¢ form¨¢ndose todav¨ªa. A¨²n no est¨¢ claro qu¨¦ va a sustituir a la generaci¨®n de l¨ªderes que instaur¨® la democracia en el pa¨ªs al acabar la dictadura.
Desde el punto de vista pol¨ªtico, este es el contexto en el que hay que examinar los retos que afronta el PSOE. La elecci¨®n de la nueva direcci¨®n del partido se precipit¨® debido a los desastrosos resultados obtenidos en las elecciones al Parlamento Europeo y la aparici¨®n de un nuevo rival pol¨ªtico, Podemos. La retirada de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba cerrar¨¢ un cap¨ªtulo que comenz¨® con el primer Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez. Y pocas semanas despu¨¦s de que la anunciara, los j¨®venes espa?oles salieron a las calles a reclamar la Rep¨²blica tras la abdicaci¨®n del rey Juan Carlos. Sospecho que quienes protestaban contra la Monarqu¨ªa son, con toda probabilidad, las mismas voces que han impulsado a Podemos.
El viejo orden est¨¢ empezando a desvanecerse, y el nuevo est¨¢ form¨¢ndose todav¨ªa
Los estudios internacionales indican una preocupaci¨®n cada vez m¨¢s extendida entre los j¨®venes espa?oles ¡ªen especial los que carecen de oportunidades econ¨®micas¡ª sobre la falta de meritocracia en el pa¨ªs y el empe?o de la vieja guardia en aferrarse a una estructura de poder estrecha e incestuosa. Si el PSOE quiere reconstruir su relaci¨®n con ese grupo de votantes y ser una alternativa cre¨ªble al Partido Popular, Pedro S¨¢nchez tendr¨¢ que hacer que el partido sea m¨¢s abierto, transparente e integrador.
En esa tarea, es posible que la resurrecci¨®n de los dem¨®cratas con Obama y de los dem¨®cratas italianos con Renzi sirvan de fuentes de inspiraci¨®n. En Estados Unidos y en Italia, la recuperaci¨®n de los progresistas se ha apoyado en la reaparici¨®n de la pol¨ªtica de movimientos, pero una pol¨ªtica de movimientos que no se hab¨ªa visto antes. Los partidos pol¨ªticos y las campa?as se han abierto. En ambos pa¨ªses se han aprovechado ideas surgidas fuera del partido y han aparecido nuevas figuras impulsadas y respaldadas por organizaciones ajenas a ¨¦l. Y la adaptaci¨®n del proceso de primarias, que proporciona una elecci¨®n abierta y transparente de los m¨¢ximos cargos, ha atra¨ªdo a nuevos militantes y ha contribuido que el partido sea m¨¢s democr¨¢tico. La consecuencia ha sido un aumento del n¨²mero de afiliados y simpatizantes tanto del Partido Dem¨®crata estadounidense como del italiano. Como dijo el presidente Barack Obama, ¡°el cambio siempre viene de fuera¡±.
Esa transformaci¨®n, por supuesto, ha sido perturbadora e inc¨®moda para la vieja guardia, que muchas veces considera que la pol¨ªtica interna del partido es un juego de suma cero. Sin embargo, para el PSOE, la resistencia al cambio ser¨ªa una estrategia muy arriesgada. Como bien ilustra el ascenso de Podemos, muchos j¨®venes ya no creen que los partidos tradicionales y la pol¨ªtica organizada sean las mejores v¨ªas para cambiar las cosas. Desde la perspectiva de una generaci¨®n que no venera tanto el poder, los grandes partidos pol¨ªticos son poco acogedores y est¨¢n esclerotizados. La llamada Generaci¨®n del Milenio quiere participar de manera activa y, la mayor¨ªa de las veces, con arreglo a sus propios t¨¦rminos. Ya no esperan a que les inviten ni les den permiso. Con las redes sociales y las nuevas herramientas organizativas, las barreras para entrar en el proceso pol¨ªtico son m¨¢s bajas que nunca. Los que estaban excluidos o ignorados han encontrado nuevas formas de canalizar su energ¨ªa.
El reto para el PSOE, como para otros partidos progresistas de todo el mundo, es crear nuevas estrategias capaces de atraer a ese grupo de votantes y, al tiempo, trabajar en colaboraci¨®n con quienes comparten los mismos valores y objetivos. Si Pedro S¨¢nchez decide abordar ese desaf¨ªo, se encontrar¨¢ con numerosos amigos en Italia, Estados Unidos y otros pa¨ªses, dispuestos a acompa?arle en el camino. Dado que le conozco, creo que es capaz de afrontar el reto y superarlo. Y, como se vio en otras ¨¦pocas anteriores, por ejemplo la de la renovaci¨®n de la pol¨ªtica progresista que supuso la tercera v¨ªa, el intercambio de ideas y la colaboraci¨®n internacional pueden reforzar los proyectos de cambio nacionales. Todos estamos interesados en que las cosas les salgan bien a los dem¨¢s.
Si triunfamos, contribuiremos a construir, unidos, un movimiento para el futuro. Si no, los partidos progresistas se convertir¨¢n en monumentos al pasado.
Matt Browne es investigador titular del Center for American Progress
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
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