Seguridad
El primer homenaje que habr¨ªa que rendir a las v¨ªctimas es crear ese espacio de la verdad
Cuando est¨¢n en el poder, los pol¨ªticos abominan de las comisiones de investigaci¨®n. El argumento que suelen utilizar para negarlas es de una hipocres¨ªa extremista: ?para qu¨¦ una comisi¨®n, sino sirve para nada? En traducci¨®n libre de este lenguaje c¨ªnico: ¡°No se¨¢is pelmas (es decir, no se¨¢is dem¨®cratas). Si tenemos votos para impedirla, lo haremos. De crearse, procederemos a averiarla de manera que vosotros mismos exclamar¨¦is indignados: ?Qu¨¦ pifia, la comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria!¡±. Y, sin embargo, en casos de gravedad que afectan a la seguridad colectiva, los ciudadanos debemos exigir esa investigaci¨®n, y los representantes p¨²blicos, apresurarse a su apertura. Es el ¨²nico gesto que valida las lamentaciones. No se hizo en el caso de Angrois, en Santiago, tras la cat¨¢strofe ferroviaria de hace un a?o, y ahora la maquinaria chirr¨ªa en el silencio del luto. Las consecuencias de un fallo humano habr¨ªan sido posiblemente diferentes de adoptarse las medidas de seguridad que si se tomaron a posteriori, empezando por la se?alizaci¨®n y la colocaci¨®n de las balizas que no exist¨ªan. El primer homenaje que habr¨ªa que rendir a las v¨ªctimas es crear ese espacio de la verdad. Cuando la libertad y la seguridad se toman en serio, no hay mejor prevenci¨®n y protecci¨®n que ¡°la luz y los taqu¨ªgrafos¡±. Por el contrario, la seguridad es la palabra m¨¢s desdichada de estos tiempos. Vemos c¨®mo en su nombre se bombardean escuelas y hospitales. Tiemblan las pantallas del televisor y es como si temblaran nuestras ventanas. ?Qu¨¦ inseguridad provocan los gerifaltes que desenfundan a la primera la palabra seguridad! En Espa?a hay casi 300 personas con un pie en la c¨¢rcel por defender sus derechos laborales. Pero nadie ha sido procesado por despedir a una mujer que cometi¨® el delito de quedarse embarazada.
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