Treinta a?os despu¨¦s
He tenido que esperar 30 a?os. En 1984, yo viv¨ªa en Barcelona cuando estall¨® el caso Banca Catalana. Recuerdo c¨®mo el entonces presidente Jordi Pujol se envolvi¨® en la senyera y dijo que aquello era una jugada indigna de Madrid y un ataque a Catalu?a. Recuerdo c¨®mo, sin levantar la voz y con argumentos, me atrev¨ª a criticar esa actitud con un grupo de amigos y conocidos que me tacharon de anticatal¨¢n, centralista y algunas cosas peores, en medio de una exaltaci¨®n que nunca hab¨ªa visto antes en ellos. Yo, hasta entonces y aun despu¨¦s y ahora, hab¨ªa defendido siempre el Estatut y la lengua y la cultura catalanas; pero aquello supuso un punto de inflexi¨®n en mi percepci¨®n de la realidad de Catalu?a y la constataci¨®n del peligro que significaba para la raz¨®n y la tolerancia el creciente fervor nacionalista. Ahora s¨¦ que aquel l¨ªder que clam¨® contra Madrid y llam¨® a los suyos a manifestarse a su favor, ya ten¨ªa entonces dinero sin declarar en una cuenta suiza y, 30 a?os m¨¢s tarde, sospecho que todo aquello fue un ejercicio c¨ªnico de hipocres¨ªa y el inicio de una estrategia que nos ha llevado hasta la complicada situaci¨®n actual.¡ª Carlos Bravo Su¨¢rez. Graus, Huesca.
El comunicado del se?or Pujol me ha dejado perplejo porque es justo lo contrario de lo que dice ser. Pretende ser una petici¨®n p¨²blica de perd¨®n y lo ¨²nico que consigue es insultarnos m¨¢s a todos. Primero, porque no confiesa completamente lo sucedido: habla de una imposible herencia fuera del testamento sobre cuya cuant¨ªa, administraci¨®n, rendimientos, etc¨¦tera, ni se pronuncia. Segundo, porque no hay arrepentimiento: era f¨¢cil imaginar (y as¨ª se est¨¢ confirmando) que lo que hay detr¨¢s no ha sido la contrici¨®n, sino el no ser descubierto por las investigaciones en curso y evitar consecuencias m¨¢s graves. Tercero, porque se declara ¨²nico responsable (no tanto de defraudar, sino de desentenderse), pero apunta a sus hijos y a su mujer como beneficiarios de la herencia y, por tanto, culpables del fraude. Y, cuarto, porque no hay verdadera voluntad reparadora: pretende hacerlo solo con el comunicado y anunciando una disponibilidad a comparecer ante las autoridades que, afortunadamente, no es algo que dependa de que ¨¦l lo diga, sino de la decisi¨®n de los jueces que lo llamen.¡ª Ignacio Alonso Mart¨ªnez. Madrid.
?Espanya ens roba! Con este argumento, Pujol y Mas iniciaron hace unos a?os su campa?a para abrir el proceso soberanista en Catalu?a. Cualquier insinuaci¨®n sobre el desv¨ªo de fondos de ambos l¨ªderes catalanes a para¨ªsos fiscales era rebatido por ellos y por los independentistas con la afirmaci¨®n de que, al acusar a Mas y Pujol de tener dinero en el extranjero, en realidad se intentaba atacar a Catalu?a y frustrar el proceso independentista. Ahora las sospechas se han hecho realidad. Pujol acaba de confesar que durante 34 a?os ha tenido dinero (est¨¢ por ver cu¨¢nto) tambi¨¦n en el extranjero. Dinero sin cotizar, pues, ni en Catalu?a ni en el resto de Espa?a, claro. Dice Pujol que espera que ¡°las personas de buena voluntad le perdonen¡±. Yo le puedo asegurar que no. Soy una persona de buena de voluntad y no le perdono. No le perdono el enga?o a que ha sometido a sus conciudadanos. No le perdono que, para mantenerse ¨¦l y a su familia como clase dirigente, est¨¦ dispuesto a sacrificar Catalu?a y Espa?a. No le perdono que haya provocado una fractura posiblemente irrecuperable en la sociedad catalana. No le perdono que haya estado 34 a?os enga?¨¢ndonos a todos.¡ª Rosa M. Roig Oltra. Oliva, Valencia.
Espero le sea retirado el calificativo de molt honorable al ¡°se?or¡± Jordi Pujol por los hechos recientes.¡ª Antonio Garc¨ªa. Barcelona.
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