Cinco formas de que tu cuerpo diga que aqu¨ª mandas t¨²

?Look de ejecutivo agresivo? ?Grandes marcas que denoten estatus? ?Mirada fija para intimidar a nuestro interlocutor? A simple vista estas podr¨ªan parecer tres poses que cualquiera podr¨ªa utilizar en el trabajo como recurso para dar a entender que tenemos m¨¢s poder del real. Pero no es as¨ª. O al menos eso dicen los cient¨ªficos.

Aunque muchos piensan que el poder se tiene o no se tiene, lo cierto es que tambi¨¦n se puede escenificar. Hacer que los dem¨¢s nos miren con otros ojos parece, seg¨²n explican diversas investigaciones, m¨¢s f¨¢cil de lo que pensamos. Son peque?os trucos ¨Cla efectividad ya depender¨¢ de cada persona¨C que pueden ayudar a cualquiera, ya sea el mandam¨¢s de una empresa, el ayudante o el secretario, a proyectar una imagen de liderazgo y poder superior al real.

• Ocupe mucho espacio. Andy Yap, investigador del Instituto de Tecnolog¨ªa de Masachusetts (MIT en sus siglas en ingl¨¦s), asegura que cosas tan aparentemente banales como la forma de sentarnos o pararnos puede decir mucho a los dem¨¢s sobre nuestro poder. Es lo que ¨¦l llama poses expansivas (expansive poses). Son posiciones de alta potencia que provocan ciertos cambios hormonales que, seg¨²n Yap, est¨¢n relacionadas con el estatus, el liderazgo y el dominio. Estas poses, como poner las manos en las caderas en vez de a los lados, extender los brazos y las piernas al sentarse u ocupar mucho espacio al estar de pie, ¡°elevan la testosterona, disminuyen el cortisol y aumentan los sentimientos de poder¡±, afirma Yap. ¡°Con dos simples poses de un minuto una persona puede transmitir fuerza y eso hace que al instante se vuelva m¨¢s poderosa en el mundo real¡±, remacha.

• El efecto de las deportivas rojas. ?Ropa informal, e incluso deportiva, o traje impecable? Dir¨ªamos que para el trabajo lo segundo pero miremos a alguien tan poderoso como Mark Zuckerberg. El due?o de Facebook no necesita un traje de miles de d¨®lares para dejar claro qui¨¦n tiene el mando. Su sudadera de capucha no interfiere en su poder. Esta imagen se ajustar¨ªa al llamado efecto de las deportivas rojas que investigan los investigadores de la Harvard Bussiness School. ¡°Bajo ciertas condiciones, los comportamientos no acordes a la norma pueden ser mucho m¨¢s beneficiosos que todos los esfuerzos que hagamos para ajustarnos a ella. Y pueden ser una se?al de estatus y competitividad para los dem¨¢s¡±, afirman. Es decir, esa idea de que quienes no cumplen deliberadamente las normas sociales preestablecidas lo hacen porque tienen menos estatus no se ajustar¨ªa a la verdad, sino que m¨¢s bien est¨¢n tan de vuelta que no tienen porque cuidar lo que los dem¨¢s piensen de ellos.

• Use un lenguaje abstracto. Pensar en ideas amplias, comunicarse en t¨¦rminos generales y utilizar un lenguaje abstracto cargado de frases cortas al comunicarnos hace a la gente pensar que somos m¨¢s poderosos. Un estudio realizado en las universidades de California y del Sur de California revela que obviar los detalles y utilizar una comunicaci¨®n m¨¢s abstracta proyecta en los interlocutores una imagen de poder.

• No hace falta mirar a los ojos. Las personas m¨¢s poderosas no tienen miedo a romper el contacto visual directo, escribe Audrey Nelson en un reportaje en la revista Psychology Today. En concreto, explica que las personas de menor estatus tienden a mirar fijamente a los ojos de los dem¨¢s buscando su aprobaci¨®n mientras que aquellos que gozan de ese poder en realidad, no lo hacen tanto porque no necesitan ese reconocimiento y, probablemente, porque tampoco les preocupe la respuesta de los dem¨¢s. ¡°Los investigadores descubrieron que las personas que son m¨¢s dominantes rompen con m¨¢s frecuencia las miradas que los m¨¢s sumisos¡±, se?alan.

• En la parte de atr¨¢s del ascensor. Otro tip para cualquier oficina: ?D¨®nde nos ponemos al entrar en el ascensor? ?Acaso importa? Pues parece que s¨ª. Un estudio australiano desarrollado por la investigadora Rebeca Rousi revel¨®, tras observar las interacciones de los usuarios de un ascensor en un edificio de oficinas durante un mes, que el lugar donde nos colocamos implica un orden social. De este modo, a?ade, los hombres m¨¢s mayores, a los que se asocia con una mayor cantidad de poder, tend¨ªan a agruparse en la pared trasera del ascensor.