La hoguera de Jim Morrison
Marianne Faithfull confiesa que conoce la identidad del que "mat¨®" al cantante de The Doors
Ya en su primer ¨¢lbum The Doors grabaron Light my fire, y la letra hablaba de una pareja y de sus afanes de colocarse mucho. Puro fuego, quemarse en un instante, subir a lo m¨¢s alto. Corr¨ªa el a?o 1966 y la canci¨®n estaba tocada por la psicodelia de la ¨¦poca y transmit¨ªa ese punto de pasarlo francamente bien y de cogerse un may¨²sculo subid¨®n. Jim Morrison, que la cantaba con un aire desenfadado y provocador, fue una de las encarnaciones m¨¢s potentes de ese intenso fuego que recorri¨® la espina dorsal de los j¨®venes de los a?os sesenta, y termin¨® siendo tambi¨¦n, por sus excesos, uno de sus m¨¢rtires. El 3 de julio de 1971 sufri¨® un ¡°accidente¡±. Y estos d¨ªas la cosa se ha convertido en la comidilla del verano porque Marianne Faithfull, la hermosa dama de voz ronca que volvi¨® loco a Mick Jagger, ha dicho en una entrevista que sabe qui¨¦n lo mat¨®: su novio de entonces, un muchacho de buena familia al que le gustaban las drogas, y al que le ven¨ªa de perlas facilit¨¢rselas a las estrellas del fascinante mundo del rock.
Jean de Breteuil, un arist¨®crata franc¨¦s que tampoco tardar¨ªa mucho en sufrir otro ¡°accidente¡±, se fue aquel d¨ªa de marras ¡°a ver a Jim Morrison¡± y le pas¨® una papelina de una hero¨ªna tan pura que lo fulmin¨® en un instante.
Marianne Faithfull comenta enseguida que est¨¢ segura de que ¡°fue un accidente¡±. Eran tiempos disparatados: aquella vez ella prefiri¨® quedarse en casa para colocarse con ¡°unas pocas Tuinal¡±, unos barbit¨²ricos de moda durante esos a?os, y a los pocos d¨ªas, en cuanto supieron que el viaje de Morrison era de los que no ten¨ªan retorno, tiraron la hero¨ªna que Breteuil ten¨ªa en casa, hicieron las maletas y se fueron a Marruecos. Fue all¨ª donde el joven arist¨®crata tuvo otra sobredosis letal poco despu¨¦s.
La muerte de Jim Morrison, como las de otras estrellas del firmamento del rock, fue un jarro de agua fr¨ªa que de poco sirvi¨® para apagar la hoguera de aquellos d¨ªas de desenfreno. Por mucho que se rodeara de secretismo ¡ªel resto de los m¨²sicos de la banda ni siquiera fue a su entierro¡ª y que no se llegara a hacerle la autopsia ¡ªel m¨¦dico firm¨® que fue una parada cardiorrespiratoria¡ª, la leyenda oscura se le qued¨® pegada para siempre a aquel poeta extra?o y delirante, el que cantaba Light my fire.
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