?ltimos recursos
Draghi tendr¨¢ que proponer compras de deuda si la econom¨ªa sigue d¨¦bil y la inflaci¨®n muy baja
Aunque el Banco Central Europeo (BCE) mantuvo ayer inc¨®lumes los rasgos principales de su pol¨ªtica monetaria (tipos en el 0,15%, tasa del 0,1% para los dep¨®sitos en la instituci¨®n), es evidente que algunas condiciones econ¨®micas est¨¢n cambiando en la eurozona y en algunos casos no precisamente a mejor. Ya no se puede decir que el euro sufra por falta de liquidez; la hay en abundancia, por m¨¢s que, debido a razones que tienen que ver con la ¡°recuperaci¨®n moderada, continua pero desequilibrada¡± que describe Mario Draghi, y con los tests de resistencia bancaria pendientes sobre los balances, todav¨ªa no llegue satisfactoriamente a familias y empresas. Una parte de las decisiones monetarias que pueden impulsar una recuperaci¨®n intensa y equilibrada ya se han tomado, y sin demasiado ¨¦xito por el momento.
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No es el ¨²nico cambio. Draghi alert¨® de los riesgos para la recuperaci¨®n europea de los numerosos conflictos, desde el de Rusia-Ucrania al de Libia, Irak o Gaza. La observaci¨®n del presidente del BCE es pertinente, porque cualquier alteraci¨®n de los par¨¢metros econ¨®micos ¡ªpor ejemplo, el precio de la energ¨ªa¡ª puede desequilibrar todav¨ªa m¨¢s la vacilante recuperaci¨®n europea. Pero Draghi es consciente de que las amenazas geopol¨ªticas no son el problema principal de la recuperaci¨®n, tan en vilo que Italia, en otro nuevo paso atr¨¢s, ha vuelto a la recesi¨®n. Las causas reales hay que buscarlas en pol¨ªticas econ¨®micas nacionales de car¨¢cter proc¨ªclico, que han acentuado la recesi¨®n y retrasan las expectativas de crecimiento, y la incapacidad europea (l¨®gica, por otra parte, porque no constituye una naci¨®n) para dar una respuesta financiera homog¨¦nea y pactada.
Con una recuperaci¨®n econ¨®mica ¡°moderada pero desequilibrada¡±, Italia en recesi¨®n y una tasa de baja inflaci¨®n que linda peligrosamente con la deflaci¨®n, m¨¢s una amenaza constante sobre los precios de la energ¨ªa, el BCE y la zona euro tienen pocas pol¨ªticas a las que recurrir. De hecho, solo queda el recurso a lo que Draghi llama ¡°pol¨ªticas no convencionales¡±. El BCE tendr¨¢ que recurrir al quantitative easing o medidas similares si las perspectivas de crecimiento no mejoran en los pr¨®ximos dos meses. Es cierto que ya no se trata estrictamente de un problema de liquidez, pero la compra de deuda relajar¨ªa la cotizaci¨®n del euro, mejorar¨ªa la calidad de los activos europeos y contribuir¨ªa al crecimiento econ¨®mico.
Los efectos secundarios ya se han expuesto: posible aparici¨®n de burbujas en los mercados y, para los defensores de la ortodoxia monetaria, un alivio inmerecido al castigo que merecen los pa¨ªses endeudados. Pero hay que elegir, y el mal mayor en estos momentos ¡ªque ya no puede tratarse solo con las palabras m¨¢gicas de Draghi y sus advertencias de intervenci¨®n¡ª es una econom¨ªa estancada, progresivamente distanciada de la recuperaci¨®n estadounidense. La cuesti¨®n es durante cu¨¢nto tiempo m¨¢s la econom¨ªa europea caminar¨¢ por el borde de la deflaci¨®n y se conformar¨¢ con un crecimiento p¨ªrrico.
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