Las fobias meteorol¨®gicas

A menudo hablamos de la belleza del rayo, de lo imponente y relajante que puede ser una puesta de Sol o del maravilloso espect¨¢culo de una aurora boreal. Pero no todos reaccionamos igual ante tales fen¨®menos naturales. De hecho, hay mucha gente que se obsesiona con el pron¨®stico meteorol¨®gico porque le aterra la posibilidad de poderse encontrar con una tormenta y elige permanecer cerrada en su casa cuando empiezan a amontonarse las nubes porque le da pavor poderse encontrar con ellas. Si usted es de estas personas, sufre de ceraunofobia, es decir, miedo anormal a los rayos y truenos. Seguramente tambi¨¦n sudar¨¢, respirar¨¢ con dificultad e incluso el coraz¨®n se le acelerar¨¢. Los ni?os son los que m¨¢s sufren esta patolog¨ªa.

Pero no es esta la ¨²nica fobia relacionada con meteoros atm¨®sfericos. La lista es interminable. Por ejemplo, al principio hemos hablado de las auroras boreales. Su belleza espectacular es un grave problema para quien sufre de aurorafobia. Cierto es que las condiciones meteorol¨®gicas influyen en nuestro estado de ¨¢nimo, en nuestro humor e incluso en nuestro car¨¢cter, pero hay personas que acusan mucho m¨¢s que otras estos cambios de tiempo porque, probablemente, en alg¨²n momento de su vida les pudo haber influido alg¨²n meteoro de los que citamos a continuaci¨®n: Anemofobia (al viento), heliofobia (al Sol), homiclofobia (a la niebla), nefofobia (a las nubes), ombrofobia (a la lluvia), quionofobia (a la nieve), etc¨¦tera. Incluso hay gente que no puede soportar mirar al cielo, es superior a ellos. Esta fobia tiene tambi¨¦n su propio nombre, uranofobia.