Una aventura incre¨ªble (y II)

Habl¨¢bamos ayer del incre¨ªble ascenso en globo de dos cient¨ªficos (Glaisher y Coxwell) en su af¨¢n por romper el r¨¦cord mundial de altura de la ¨¦poca (a?o 1862), y as¨ª poder analizar mejor la atm¨®sfera en sus diferentes estratos. Bien, despu¨¦s de llegar con algunos problemas de hipotermia al nivel de los 6.400 metros de altitud, pronto se situar¨ªan en la franja de los 8.000, donde nadie jam¨¢s hab¨ªa llegado. A Glaisher se le agravaron los problemas de visi¨®n y apenas pod¨ªa leer el term¨®metro. Como toda la ascensi¨®n fue con el globo en continua rotaci¨®n, la cuerda de la v¨¢lvula se enred¨®. Hab¨ªa que reaccionar. Coxwell se subi¨® a la cesta y como pudo solucion¨® el percance, aunque el peor problema era el estado de salud de su compa?ero. Glaisher estaba paralizado, sin poder reaccionar. Su ¨²ltima observaci¨®n la hizo a unos 8.700 metros de altitud (casi la misma que el Everest), momento en que perdi¨® el conocimiento. No hab¨ªa manera de parar el ascenso decidido del globo. Cuando superaron ligeramente los 10.000, Coxwell pudo despertar por un instante a su compa?ero y, en un esfuerzo sobrehumano, logr¨® con la boca poder estirar la cuerda que activar¨ªa el descenso. Ya con s¨ªntomas de hipoxia (falta de ox¨ªgeno) y con las manos negras por la congelaci¨®n, empezaron a descender a raz¨®n de 600 metros por minuto. A¨²n pudieron lanzar las palomas. La que soltaron a 8.048 metros cay¨® como una piedra, y la de los 6.437 metros pudo volar haciendo remolinos. Otra se puso encima del globo y las otras tres murieron. Cuando tocaron tierra, recorrieron 10 kil¨®metros a pie para poder dejar constancia de su extraordinaria haza?a. C¨¢lculos posteriores estimaron que su altitud estuvo entre los 10.700 y los 11.300 metros.