La otra Nigeria
Por Paul Collier y Acha Leke (*)
Nigeria tiene ¨²ltimamente demasiada mala prensa, en gran medida debido al rapto por el grupo islamista Boko Haram de m¨¢s de doscientas estudiantes en abril, como parte de una brutal campa?a de secuestros, atentados y asesinatos. Pero, si bien estas cuestiones ciertamente ameritan la preocupaci¨®n internacional, no se debe permitir que oscurezcan los recientes logros de Nigeria, ni que animen al resto del mundo a darle la espalda al pa¨ªs.
Lo que se deja de lado en la mayor¨ªa de las discusiones actuales sobre Nigeria es el s¨®lido historial econ¨®mico que ha establecido durante la ¨²ltima d¨¦cada. De hecho, un reciente estudio sobre el pa¨ªs, al cual el McKinsey Global Institute (MGI) dedic¨® un a?o, mostr¨® que Nigeria tiene potencial para convertirse en una de las principales econom¨ªas del mundo en los pr¨®ximos 15 a?os.
Con aproximadamente 170 millones de habitantes, es el pa¨ªs con m¨¢s poblaci¨®n en ?frica. Pero solo recientemente ha sido reconocido como la mayor econom¨ªa del continente (y el puesto 26 en el mundo) tras la publicaci¨®n de los datos actualizados de su PIB, que alcanz¨® los 510.000 millones de d¨®lares el a?o pasado.
MGI estima que, entre 2013 y 2030, Nigeria podr¨ªa ampliar su producto a una tasa superior al 6 % anual, lo que llevar¨ªa su PIB a superar los 1,6 billones de d¨®lares y a convertirse en parte de las principales 20 econom¨ªas del mundo. Adem¨¢s, si los l¨ªderes nigerianos trabajan para garantizar que el crecimiento sea inclusivo, se estima que 30 millones de personas podr¨ªan salir de la pobreza.
El problema es que Nigeria contin¨²a siendo v¨ªctima de supuestos anticuados, que limitan sus perspectivas, especialmente entre empresas e inversores extranjeros. Por ejemplo, muchos creen que Nigeria es una petroeconom¨ªa, completamente a merced del mercado mundial de crudo. Pero el sector de recursos solo representa el 14 % de su PIB; esto implica que si bien la producci¨®n de petr¨®leo a¨²n es una fuente fundamental de ingresos y exportaciones, la econom¨ªa nigeriana es mucho m¨¢s diversa de lo que muchos suponen.
Un mito relacionado es que el crecimiento econ¨®mico nigeriano es inestable y sufre cambios grandes e impredecibles de un a?o a otro. De hecho, como Nigeria ha diversificado su econom¨ªa y desvinculado sus planes de gasto p¨²blico de los precios actuales del petr¨®leo (parte de una reforma presupuestaria de 2004), se ha tornado cada vez m¨¢s estable, tanto en t¨¦rminos econ¨®micos como fiscales. De hecho, en los ¨²ltimos a?os (2010-2014, seg¨²n los c¨¢lculos con la nueva base), el PIB ha estado creciendo de forma sostenida entre el 6-7 %, m¨¢s por un aumento de productividad que por cambios demogr¨¢ficos favorables.
Finalmente, existe una incomprensi¨®n general sobre la evoluci¨®n de la econom¨ªa nigeriana. A pesar de la pobreza y de su baja (aunque est¨¢ mejorando) productividad en casi todos los sectores excepto el extractivo, Nigeria cuenta con una clase media de consumidores en r¨¢pido aumento, que jugar¨¢ un rol cada vez m¨¢s importante para impulsar el crecimiento.
Para 2030 es probable que m¨¢s de 34 millones de hogares, con aproximadamente 160 millones de personas, ganen m¨¢s de 7.500 d¨®lares al a?o, lo que crear¨¢ una clase con aspiraciones de consumo. Esto implica un aumento potencial del consumo anual, de 388.000 millones a 1,4 billones de d¨®lares, una perspectiva que ya atrae inversiones internacionales de productores de bienes de consumo y vendedores minoristas.
Las perspectivas nigerianas se ven a¨²n m¨¢s favorecidas por su ubicaci¨®n estrat¨¦gica, que le permitir¨¢ aprovechar la creciente demanda en toda ?frica y otras partes del mundo en desarrollo. Si sumamos a ello una poblaci¨®n grande y creciente y un esp¨ªritu emprendedor, el futuro se muestra promisorio.
Para liberar este potencial y garantizar que la pr¨®xima d¨¦cada de crecimiento aporte importantes reducciones de la pobreza, los l¨ªderes nigerianos deben implementar reformas para aumentar la productividad y el ingreso, y brindar servicios esenciales como la atenci¨®n sanitaria y la educaci¨®n en forma m¨¢s eficiente.
Por ejemplo, para aumentar la productividad y el ingreso en el sector agr¨ªcola, el Gobierno podr¨ªa implementar una reforma de la tenencia de la tierra que procure producir m¨¢s tierra cultivable sin deforestar; ampliar el uso de fertilizantes y equipos mecanizados; y apoyar un cambio hacia cultivos m¨¢s rentables. Adem¨¢s, las mejoras en la distribuci¨®n y el mercadeo permitir¨ªan a los agricultores retener una porci¨®n mayor de los ingresos por la venta de sus cultivos.
En las ¨¢reas urbanas, la productividad sufre por el alto grado de empleo informal, incluso a veces de mano de grandes corporaciones. Esto mantiene a demasiados nigerianos en empleos que requieren bajas habilidades y ofrecen baja paga, y priva a la econom¨ªa del dinamismo que crean las empresas competitivas peque?as y medianas. El aluvi¨®n de nuevas empresas de Internet que ha surgido en Nigeria demuestra que ya cuenta con las habilidades necesarias, y aprovechar la di¨¢spora nigeriana puede aumentar ese talento disponible.
Para facilitar los negocios en Nigeria, el Gobierno tambi¨¦n tendr¨¢ que optimizar los procesos de registro y funcionamiento de las empresas legales y, junto con agencias de ayuda y el sector privado, aumentar la inversi¨®n en infraestructura. Tambi¨¦n tendr¨¢ que intensificar su lucha contra la corrupci¨®n end¨¦mica, que representa una carga para todas las empresas.
Finalmente, para promover el crecimiento inclusivo ¨Cfundamental para aliviar el sufrimiento humano y mitigar las tensiones sociales y pol¨ªticas¨C Nigeria debe mejorar dram¨¢ticamente la provisi¨®n de servicios p¨²blicos. Que el pa¨ªs se encuentre por detr¨¢s de otros pa¨ªses con un gasto comparable en servicios p¨²blicos demuestra que hay espacio para mejorar. Lo ¨²nico que hace falta es garantizar que la asistencia ¨Cdesde los subsidios para semillas hasta la vacunaci¨®n¨C lleguen a quienes m¨¢s lo necesitan, independientemente de d¨®nde viven en el pa¨ªs: un fuerte compromiso de los l¨ªderes nigerianos para construir agencias gubernamentales m¨¢s eficaces y transparentes.
Los nigerianos no necesitan la simpat¨ªa, ni siquiera la indignaci¨®n de la comunidad mundial. Lo que necesitan es apoyo y aliento. Solo con un crecimiento estable e inclusivo podr¨¢ Nigeria escapar de las garras de fuerzas brutales como Boko Haram, para brindar a sus ciudadanos la seguridad y prosperidad que merecen.
Traducci¨®n al castellano de Leopoldo Gurman.
Paul Collier es profesor de Econom¨ªa y Pol¨ªtica P¨²blica en la Escuela de Gobierno Blavatnik de la Universidad de Oxford, donde tambi¨¦n es investigador superior del St. Antony¡¯s College y codirector del Centro para el Estudio de Econom¨ªas Africanas. Acha Leke es director de McKinsey en ?frica.
Copyright: Project Syndicate, 2014. www.project-syndicate.org
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