Rusia, Occidente y la inc¨®gnita de China
El conflicto a prop¨®sito de Ucrania va estar cada vez m¨¢s lleno de peligros
?Rusia y Occidente avanzan en una direcci¨®n que les est¨¢ llevando hacia un enfrentamiento cada vez m¨¢s peligroso, sin que se vislumbre una soluci¨®n. Los combates en el este de Ucrania se intensificar¨¢n en las pr¨®ximas semanas, y en septiembre es probable que Estados Unidos y Europa endurezcan sus sanciones, que ser¨¢n un lastre a¨²n mayor para la econom¨ªa rusa. Sin embargo, aunque se intensifiquen las tensiones, no nos encontramos (todav¨ªa) ante una nueva Guerra Fr¨ªa. Y ello se debe a dos motivos principales.
El primero es que a Estados Unidos y Europa nunca les interesar¨¢ Ucrania tanto como a Rusia. Pero, sobre todo, Rusia no es la Uni¨®n Sovi¨¦tica. No tiene el atractivo ideol¨®gico, el poder¨ªo militar en el mundo ni la red de aliados exteriores de la URSS. Rusia no posee la capacidad de ejercer su poder a escala mundial.
No obstante, s¨ª existe un factor que podr¨ªa aumentar enormemente las posibilidades de desembocar en una nueva forma de Guerra Fr¨ªa. En el caso, todav¨ªa poco probable, de que China decidiera sumar mucho m¨¢s sus intereses a los de Rusia, empeorar¨ªa r¨¢pidamente el riesgo de un enfrentamiento entre las grandes potencias, como veremos enseguida.
El conflicto entre Rusia y Occidente a prop¨®sito de Ucrania va a estar cada vez m¨¢s lleno de peligros. El endurecimiento de las sanciones norteamericanas y europeas no har¨¢ que Rusia cambie su estrategia, porque Putin est¨¢ empe?ado en que Ucrania permanezca en la ¨®rbita rusa y acabe por convertirse en el elemento crucial de su Uni¨®n Euroasi¨¢tica, una alianza econ¨®mica a la que pertenecen ya Kazajist¨¢n y Bielorrusia. A Putin le gustar¨ªa transformar este pacto comercial en una uni¨®n pol¨ªtica y militar.
A Poroshenko le exigen que no ceda ni un mil¨ªmetro en la disputa con los separatistas
Para conseguirlo, debe impedir que triunfe el deseo de Ucrania de incorporarse a Europa. Y la ¨²nica forma de hacerlo es crear un grado de inestabilidad en la pol¨ªtica y la econom¨ªa ucranias que obligue a modificar la Constituci¨®n nacional y otorgar a los Gobiernos regionales m¨¢s poder en la pol¨ªtica exterior y comercial del pa¨ªs. Con la presencia de los aliados de Mosc¨² en las provincias de Donetsk y Lugansk, ese cambio permitir¨ªa que Rusia pudiera impedir el sue?o europeo de Kiev.
Por si fuera poco, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, se enfrenta a intensas presiones de los grupos que le apoyan en la parte central y occidental del pa¨ªs, que le exigen que no ceda ni un mil¨ªmetro en la disputa con los separatistas prorrusos y sus patrocinadores de Mosc¨². Las fuerzas gubernamentales, por tanto, van a seguir avanzando hacia el este. Y Putin no puede permitir que los rebeldes sufran una derrota total porque, si Kiev lograra volver a imponer su dominio militar, los separatistas tendr¨ªan que cruzar la frontera con Rusia, lo cual supondr¨ªa costes a?adidos para Mosc¨² y arrebatar¨ªa al Kremlin su ¨²ltimo elemento de influencia dentro de Ucrania.
Quien sale ganando en este conflicto es China. A medida que la escalada en Ucrania ahonde la brecha entre Rusia y Occidente, Mosc¨² se volver¨¢ de forma cada vez m¨¢s contundente hacia Asia en general y Pek¨ªn en particular. En mayo, despu¨¦s de unas negociaciones que hab¨ªan permanecido largo tiempo estancadas, Rusia y China firmaron un hist¨®rico contrato para el suministro de gas durante 30 a?os, por valor de 400.000 millones de d¨®lares. Putin obtuvo la victoria diplom¨¢tica que deseaba, al demostrar a Estados Unidos y Europa que dispone de otras opciones comerciales, mientras que China consigui¨® el precio que quer¨ªa a cambio de garantizar su acceso a los recursos energ¨¦ticos rusos durante un periodo considerable y seguir¨¢ imponiendo duras condiciones al pa¨ªs vecino en cada acuerdo comercial que negocien.
Por ahora, China intentar¨¢ que el acuerdo no perjudique demasiado sus relaciones con la UE y Estados Unidos, sus dos principales socios comerciales. El ambicioso proceso chino de reformas econ¨®micas necesita la estabilidad internacional, imprescindible para que se mantenga el crecimiento.
Mosc¨² firm¨® con Pek¨ªn un hist¨®rico contrato para el suministro de gas durante 30 a?os
Sin embargo, Occidente debe vigilar de cerca la mejora de las relaciones entre China y Rusia. Ucrania le importa muy poco a Pek¨ªn, pero los dirigentes chinos no quieren ver a Rusia arrinconada por norteamericanos y europeos. Y en China existe suficiente resentimiento contra las actitudes de Occidente como para que Pek¨ªn ayude a los rusos en sus horas bajas.
M¨¢s preocupante es la posibilidad de que el programa chino de reformas, de una dimensi¨®n y una complejidad sin precedentes, suscite tal malestar interno que Pek¨ªn decida buscar pelea con otros pa¨ªses para unir al pueblo en torno al Gobierno.
El blanco m¨¢s f¨¢cil de las provocaciones chinas es Jap¨®n, aliado crucial de Estados Unidos y con el que China comparte una amarga historia. Tambi¨¦n podr¨ªa seguir presionando a sus vecinos en el Mar del Sur de China, Vietnam y Filipinas. En cualquiera de los dos casos, podr¨ªa haber una reacci¨®n de Washington que aumentar¨ªa las tensiones en el momento m¨¢s inoportuno y, desde el punto de vista estrat¨¦gico, a Pek¨ªn podr¨ªa interesarle estrechar lazos con Mosc¨² en materia de seguridad.
No parece probable una alianza oficial China-Rusia a corto plazo. Ninguno se puede permitir el lujo de dar totalmente la espalda a las econom¨ªas y los inversores occidentales, nunca ser¨¢ f¨¢cil superar la desconfianza hist¨®rica entre las dos capitales, y los Gobiernos y recursos de Asia central, situados entre ambos, pueden ser objeto tanto de rivalidad como de cooperaci¨®n. China observa que la econom¨ªa rusa, que depende de las exportaciones de energ¨ªa, est¨¢ en declive, y, si bien la agresividad de Mosc¨² respecto a Occidente puede desconcertar a Estados Unidos, tambi¨¦n puede obligar a Pek¨ªn a tomar decisiones diplom¨¢ticas que preferir¨ªa evitar.
No obstante, todo esto puede cambiar a medida que cambie la propia China, y conflictos como los de Ucrania y los mares que rodean el pa¨ªs asi¨¢tico, a veces, cobran vida propia y crean alianzas coyunturales que antes eran impensables. Ese es un peligro al que conviene estar atentos durante los pr¨®ximos meses y a?os.
Ian Bremmer es presidente de Eurasia Group y profesor de investigaciones globales en la Universidad de Nueva York. Pueden seguirle en Twitter @ianbremmer.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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