El f¨²tbol es prioritario
La Generalitat valenciana acaba de pagar 660.000 euros al Castell¨®n en concepto del patrocinio suscrito por el aeropuerto sin aviones
Valencia es la Comunidad de los milagros. Hubo un tiempo que se pod¨ªa construir en ella cualquier disparate y perpetrar cualquier fechor¨ªa con el convencimiento de que recibir¨ªa el aplauso mayoritario de las instituciones. Quiz¨¢ no est¨¦ claro si ese tiempo debe conjugarse en pasado o en presente de indicativo. Porque ahora sabemos que el gobierno valenciano acaba de pagar 660.000 euros al Club Deportivo Castell¨®n en concepto del patrocinio suscrito por la empresa Aeropuertos de Castell¨®n (Aerocas) con el equipo de f¨²tbol. El aeropuerto de Castell¨®n es esa obra fara¨®nica, sobre la que no ha aterrizado un s¨®lo avi¨®n en tres a?os (ni aterrizar¨¢), construida con dinero p¨²blico para dar lustre a la megaloman¨ªa de sus padrinos (Francisco Camps y Carlos Fabra lo inauguraron en marzo de 2011) y para rascar comisiones de las constructoras. Ahora sabemos que el aeropuerto, un aut¨¦ntico expolio a las finanzas p¨²blicas, es decir, a los valencianos, patrocinaba equipos de f¨²tbol (el Villarreal o el mencionado Castell¨®n) y equipos de motociclismo con p¨®lvora del contribuyente. Es decir, sumaba la desfachatez al expolio.
Hay formas m¨¢s dignas de enfrentarse a la realidad. El Villarreal renunci¨® a cinco millones de patrocinio de Aerocas porque entendi¨®, con nobleza ciudadana, que las administraciones ten¨ªan otras prioridades sociales. El CD Castell¨®n no ha renunciado. Mientras el discurso p¨²blico de Generalitat clama por otro modelo de financiaci¨®n que evite su asfixia financiera, por la puerta de atr¨¢s paga 660.000 euros a un equipo de f¨²tbol. Con lo cual es manifiesto (e hiriente) que el Villarreal tiene m¨¢s conciencia de las prioridades sociales que los representantes pol¨ªticos de la comunidad.
Llegados a este punto, en el que queda demostrado que la que la ¨¦tica pol¨ªtica de la Generalitat cabe en un dedal, hay que preguntarse si el Gobierno central, celoso guardi¨¢n de los d¨¦ficit auton¨®micos, tiene algo que decir al respecto. Sostener la financiaci¨®n territorial en autonom¨ªas que patrocinan el f¨²tbol a trav¨¦s de aeropuertos esperp¨¦nticos no es el ideal de un Estado. Ya lo profetizaron los libros sibilinos y Nostradamus: s¨®lo el f¨²tbol se salvar¨¢ de la quiebras de la gran depresi¨®n, aunque sea sobre la ruina de los ciudadanos.
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