Ciegos

Cada viernes, a las 12 de la ma?ana, el 88.3 de Nueva Orleans transmite The Grocery Ads,un programa en el que una mujer de marcado acento sure?o recita en voz alta las ofertas de los supermercados locales. Es uno de los programas de mayor audiencia de Radio for the Blind, la estaci¨®n fundada hace casi 25 a?os por Robert McClean, un matem¨¢tico ciego que sab¨ªa qu¨¦ sonidos le faltaban a su mundo.

Si algo caracteriza a Radio for the Blind es su despreocupaci¨®n por la velocidad. Leen libros, una hora al d¨ªa, hasta terminarlos. Tambi¨¦n art¨ªculos de revistas de principio a fin, recetas (cuyos pasos e ingredientes pronuncian muy lentamente), y notas escogidas de peri¨®dicos de la ciudad y alguna agencia de noticias.

Del grupo de 150 lectores voluntarios de la estaci¨®n, la mayor¨ªa es gente retirada, me dijo Natalie Gonzalez, la directora ejecutiva. Aunque originalmente sea una opci¨®n para los ciegos, buena parte de su audiencia ahora est¨¢ compuesta de ancianos. Unos y otros, radioescuchas que no tienen acceso a los objetos y los lugares que la audiencia de otras estaciones s¨ª podr¨¢ conocer.

Pero creo que tambi¨¦n le interesar¨ªa a gente cansada de que los medios sean una corriente interminable de im¨¢genes, as¨ª sean bellas im¨¢genes sonoras.

Le pregunt¨¦ a Natalie si reciben retroalimentaci¨®n de su audiencia.

¡°S¨ª¡±, dijo, ¡°a veces recibimos cartas¡±. ¡°?Cartas? ?Cartas escritas a mano?¡±. ¡°S¨ª, a mano¡±. ¡°?Y qu¨¦ dicen?¡±. ¡°Oh, por lo general escriben para decir qu¨¦ voz les gusta, o c¨®mo disfrutan la manera en que lee alguna persona".

?No es ¨¦se un peque?o, sosegado acto subversivo? En una ¨¦poca en la que eres alguien por la velocidad a la que compartes im¨¢genes y la mordacidad con que las comentas, apostarle a la lentitud.