Nuevos humos
Los fumadores han orillado las grandes marcas nacionales o internacionales y se han apuntado al tabaco de liar
El tabaco ha cambiado de humos. Los fumadores cada vez consumen m¨¢s esos pitillos caseros que se elaboran a mano con picadura comprada a granel, finas hojas de papelillos y boquillas de celulosa. Son productos artesanales que le est¨¢n comiendo el terreno a los cigarrillos convencionales que se comercializan dentro de una cajetilla.
Tirar de petaca no es solo una moda; es una cuesti¨®n econ¨®mica. Con los precios del tabaco por las nubes (es uno de los productos m¨¢s socorridos para aumentar los ingresos velozmente a trav¨¦s de impuestos cuando el Gobierno quiere hacer caja), los fumadores han orillado las grandes marcas nacionales o internacionales y se han apuntado al tabaco de liar. Seg¨²n los datos del sector, en 2008 se vendieron de manera legal 90.000 millones de cigarrillos, una cifra que el a?o pasado descendi¨® a poco m¨¢s de la mitad.
Que en los lugares de venta habituales ¡ªestancos y m¨¢quinas expendedoras¡ª se comercialicen menos cigarrillos no implica necesariamente que la poblaci¨®n fume menos. La factura del tabaco se ha resentido por la tendencia a consumir marcas m¨¢s baratas y por la devoci¨®n hacia las cajetillas de contrabando, esas que no llevan el sello con el escudo de Espa?a que certifica que han pagado los impuestos ¡°sobre las labores del tabaco¡±.
Los fardos que entran ilegalmente en Espa?a ¡ªmuchos desde Gibraltar¡ª hacen que el Estado deje de ingresar unos 700 millones al a?o como impuestos. Adem¨¢s, las multinacionales ya no pueden exhibir el glamour de otros tiempos, cuando unos imponentes vaqueros proclamaban en la televisi¨®n el ¡°genuino sabor americano¡±. La publicidad del tabaco est¨¢ prohibida en los medios de comunicaci¨®n de masas.
Tambi¨¦n muchos ciudadanos han cambiado sus h¨¢bitos como consecuencia de la ley antitabaco. Desde que se promulg¨® se han erradicado los humos de los espacios p¨²blicos cerrados. En restaurantes, bares, discotecas, estaciones de autobuses e incluso en el portal de casa est¨¢ prohibido fumar. Para dar ejemplo, pel¨ªculas y series se han apuntado a la ley y sus protagonistas han apagado el cigarrillo. Aunque Mad Men no ser¨ªa lo mismo sin esa nube gris¨¢cea que envuelve a Don Draper.
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