Castro Prieto vs. Latinoam¨¦rica, Caribe y Ant¨¢rtida
Las entra?as de la tierra en M¨¦xico y un chapuz¨®n con los ping¨¹inos. Un recorrido con las fotos de National Geographic
Con lo que viajaba Tint¨ªn, Juan Manuel Castro Prieto pod¨ªa haberse enamorado de cualquier pa¨ªs. Pero fue Per¨² el que conquist¨® al fot¨®grafo madrile?o cuando devor¨® las vi?etas de Las 7 bolas de cristal y El templo del Sol, las dos aventuras del reportero del tup¨¦ en el pa¨ªs sudamericano. Decidi¨® que quer¨ªa ir a conocer a esas momias, selvas y templos que gu¨ªan la historia de Herg¨¦. Y la ocasi¨®n se le present¨® ya como fot¨®grafo profesional, en 1990. Fue requerido para ampliar las instant¨¢neas de uno de sus referentes profesionales: Mart¨ªn Chambi. El fot¨®grafo ind¨ªgena que capt¨® con su c¨¢mara el Per¨² de los a?os veinte hasta la d¨¦cada de los setenta.
Castro Prieto es probablemente el fot¨®grafo espa?ol que mejor ha reflejado a trav¨¦s de su objetivo el pa¨ªs andino. Pero de una manera muy diferente a National Geographic, una publicaci¨®n que ¡°marc¨® una ¨¦poca¡±, seg¨²n afirma, y que consegu¨ªa despertar el deseo de querer trabajar en ella a los profesionales de la imagen cuando se adentraban en ese mundo. Aunque no niega que m¨¢s tarde su estilo se distanci¨® bastante del de la revista estadounidense.
Su selecci¨®n de im¨¢genes de Latinoam¨¦rica, Caribe y Ant¨¢rtida tiene un hilo que une a estas instant¨¢neas que recorren diferentes pa¨ªses y distintas ¨¦pocas. Echen un vistazo. ?Lo ven? Son las personas, esto es lo que atrae a Castro Prieto: la parte humana. Salvo un par de im¨¢genes de la naturaleza, algo en lo que National tambi¨¦n demostraba maestr¨ªa por su captaci¨®n del color y la luz.
La serie
La vuelta al mundo de ¡®National Geographic¡¯. La famosa publicaci¨®n lleva 125 a?os descubriendo un mundo a varias generaciones que jam¨¢s creyeron que existiera. La editorial Taschen celebra este aniversario con una edici¨®n especial de tres cuidados vol¨²menes con el impresionante material atesorado a lo largo de todos estos a?os. En esta serie de verano, cinco grandes fot¨®grafos espa?oles realizan su selecci¨®n de estas im¨¢genes que nos transportan a otras culturas y a otras ¨¦pocas. Tras recorrer Europa de la mano de Jordi Soc¨ªas, Am¨¦rica del Norte junto a Ouka Leele y Asia y Ocean¨ªa con Jos¨¦ Manuel Navia, viajamos a Latinoam¨¦rica, Caribe y Ant¨¢rtida junto a Juan Manuel Castro Prieto.
Como, por ejemplo, la de las tortugas reposando a los pies del volc¨¢n y los ping¨¹inos en plena zambullida en las heladas aguas de la Ant¨¢rtida. ¡°?T¨² sabes cu¨¢ntas horas se tuvo que pegar el fot¨®grafo para conseguir eso, cu¨¢ntos clics?¡±, interroga Castro Prieto. A decir verdad, la instant¨¢nea consigue que el espectador crea que el fot¨®grafo pasaba por all¨ª y se encontr¨® la escena, con los animales casi posando. Pero si reflexionamos un poco m¨¢s, nos damos cuenta de que es una impresi¨®n absurda. ¡°Siempre se ha sabido que los medios con los que contaban los profesionales de National Geographic eran casi ilimitados. Ten¨ªan el material perfecto, dispon¨ªan de todo el tiempo que quer¨ªan para conseguir la imagen perfecta. Si lo que hab¨ªan hecho no los convenc¨ªa al final del d¨ªa, pod¨ªan volver al siguiente para repetir¡±, explica.
S¨®lo as¨ª se entiende c¨®mo Carsten Peter lleg¨® a inmortalizar la grandiosidad de las cuevas de M¨¦xico en las que hallaron los cristales de mayor tama?o en la Tierra. ¡°Iluminar todo eso es un trabajo impresionante, y viendo a los exploradores, te imaginas c¨®mo ten¨ªa que estar apoyado ¨¦l para tomar la fotograf¨ªa, por no hablar de las condiciones ambientales¡±, detalla Castro Prieto, a quien este reportaje se le clav¨® en la memoria en 200. Observ¨¢ndolo hoy es v¨ªctima del mismo efecto que ¨¦l busca con su trabajo: que su imaginaci¨®n vuele. Pensando en la postura en la que se deb¨ªa encontrar Peter, Castro Prieto reflexiona sobre la situaci¨®n m¨¢s complicada en la que ¨¦l ha trabajado. ¡°No recuerdo ning¨²n momento en el que las condiciones fueran especialmente duras, pero el viaje a Etiop¨ªa fue dif¨ªcil por otros motivos¡¡±. Ahora cuenta con tranquilidad c¨®mo los secuestraron en un pueblo del pa¨ªs africano hasta que pagaron una fianza a unos hombres armados con Kal¨¢shnikov: ¡°Hasta el gu¨ªa se puso nervioso y dijo que, si hac¨ªa falta, pagaba ¨¦l. Fue un momento muy tenso¡±.
Volviendo al continente que nos compete en esta selecci¨®n, Castro Prieto rememora su primer acercamiento a tierras peruanas. Gracias al trabajo sobre Chambi, pudo viajar hasta su destino so?ado en 1990 y conocer a la familia de este pionero de la fotograf¨ªa, cuyas im¨¢genes tienen un valor sociol¨®gico incalculable. En una procesi¨®n de Viernes Santo en Cuzco se reafirm¨® en la idea que le rondaba desde que vio a Tint¨ªn con chullo (el gorro con orejeras t¨ªpico de Per¨²) y poncho: ten¨ªa que fotografiar ese pa¨ªs. ¡°Yo estaba alucinando en medio de toda esa gente, esa escena se pod¨ªa ver en Espa?a, pero a los personajes les hab¨ªan cambiado la vestimenta y las caras¡±. No esper¨® mucho: en 1994 volvi¨® a poner su tr¨ªpode en suelo peruano para retratar sus paisajes. Pero como en la vida muchas cosas no salen seg¨²n lo planeado, Castro Prieto descubri¨® que por muy deslumbrante que fuera el panorama, lo que de verdad le interesaba eran las personas. Latinoam¨¦rica le inspira calma y tranquilidad. ¡°Es como si all¨ª el tiempo no pasara¡±, apunta.
Perfil
Las instant¨¢neas de Juan Manuel Castro Prieto (Madrid, 1958) siempre buscan captar un momento que despierte la imaginaci¨®n de quien las observa. Ese es el hilo que gu¨ªa su obra desde que comenz¨® en el mundo de la fotograf¨ªa en 1977. Una caracter¨ªstica com¨²n que define a los profesionales de su generaci¨®n es que empez¨® de forma autodidacta. Sus proyectos m¨¢s personales se han desarrollado en Per¨², donde naci¨® Viaje al sol, y Etiop¨ªa, pa¨ªs que visit¨® en 2001. Ha ganado numerosos galardones, como el C¨¦sar Vallejo de Per¨², el de PhotoEspa?a Bartolom¨¦ Ros y el de la Comunidad de Madrid. Ha expuesto fundamentalmente en Espa?a, Francia, Estados Unidos y Per¨².
De ah¨ª nacieron los retratos de los campesinos, los lugare?os sentados a la mesa con sus vasos de pisco, los andinos con la mirada perdida. No quer¨ªa el Per¨² monumental, sino el personal y subjetivo, el que se extrae de lo sentimental y lo particular. Para culminar la relaci¨®n con Chambi en el tiempo a trav¨¦s de los carretes, Castro Prieto recorri¨® en 2009 el sendero marcado medio siglo antes por ¨¦l e inmortaliz¨® sus mismos escenarios con una c¨¢mara de placas.
Observando la fotograf¨ªa de una paup¨¦rrima Bolivia, se plantea la cuesti¨®n tan discutida de si el fot¨®grafo debe involucrarse con los habitantes del entorno que va a retratar. ¡°Hasta cierto punto¡±, asegura ¨¦l, ¡°a m¨ª me gusta hablar con la gente, claro, pero cuando vas a determinados lugares, es imposible ayudar a todo el mundo, no eres una ONG¡±. Aun as¨ª, emerge de entre sus recuerdos (y de una carpeta de im¨¢genes de su ordenador) un ni?o et¨ªope semicubierto por un trapo. ¡°Le hice la foto y entonces su abuelo se me acerc¨®, habl¨¢ndome en su dialecto, yo no entend¨ªa nada. Entonces le destap¨® y vi que ten¨ªa las piernas en carne viva, se hab¨ªa quemado¡±. Castro Prieto se lo llev¨® hasta el hospital m¨¢s cercano y all¨ª se cur¨® gracias a un simple tratamiento con antibi¨®ticos.
?l enfoca cuando la escena que se le plantea ante sus ojos le inspira alguna sensaci¨®n. Y para muestra, ense?a algunos ejemplos de su obra. La imagen de la humilde casa museo de Maria Reiche, la mujer que dedic¨® su vida a investigar las l¨ªneas de Nazca, en Cuzco, o la de un hombre que observa la ventana en una habitaci¨®n de su casa en Per¨², entre un cartel de una mujer ligera de ropa y otro que muestra la torre Eiffel de Par¨ªs.
Para Castro Prieto, las fotograf¨ªas de National Geographic dan lugar a lo on¨ªrico, pero no a la imaginaci¨®n, ah¨ª es donde divergen sus visiones de la realidad. No olvidemos el factor fundamentalmente documental que persiguen los reportajes de la publicaci¨®n estadounidense. ¡°Sus instant¨¢neas tienen un aire m¨ªtico, parece que muestren escenas que s¨®lo puedes encontrar ya en sus p¨¢ginas¡±, comenta el fot¨®grafo, que se maravilla de que sin los avances digitales que existen actualmente sus profesionales consiguieran atm¨®sferas tan perfectas y l¨ªneas tan rectas como la de la foto de los chavales jugando a las puertas de su colegio en Puerto Pr¨ªncipe (Hait¨ª). De ese esp¨ªritu surgen retratos como el del vendedor ambulante de Brasil o el del ind¨ªgena de Guatemala. ¡°Probablemente este tipo de im¨¢genes nos hayan influenciado a todos de una manera u otra¡±, asegura. En su caso, Tint¨ªn tambi¨¦n tuvo algo que ver.
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