La cruz de los ¨¢rbitros
Solo les vemos cuando cometen un fallo. De ellos depende el curso de la Liga. Les seguimos durante la pretemporada
Arbitro espa?ol: ?hijo de la gran puta madre que te pari¨®!¡±.
El exabrupto podr¨ªa haberlo escupido un hincha encolerizado despu¨¦s de un partido, podr¨ªa haber saltado ante la pantalla de un bar o burlado los filtros de comentarios injuriosos en la Red. Pero fue, con letras enormes, la portada del peri¨®dico colombiano Hoy, Diario del Magdalena tras la eliminaci¨®n de su selecci¨®n ante Brasil en el pasado Mundial de f¨²tbol. El ¡°¨¢rbitro espa?ol¡¡± es Velasco Carballo, cuya imagen ilustraba la plana y a quien los colombianos acusaban de permitir a La Canarinha una excesiva dureza. En el texto le llamaban ¡°el delincuente que ejerci¨® de juez central¡±.
Velasco Carballo se llama Carlos. Tiene dos hijos, de 11 y 9 a?os. Para ellos, pap¨¢ es ¡°un h¨¦roe¡±. ¡°Est¨¢n orgullosos de m¨ª a tope. Les gusta mucho el f¨²tbol y presumen de que su padre arbitre en Primera. El mayor ya me ha dicho que si no puede ser futbolista, igual se apunta a ¨¢rbitro¡±, sonr¨ªe Velasco. De aquella portada, el colegiado madrile?o, de 43 a?os, no quiere hablar, dolido porque sus hijos hayan podido verla en Internet. Es lo que m¨¢s afecta a los ¨¢rbitros de Primera, ya vacunados contra los insultos tras una vida en el ojo del hurac¨¢n, pero impotentes cuando los ataques afectan a quienes les rodean. ¡°Mi hijo mayor tiene nueve a?os y no le gusta nada el f¨²tbol. Creo que es su manera de revolverse¡±, comenta Alberto Undiano Mallenco, navarro de 40 a?os, 14 en Primera. ¡°Al peque?o s¨ª le gusta. Yo les digo que si dicen algo de m¨ª en el colegio, que no se compliquen. Es parte de este trabajo. La gente se acerca en la calle, te dice algo, y la familia se cansa. Para el resto soy Undiano Mallenco. Pero soy Alberto¡±.
Un soci¨®logo de r¨¦cord
Alberto Undiano Mallenco. 8-10-1973. Pamplona. Comit¨¦ navarro. Internacional. 248 partidos en Primera.
Licenciado en Sociolog¨ªa y Ciencias Pol¨ªticas, fue subdirector del ?rea de Deporte y Bienestar Social del Ayuntamiento de Pamplona, con Uni¨®n del Pueblo Navarro. Aterriz¨® en Primera con 26 a?os como el ¨¢rbitro m¨¢s joven en ascender. ¡°?Este cr¨ªo nos va a pitar?¡±, dec¨ªan en los estadios. En 14 temporadas ha dirigido 248 partidos (tiene a tiro el r¨¦cord, los 291 de Iturralde Gonz¨¢lez), entre ellos siete cl¨¢sicos entre Bar?a y Madrid. Lleg¨® al arbitraje con 13 a?os. A su padre, con quien ve¨ªa jugar a Osasuna, no le gust¨®. ¡°Los mejores amigos me los ha dado el arbitraje¡±, dice. Desconecta con el tenis y el p¨¢del.
?Qu¨¦ historias humanas se esconden detr¨¢s de estos jueces del f¨²tbol? ?Qu¨¦ sienten? Es dif¨ªcil entrar en el coraz¨®n de un mundo arbitral con tendencia a cerrarse sobre s¨ª mismo, temeroso del exterior, como si cualquier contacto fuera una agresi¨®n. Cuando se han abierto, dicen, han salido escaldados. Los palos les han hecho recelosos y cuesta romper la coraza. Pero cuando se desnudan puede descubrirse a personas apasionadas del f¨²tbol y obsesionadas con la perfecci¨®n.
Son 20 elegidos para dirigir en la ¨¦lite, de 12 comit¨¦s territoriales, entre los 28 y los 44 a?os ¨Cuna media de 37 y medio¨C. Como cualquier ni?o, no so?aban con ser ¨¢rbitros, ¡°sino el delantero que mete el gol en la final del Mundial¡±, pero el destino les hizo jueces. Sus nombres se recitan casi de memoria para el aficionado: Mu?iz Fern¨¢ndez, Mateu Lahoz, Teixeira Vitienes¡ As¨ª, con los dos apellidos, desde que en los a?os setenta la dictadura ordenara que al ¨¢rbitro murciano Franco se le conociera por el nombre de familia completo, Franco Mart¨ªnez, para evitar cr¨ªticas camufladas al caudillo con frases como ¡°Franco es muy malo¡±. Es el mismo ?ngel Franco que hoy es vicepresidente del Comit¨¦ T¨¦cnico de ?rbitros (CTA).
¡°Nadie nace queriendo ser ¨¢rbitro¡±, asume Undiano. ¡°No es agradable cuando eres un ni?o y te gritan ¡®hijo de puta¡¯. Te planteas: ?esto merece la pena? Pero te ayuda a madurar antes que al resto de chicos de tu edad y te das cuenta de que no es solo a ti, insultan hasta a sus jugadores. Es un problema de educaci¨®n, de los insultos en el f¨²tbol no se libra nadie. Aunque nosotros sentimos m¨¢s la soledad. Al jugador que falla le arropan sus compa?eros. Nosotros nos vamos a casa solos, y solos nos debemos enfrentar a esos momentos. Si no est¨¢s preparado, la presi¨®n te puede matar. Arbitrar en Primera es como conducir un f¨®rmula 1. Al m¨¢s m¨ªnimo error, el golpe es tremendo. Puede afectar a tu vida¡±. ¡°Yo me doy como m¨¢ximo 24-48 horas para pensar en el error. Si no eres fuerte de cabeza para levantarte en ese tiempo, no puedes seguir en este circo, el propio f¨²tbol te echar¨¢¡±, a?ade el mundialista Velasco Carballo. ¡°El error hay que mirarlo de frente, a la cara, enfrentarse a ¨¦l. Te preguntas: ?por qu¨¦ no lo he visto? Sale en la televisi¨®n tan claro que no encuentras la respuesta. ?Por qu¨¦ no lo he visto, por qu¨¦ no he corrido cinco metros a la derecha, o no he tardado tres segundos m¨¢s en decidir, o no he preguntado a mi asistente, por qu¨¦, por qu¨¦? La pregunta no sale de tu cabeza. Se pasa fastidiado. Quien piense que nos equivocamos y nos vamos a tomar una cerveza y dormimos de maravilla, pues no, el ¨¢rbitro lo pasa mal¡±.
De Aluche al Mundial
Carlos Velasco Carballo. 16-3-1971. Madrid. Comit¨¦ madrile?o. Internacional. 180 partidos en Primera.
La imagen de la seriedad. Quien m¨¢s se ajusta al perfil de juez. Se niega a vestirse de ¨¢rbitro para el fot¨®grafo porque dice que es su herramienta de trabajo. Sufri¨® una agresi¨®n en sus inicios, le tiraron piedras y varias veces sali¨® protegido por la polic¨ªa. ¡°Hubo tardes desagradables, pero nunca dud¨¦¡±. Fue un extremo derecha del Cultural Leonesa de Madrid, le gustaban los torneos de chapas y estudiaba en el instituto Blas de Otero, en Aluche. Un amigo de su hermano le inst¨® a hacerse ¨¢rbitro. Era Rubinos P¨¦rez, que fue internacional. Como ¨¦l, que ha pitado una Eurocopa y un Mundial. Es ingeniero industrial y ha tenido a 400 personas a su cargo.
La tecnolog¨ªa ha convertido cada partido en un gran hermano. Cada acci¨®n pol¨¦mica es desmenuzada a c¨¢mara lenta y repetida desde varios ¨¢ngulos, y los fueras de juego se ven en tres dimensiones. Y aun as¨ª los comentaristas, los amigos en el bar o la familia en casa discuten porque no se ponen de acuerdo. Misi¨®n imposible para el ¨¢rbitro pese a toda la ayuda humana de que dispone: dos asistentes y un cuarto ¨¢rbitro con los que est¨¢ comunicado mediante pinganillos ¨C¡°una palabra de ¨¢nimo te reconforta¡±, cuenta Undiano¨C. En la temporada que comienza este fin de semana se incorpora un espray para marcar la distancia en las faltas, y en otros torneos se ha probado la tecnolog¨ªa de la l¨ªnea de gol. El resto es cosa suya. Se niegan a que un partido se detenga para examinar una acci¨®n en v¨ªdeo. ¡°Le quitar¨ªamos la salsa al f¨²tbol¡±, argumenta Victoriano S¨¢nchez Arminio (Santander, 72 a?os), ex¨¢rbitro y desde 1993 presidente del CTA.
El fallo existe y existir¨¢. ¡°Meterte en una burbuja es imposible. Vas a comprar el pan y el panadero te recuerda una jugada¡ Hay que verlo con naturalidad. El error cero es imposible, no somos robots. Si sales a la calle y respondes a cada uno, acabas enfadado con el mundo. Tampoco puedes apagar la tele o no leer nada. Nuestra actividad es muy p¨²blica y estamos sometidos a juicio¡±, acepta Undiano; ¡°el f¨²tbol en Espa?a no acaba con el partido. Llega el lunes y en el m¨®vil saltan llamadas desde n¨²meros largos. De 100 veces, 99 es porque te has equivocado. Es una locura¡±.
To?o, el ni?o del pueblo
Antonio Miguel Mateu Lahoz. 12-3-1977. Algimia d' Alfara (Valencia). Comit¨¦ valenciano. Internacional. 117 partidos en Primera.
¡°Hola, soy To?o¡±, se presenta Mateu Lahoz, hombre campechano que disfruta con el sosiego de Algimia, pueblo valenciano de unos mil habitantes donde encuentra la paz en los paseos y las rutas en bici. To?o era un ni?o de 14 a?os que jugaba al f¨²tbol hasta que una lesi¨®n de rodilla le cambi¨® el futuro. Su hermano, ¨¢rbitro, le ret¨®: ¡°Conoce al enemigo¡±. To?o acept¨® y se convirti¨® en Mateu Lahoz desde ese primer partido en Benicalap en que con 0-0 pit¨® un penalti en el ¨²ltimo minuto: ¡°El arbitraje entr¨® en m¨ª¡±. Profesor de educaci¨®n f¨ªsica, tiene un hijo de 18 meses al que llam¨® Pau en honor a su asistente, al que conoce desde hace 23 a?os.
Hay unos 15.000 ¨¢rbitros en Espa?a, una cifra ligeramente en aumento pese a la imagen negativa del colectivo. El camino para ser uno de los 20 elegidos es una carrera de fondo. Solo los m¨¢s duros sobreviven. ¡°La gente te insulta, te chilla, y a un ni?o eso le impresiona. Si te metes a ¨¢rbitro es porque tienes car¨¢cter y personalidad¡±, explica Carlos Velasco. ¡°Las malas experiencias te aportan esa convicci¨®n de que lo que est¨¢s haciendo es lo que quieres hacer. El ¨¢rbitro ha de tener una autoconfianza muy firme, por encima de la poblaci¨®n normal. Tenemos la convicci¨®n moral de que hacemos algo tan ¨¦ticamente maravilloso como es pitar lo que vemos. Si tienes esa confianza en ti mismo, sobrevives. Si no, es dif¨ªcil. En nuestro entorno piensan que somos buenos. Fuera, nos critican sin piedad¡±.
¡°Los ¨¢rbitros somos bastante enfermizos. Pretendemos ser perfectos, y as¨ª es muy dif¨ªcil asimilar el error, luego no duermes. Tienes que convivir con lo que eres. El error lo llevas en la mochila, y en Primera no te equivocas sin m¨¢s, sino ante millones de personas¡±, cuenta el c¨¢ntabro Fernando Teixeira Vitienes, de 43 a?os y protagonista de un caso ¨²nico: su hermano Jos¨¦ Antonio, un a?o mayor, tambi¨¦n es ¨¢rbitro de Primera. ¡°Ser familia es un acicate para criticarnos. Hay gente que intenta hacerte da?o¡±, dice ¨¦l.
Existe entre los ¨¢rbitros una empat¨ªa y a la vez una rivalidad. Un mes antes de la Liga se concentraron una semana en Santander. Los 20 ¨¢rbitros de Primera con sus 40 asistentes, una gran familia. En el programa, charlas sobre agarrones y codazos, nutrici¨®n, trabajo en equipo, ocasi¨®n manifiesta de gol¡ El s¨¢bado es el d¨ªa de relax, en el balneario de Puente Viesgo. Antes han pasado unas pruebas f¨ªsicas que repiten otras tres veces en la temporada: a final de a?o, en febrero y cuando acaba el curso. Un test de velocidad de 6 series de 40 metros en 5,8 segundos cada una, con 1 minuto y medio de recuperaci¨®n; una interv¨¢lica de 10 vueltas de 400 metros alternando 150 corriendo y 50 andando en 30 segundos cada vez, y una prueba de campo. Quien suspende no puede arbitrar. Si vuelve a suspender, pierde la categor¨ªa.
Ingeniero de lunes a viernes
Jos¨¦ Antonio Teixeira Vitienes. 18-7-1970. Santander. Comit¨¦ c¨¢ntabro. 79 partidos en Primera.
¡°?Soy uno de vosotros!¡±. Jos¨¦ Antonio pasa de ¨¢rbitro a periodista cuando recuerda sus diez a?os como t¨¦cnico inform¨¢tico en El Diario Monta?¨¦s. Es Ingeniero de Telecomunicaciones y hoy uno de los pocos en Primera con otro trabajo, director general de Tecnolog¨ªa e Innovaci¨®n del Ayuntamiento de Santander. ¡°Comprendo el trabajo de los periodistas, pero no la masacre personal¡±, dice. El gusanillo del arbitraje le pic¨® tarde, en la universidad. Es el m¨¢s veterano de Primera, 44 a?os (pueden pitar hasta los 45). Apenas tiene tiempo entre el trabajo, los entrenamientos y dos ni?as mellizas de 13 a?os.
El f¨ªsico es una de las patas de esa perfecci¨®n que buscan los ¨¢rbitros. Hoy son casi todos profesionales, dedicados en cuerpo y alma al arbitraje. Durante la semana repasan con sus asistentes sus partidos en v¨ªdeo, y analizan a los equipos a los que arbitrar¨¢n la jornada siguiente. Ven actuaciones de otros colegiados, y reciben v¨ªdeos de la UEFA y de la FIFA. ¡°Nos fijamos en todo: est¨¦tica, t¨¦cnica corporal, control de partido, acierto en jugadas de ¨¢rea¡ No te puedes imaginar la cantidad de partidos que vemos¡±, asegura el malague?o Mario Melero L¨®pez, de 35 a?os, debutante y uno de los tres andaluces en Primera, la comunidad m¨¢s representada (dos de los comit¨¦s aragon¨¦s, valenciano, madrile?o, navarro, catal¨¢n y c¨¢ntabro; uno del vasco, extreme?o, castellano-leon¨¦s, gallego y de Las Palmas). ¡°A los ¨¢rbitros nos encanta el f¨²tbol. Sabemos qui¨¦n lanza los c¨®rneres, el que hace la falta t¨¢ctica, el que protesta y el que ayuda¡±, a?ade Undiano. ¡°Yo veo un partido de la liga holandesa fij¨¢ndome en el ¨¢rbitro. Hemos de estar muy bien preparados. Sube gente joven, pero ha de ser madura. El ¨¢rbitro ha de ser una persona equilibrada, con una vida ordenada. No puedes impartir justicia en el campo y fuera ser de otro modo¡±.
Dos hermanos bajo la lupa
Fernando Teixeira Vitienes. 28-7-1971.Santander. Comit¨¦ c¨¢ntabro. Internacional.208 partidos en Primera.
El hermano peque?o de Jos¨¦ Antonio arrastr¨® al mayor al arbitraje. Fernando hab¨ªa seguido los pasos de un t¨ªo que lleg¨® a Tercera y Jos¨¦ Antonio inscribi¨® tambi¨¦n los apellidos Teixeira Vitienes en el colegio c¨¢ntabro. Su padre no iba a verles porque no soportaba los insultos a sus hijos. ¡°Lo nuestro es multiplicado por dos, sufrimos el doble¡±, dice Fernando. Hay m¨¢s suspicacias por su condici¨®n de hermanos y adem¨¢s paisanos del presidente del comit¨¦, S¨¢nchez Arminio. Es padre de una chica de 22 a?os y un chico de 14. Estudi¨® ingenier¨ªa y ha trabajado 15 a?os en un laboratorio m¨¦dico en Santander. ¡°Cerr¨® hace dos, como casi todo en este pa¨ªs¡±.
El perfil ha evolucionado y el ¨¢rbitro ya no es el autoritario polic¨ªa de antes, sino que intenta empatizar con un futbolista al que en ocasiones conoce desde hace a?os. ¡°El arbitraje tiene mucho de psicolog¨ªa¡±, afirma Antonio Miguel Mateu Lahoz, profesor de educaci¨®n f¨ªsica de 37 a?os. El valenciano fue la temporada pasada el primero de la clase con una nota de 9,58, por 9,52 de Clos G¨®mez, 9,44 de Velasco Carballo y 9,39 de Undiano. ?Notas? S¨ª, los ¨¢rbitros reciben puntuaciones, como si fueran estudiantes. Las que le ponen cada partido unos informadores del comit¨¦ que les juzgan desde las gradas. Una mala tarde suele castigarse con una calificaci¨®n entre 7 y 7,9; un papel normal, entre 8 y 8,6; y bien o muy bien en adelante¡ La media decide qu¨¦ dos ¨¢rbitros bajan a Segunda y qu¨¦ dos suben a Primera.
La diferencia econ¨®mica es evidente. Un ¨¢rbitro en Primera cobr¨® la temporada pasada 3.577 euros por partido (1.498 cada asistente), m¨¢s 53 euros de dieta diaria y 59 de otros gastos sin justificar. En Segunda, el recibo fue menos de la mitad, 1.573 euros por tarde, y baj¨® mucho m¨¢s en Segunda B (167 euros) y en Tercera (121). El nombre de los clientes no influye en la factura, aunque claro, siempre luce m¨¢s la foto con los grandes. ?Qui¨¦n pita a qui¨¦n? Las designaciones nacen de un consenso entre S¨¢nchez Arminio, por parte de la federaci¨®n, y los tambi¨¦n ex¨¢rbitros Antonio L¨®pez Nieto, por parte de la Liga, y Evaristo Puentes Leira, por ambos. Se re¨²nen 10 d¨ªas antes de cada jornada y casan partido y ¨¢rbitro ¨Cno pueden dirigir a equipos de su comunidad¨C. Se acab¨® que un ordenador sorteara los emparejamientos y a un novato le tocara un Madrid-Bar?a. La protesta de los clubes cambi¨® un m¨¦todo que en los inicios consist¨ªa en listados de los equipos proponiendo a sus ¨¢rbitros favoritos.
El capricho del debutante
Mario Melero L¨®pez. 2-7-1979. M¨¢laga. Comit¨¦ andaluz. Debutante en Primera. La temporada pasada fue el mejor ¨¢rbitro en Segunda.
Recuerda su debut ¡°como si fuera la Champions¡±. A los 15 a?os, ¡°en un momento personal dif¨ªcil por una p¨¦rdida familiar¡±, un amigo le pesc¨® para el arbitraje. No era muy bueno como futbolista en el malague?o Tiro Pich¨®n. Sus padres eran reticentes, pero ¨¦l insisti¨®: ¡°Quer¨ªa ser ¨¢rbitro. Fue un capricho y me lo consintieron¡±. Hoy est¨¢ en Primera tras ser el colegiado con mejor nota (9,59) en Segunda. Licenciado en Educaci¨®n F¨ªsica, en excedencia (¡°quiero volver, me gusta ser profesor¡±), despeja la mente con la nataci¨®n, el senderismo y los libros de Historia. Como el resto, dice que no es de ning¨²n equipo: ¡°De verdad. No me interesa qui¨¦n gana¡±.
El aficionado sigue recelando de estos jueces que cada domingo gestionan el mar de pasiones que es el f¨²tbol. La sociedad, piensan ellos, va aprendiendo a respetarles. Fueron los propios ¨¢rbitros quienes pidieron una circular que les impide hacer declaraciones sobre aspectos t¨¦cnicos de su labor, aunque s¨ª pueden hablar sobre otras cuestiones. No suelen hacerlo. Ya no visten de negro, sino que esta campa?a alternar¨¢n el azul oscuro, el rojo, el verde y el amarillo, se?al de que han intentado modernizar su tradicional fachada. Hasta existe alguna pe?a arbitral. ¡°Con los a?os hemos ido ganando en imagen, no es tan mala como pueda parecer¡±, explica Undiano. ¡°La sociedad nos ve como un atleta m¨¢s, un profesional del f¨²tbol. Solo queremos que nos respeten¡±, pide Velasco Carballo. Como Mateu: ¡°Es f¨¢cil echarnos las culpas. Yo convivo de cine con el error, soy honesto y puedo mirar a todos a la cara, pero un entrenador o un directivo no asume que se ha equivocado. No tenemos apoyo social¡±.
La madre de Mateu le pregunta si est¨¢ bien. Los hijos de Velasco comentan en casa lo que dicen de pap¨¢ en el colegio. A Undiano no le gustar¨ªa que su peque?o siguiera sus pasos, por eso de las comparaciones. Todos aman ser ¨¢rbitros. Pero saben lo que se siente al ser los malos de la gran pel¨ªcula del f¨²tbol.
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