Barbarie fundamentalista

Tras observar en televisi¨®n las im¨¢genes de la horrenda ejecuci¨®n del periodista estadounidense James Foley a manos de un yihadista del Estado Isl¨¢mico (EI) me he quedado consternado, aterrorizado e indignado. Y no s¨®lo por el execrable asesinato en s¨ª mismo, sino, especialmente, por la forma tan cruel de cometerlo. Asimismo me ha repugnado la grabaci¨®n y posterior divulgaci¨®n de las im¨¢genes del asesinato a trav¨¦s de las redes sociales, esas que han sido creadas por los occidentales que tanto odian. De esta forma, este vil asesinato ha sido instrumentalizado como un ejercicio p¨²blico de propaganda y reivindicaci¨®n de las repugnantes actuaciones de los integrantes del EI.

Desconozco qu¨¦ tipo de maldad, fanatismo, sadismo o locura puede llevar a estos radicales fundamentalistas a degollar y, posteriormente, decapitar a un ser humano. Seg¨²n los argumentos del verdugo del reportero, son la respuesta del movimiento yihadista a las acciones militares que el Ej¨¦rcito de Estados Unidos est¨¢ llevando a cabo en el feudo iraqu¨ª del Estado Isl¨¢mico; en realidad, a lo que recuerdan sus cr¨ªmenes es a las pr¨¢cticas m¨¢s depravadas y abominables de cualquier secta sat¨¢nica.

Hay algo clave a la hora de abordar este severo problema: ser conscientes de que nos enfrentamos a b¨¢rbaros cuya mentalidad se ha quedado anquilosada en preceptos y una visi¨®n interpretativa de los valores de la vida v¨¢lidos hace unos cuantos siglos.¡ª Javier Prieto P¨¦rez.