Un m¨¢rtir de Internet demasiado fr¨¢gil
Aaron Swartz mantuvo una lucha por mantener Internet libre. Se suicid¨® con 26 a?os, un documental lo recuerda
Un aut¨¦ntico l¨ªder de Internet se cuelga en su habitaci¨®n de Brooklyn con un cintur¨®n, all¨ª lo encuentra su novia en medio de la noche. Ten¨ªa 26 a?os, pedigr¨ª de genio y un largo historial en defensa de la libertad de Internet. Su muerte, en enero de 2013, marca el fin de la inocencia. Despu¨¦s del entusiasmo generado en 2011 por la primavera ¨¢rabe, los indignados espa?oles y el movimiento Ocuppy Wall Street, lleg¨® 2012 con una cascada de censuras y espionajes varios, luego el suicidio de Aaron Swartz acosado por los poderes convencionales. Todo suena a final de ¨¦poca.
Aaron Swartz trabaj¨® en la creaci¨®n de las RSS y el Creative Commons, fue cofundador de Reddit y tuvo la suficiente audacia para venderla a Cond¨¦ Nast y convertirse en millonario con 19 a?os. A partir de entonces su reto intelectual fue una lucha, a veces temeraria, por mantener Internet transparente y libre. Al menos dos veces jug¨® a desafiar los poderes establecidos con sus virtudes de hacker libertario, y una de ellas fue investigado por el FMI, pero a¨²n no era una cabeza de turco. Su delito fue conectarse a la wifi del MIT (Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts) con su contrase?a de estudiante de Harvard y copiar cuatro millones de documentos de la biblioteca digital. Nada de valor, por ejemplo las ediciones de 1942 del Journal of Botany. Sucedi¨® en septiembre de 2010, cuando lo hizo ni siquiera intent¨® esconderse demasiado. Aaron no cre¨ªa estar robando, y realmente nunca hacke¨® la red del MIT, abierta a los que como ¨¦l ten¨ªan la contrase?a. Despu¨¦s de su arresto devolvi¨® toda la informaci¨®n y asunto zanjado. Sin embargo, el MIT y el fiscal general de Massachusetts insistieron en darle un escarmiento.
Lo acusan de 13 cargos y ¨¦l se declara inocente. Sus defensores aseguraron que solo merec¨ªa ser acusado de violar las normas de uso de la Red, le impusieron una multa de un mill¨®n de d¨®lares y 35 a?os de prisi¨®n.
As¨ª lo cuenta el reci¨¦n estrenado documental The Internet¡¯s Own Boy, de Brian Knappenberger, que defiende la tesis de que las leyes creadas para protegernos en la Red no solo fracasan en su cometido principal, sino que adem¨¢s tienen el potencial de aniquilarnos. La pieza sugiere que Aaron fue tan antip¨¢tico porque sus ambiciones pol¨ªticas lo convert¨ªan en un esp¨¦cimen peligroso: ser¨ªa el primer pol¨ªtico en comprender del todo el funcionamiento de Internet, podr¨ªa proteger realmente a los usuarios de la censura. Adem¨¢s, el carisma del chico no casaba con el estereotipo del geek torturado, inhabilitado para ejercer un cargo p¨²blico. En el documental dice su padre: ¡°Aaron fue asesinado por el Gobierno¡±. Su exnovia Nick Norton remata: ¡°Era el due?o de Internet y el viejo mundo lo mat¨®¡±.
Una tesis estimulante, digna de un m¨¢rtir, pero que no explica del todo las causas de su muerte. Gente cercana a la familia asegura a The New Yorker que se agarran a la idea del h¨¦roe como a un clavo ardiendo, pero en su fuero interno no se la creen.
Aaron ten¨ªa una personalidad depresiva. En 2007, mucho antes de que las cosas se complicaran, escribi¨® en su blog: ¡°Siento que mi existencia es una imposici¨®n al planeta¡±. Padec¨ªa colitis ulcerosa, una enfermedad cr¨®nica que en muchos pacientes cursa con depresi¨®n. Nadie duda de que los fiscales del caso, Garland Scott y Stephen Heymann ¨Ceste ¨²ltimo implicado en el suicidio de otro programador en 2008¨C, se ensa?aron. Tambi¨¦n es cierto que se le acababa el dinero con tanto juicio, pero casi toda la prensa estadounidense coincide en que la versi¨®n cinematogr¨¢fica de Aaron Swartz es demasiado ¨¦pica para ser seria. Ya es el h¨¦roe de los programadores ¨Ccuando Anonymous hacke¨® la web del Departamento de Estado declar¨®: ¡°Aaron, esto es para ti¡±¨C, no era necesario cargar m¨¢s la leyenda. En los tiempos que corren es perfectamente aceptable que un superh¨¦roe sea fr¨¢gil, depresivo y tenga el intestino inflamado.
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