Inglesas al poder
Las mujeres ahora ocupan el 21% de los puestos en los consejos de administraci¨®n de las principales empresas del pa¨ªs, muy por encima del 12% que representaban tan s¨®lo hace cuatro a?os
Qu¨¦ gran verano para las mujeres inglesas! No s¨®lo han llegado a obispas, sino que tambi¨¦n ha aumentado su representaci¨®n en los consejos que gobiernan las principales empresas del pa¨ªs, y encima puede que una de ellas, Theresa May, sustituya a David Cameron como l¨ªder del partido conservador ¨Cy como primera ministra.
Desde que las sufragistas brit¨¢nicas empezaran la lucha por la igualdad hace un siglo, las damas inglesas han peleado de lo lindo en todos los frentes. La lucha nos ha dejado huellas imborrables, como Una habitaci¨®n propia de Virginia Wolf, la obra de Doris Lessing, la fenomenal pel¨ªcula Made in Dagenham ¨Csobre la presi¨®n de unas obreras a las afueras de Londres hasta conseguir la paridad salarial¨C hasta, por supuesto, las m¨¢s modernas Calendar Girls de Yorkshire.
Ya sea con humor subido de tono, o mediante una refinada pluma; o forzando tornillos en el East End, o debatiendo ferozmente en el Parlamento, las brit¨¢nicas han llevado su lucha con flema. En Wimbledon, por ejemplo, el debate dur¨® d¨¦cadas hasta que por fin en 2007 el premio al campe¨®n y a la campeona se igual¨®.
La batalla sigue hoy vigente en el que es quiz¨¢s el terreno m¨¢s importante de todos, pues es donde recae el poder de verdad: el econ¨®mico-financiero. Las mujeres ahora ocupan el 21% de los puestos en los consejos de administraci¨®n de las principales empresas del pa¨ªs, muy por encima del 12% que representaban tan s¨®lo hace cuatro a?os, seg¨²n el Financial Times.
Pero eso no significa, ni mucho menos, que la batalla est¨¦ ganada, y all¨ª siguen ellas, peleando: el colectivo 30% Club se ha propuesto lograr que la representaci¨®n en los consejos de las grandes empresas llegue al 30%, pues un nivel inferior hace que la minor¨ªa se vea como tal y, por lo tanto, sin el poder que siempre otorga una posici¨®n m¨¢s mayoritaria.
La batalla en la City, o el centro financiero, tambi¨¦n se extiende a las gestoras de fondos de inversi¨®n, que manejan miles de millones de libras, decidiendo d¨®nde se invierten los fondos de pensiones de millones de trabajadores de todo el pa¨ªs. O sea, poder de verdad. En este caso, todav¨ªa queda mucho, s¨®lo un 7% de gestores de estos fondos de inversi¨®n son mujeres.
Eso, sin embargo, no parece desanimar a nadie ¨Csino todo lo contrario. El debate sobre las mujeres en la City o sobre la disparidad salarial entre ambos sexos es constate y los medios lo recogen con entusiasmo.
Esa publicidad por la causa es sin duda una de las victorias principales de las brit¨¢nicas, que al menos han conseguido fomentar el debate, y sobre todo han conseguido que una foto de cualquier grupo de decisi¨®n ¨Cya sea un Gobierno, una empresa, un fondo de inversi¨®n o una asociaci¨®n cualquiera¨C, que no incluya a una o varias mujeres, da?e a la vista. En este pa¨ªs ya nadie se atreve a poner una foto de directivos o directores s¨®lo masculinos, pues el da?o publicitario y el rechazo p¨²blico ser¨ªan may¨²sculos.
Mientras, en Espa?a, veo con horror que el presidente del Gobierno se hace una foto con los principales empresarios del pa¨ªs, todos hombres y sonrientes, sin que ello provoque un esc¨¢ndalo ¨Ccomo sin duda suceder¨ªa en Reino Unido. Adem¨¢s, la joven democracia espa?ola hace que ese grupo, adem¨¢s de controlar el mundo financiero y empresarial del pa¨ªs, tambi¨¦n tenga bien agarrados otros poderes f¨¢cticos, o tenga demasiado peso en la pol¨ªtica.
En Espa?a, y en cuanto al poder de verdad ¨Cel econ¨®mico y financiero¨C las mujeres no s¨®lo necesitan un gran verano, sino una gran revoluci¨®n. Pero m¨¢s que la m¨ªsera representaci¨®n femenina en ese campo, hay algo que a¨²n me preocupa m¨¢s: el silencio.
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