Silva capitaliza el cambio en Brasil
La aspirante verde lleg¨® con ventaja en las encuestas al debate presidencial celebrado el martes
Los analistas se quiebran la cabeza para entender la paradoja que vive Brasil tras la ascensi¨®n inesperada de la ecologista y candidata por el Partido Socialista Brasile?o (PSB), Marina Silva, en las encuestas de las presidenciales del 5 de octubre.
La ¨²ltima, realizada por el instituto Ibope y hecha p¨²blica el martes, le otorga, a 38 d¨ªas de la primera vuelta de los comicios, un 29% de los votos frente a un 34% para la actual presidenta, la poderosa Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), que cuenta con el respaldo del expresidente Lula da Silva. A¨¦cio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasile?a (PSDB), obtendr¨ªa un 19% de los sufragios. Pero en la m¨¢s que previsible segunda vuelta, Silva ganar¨ªa por nueve puntos (45 a 36) a su rival. El contraste reside en que, en el mismo sondeo, el 76% de los brasile?os declara estar contento con su vida y un 68%, m¨¢s incluso que en el pasado. Curiosamente, esta mayor¨ªa es casi el mismo porcentaje de quienes, desde las protestas de junio de 2013, siguen pidiendo cambios. El sondeo se realiz¨® entre el 23 y el 26 de agosto con 2.506 entrevistas.
La sombra de esa encuesta plane¨® sobre el primer debate televisado de la campa?a, celebrado en la noche del martes, entre los principales candidatos. Mientras Rousseff se esforz¨® en destacar las conquistas de los sucesivos Gobiernos del PT, Marina Silva insisti¨® en la necesidad de una ¡°tercera v¨ªa¡± o ¡°nueva pol¨ªtica¡±, en la que querr¨ªa incluir tanto al expresidente Fernando Henrique Cardoso, alma de la estabilizaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs y creador del Plan Real, como a Lula, responsable de las conquistas sociales y del acceso de 30 millones de personas a la clase media. Con estas propuestas, dej¨® a sus contrincantes sin fichas.
Silva insisti¨® en que Brasil necesita, adem¨¢s de una renovaci¨®n pol¨ªtica basada en la ¨¦tica y en una mayor participaci¨®n popular, ¡°reunir a las mejores fuerzas¡± de la pol¨ªtica y la sociedad para forjar un pa¨ªs m¨¢s moderno y m¨¢s respetuoso. Y eso es justamente la s¨ªntesis de la protesta de la calle, que no pidi¨® un cambio de r¨¦gimen, ni siquiera de Gobierno, sino un Brasil ¡°mejor¡±. Dilma Rousseff, como record¨® en el debate, propuso hace un a?o cinco grandes reformas para responder a las demandas de la calle. Incluso pens¨® en un plebiscito popular para una reforma pol¨ªtica, pero encontr¨® fuertes resistencias en el Congreso y en su partido y es Marina Silva la que ha acabado recogiendo la bandera del cambio.
Muchos analistas interpretan que Rousseff y los suyos no supieron en aquel momento entender lo que hoy revelan las encuestas: que los brasile?os son conscientes de las mejoras de los ¨²ltimos 20 a?os, pero que esa misma sociedad, sobre todo los j¨®venes, ha cambiado y no se conforma ni con los viejos juegos de la pol¨ªtica tradicional, ni con vivir en uno de los pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo mientras debe soportar unos servicios p¨²blicos propios de un pa¨ªs pobre. Todas estas cuestiones aparecieron en el debate, aunque la mayor sorpresa fue el ¨¦nfasis puesto por la candidata ¡ªacusada de ¡°so?adora¡± y de carente de experiencia de gobierno a pesar de llevar 40 a?os en pol¨ªtica¡ª en la defensa de los principios econ¨®micos desarrollados tanto por Cardoso como por Lula.
Mientras el PT, incluido Lula, se ha distinguido siempre por distinguir entre ¡°ellos y nosotros¡± (los del PT y los del PSDB), Marina Silva prefiri¨® quebrar esa dicotom¨ªa y defendi¨® lo positivo de ambos.
Sin embargo, Silva ha alertado a los suyos de que no canten victoria antes de tiempo. Los 38 d¨ªas que a¨²n faltan para los comicios son pocos, pero pueden ser muchos. Fue suficiente la muerte el 13 de agosto en accidente de avi¨®n del primer aspirante del PSB Eduardo Campos para que en 24 horas mudara toda la pugna electoral.
Ahora, el sue?o de Dilma y del PT es que estas semanas la llamada ¡°nube Marina¡± pierda fuerza para enfrentarse en la segunda vuelta al conservador Neves, en vez de a la ecologista.
Neves sali¨® bien del debate y hasta podr¨ªa aumentar alg¨²n pu?ado de votos. M¨¢s dif¨ªcil le resultar¨¢ a Rousseff recuperar consensos. La presidenta empieza a aparecer como posible perdedora tras ser abandonada por empresarios y banqueros, que ven con mejores ojos incluso a la ecologista aunque su preferido siga siendo Neves, cuya receta es ¡°seguridad econ¨®mica y jur¨ªdica sin riesgos¡±.
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