Todos pierden

HA SUCEDIDO otras veces. De nuevo, Ham¨¢s e Israel han clamado victoria tras la firma de un alto el fuego indefinido en Gaza. Han sido 50 d¨ªas de hostilidades en los que han muerto m¨¢s de 2.100 personas, en su inmensa mayor¨ªa civiles palestinos. Tanto la organizaci¨®n islamista como el Gabinete de Benjam¨ªn Netanyahu pretenden justificar sus acciones reclamando el triunfo. Pero para ambos es muy dif¨ªcil explicar con razones solventes en qu¨¦ consiste esa victoria, ya que tanto Israel como Gaza est¨¢n hoy mucho peor que hace dos meses.

Los mayores perdedores son los civiles palestinos de Gaza, atrapados entre las hostilidades de Israel y Ham¨¢s, y con un futuro negado por un bloqueo que imponen Egipto e Israel desde 2007. A los gazat¨ªes les queda poco que perder. El acuerdo les ofrece algunos alivios menores: m¨¢s millas a sus pescadores para faenar, facilidades para que algunos salgan de la Franja, m¨¢s material de construcci¨®n... Es poco. Tras la guerra de 2012 se firm¨® un pacto similar, que promet¨ªa cambios y que al final s¨®lo sirvi¨® para que todo siguiera como estaba.

En esta ofensiva Israel ha perdido a 64 soldados y cinco civiles. Sufri¨® una lluvia de m¨¢s de 4.300 cohetes que su portentosa C¨²pula de Hierro neutraliz¨® en gran n¨²mero. Es Israel, sin embargo, quien m¨¢s puede perder en el futuro si se perpetua el statu quo actual. Ante la falta de proporcionalidad de la operaci¨®n militar, sus enemigos de siempre han intensificado su llamamiento al boicot y sus estrategias para poner en duda su derecho mismo a existir. Y a los aliados m¨¢s cercanos del Estado jud¨ªo les resulta muy dif¨ªcil seguir apoy¨¢ndole en su derecho a defenderse con tanta contundencia, ante semejante n¨²mero de bajas civiles y la onerosa cifra de 500 ni?os palestinos muertos.

Apesar de las negociaciones, el bloqueo de Gaza se va a mantener, porque Israel exige que Ham¨¢s deponga sus armas, algo que no suceder¨¢. La ultraderecha israel¨ª ya ha redoblado sus llamamientos a invadir de nuevo Gaza, desocupada en 2006, y a perpetuar la ocupaci¨®n de Cisjordania, hechos ambos que pondr¨ªan en riesgo el car¨¢cter democr¨¢tico de Israel.

Los islamistas como Ham¨¢s han quedado arrinconados pol¨ªticamente en todo Oriente Pr¨®ximo. Netanyahu lo sabe y ha intentado equiparar el sangriento ascenso del Estado Isl¨¢mico en Irak y Siria con la dictadura islamista de Ham¨¢s. Pero Gaza necesita una alternativa de Gobierno. Ayer mismo, el primer ministro israel¨ª dijo que una soluci¨®n ser¨ªa que la Autoridad Palestina de Mahmud Abbas tomara el control en la Franja. Abbas domina Cisjordania a duras penas, pues su autoridad est¨¢ en duda por las restricciones que impone Israel al libre movimiento y acceso a recursos naturales.

La de Abbas, sin embargo, es la ¨²nica opci¨®n, secular y moderada, con garant¨ªas de erigir un Estado palestino aliado de Occidente y que permita a Israel vivir en paz. Para que triunfe, Israel debe acabar primero con la ocupaci¨®n y luego con los bloqueos. Es una v¨ªa indispensable para lograr consolidarse como la democracia plena e igualitaria que quiere ser.