Tragaderas
Despues de varias d¨¦cadas de tant¨ªsimo mangoneo, hemos desarrollado unas tragaderas legendarias y nuestro disgusto ante las tropel¨ªas es ef¨ªmero y tibio
?Hoy, explicaciones de Montoro en el Congreso sobre el caso Pujol. A m¨ª, que sigo contando los a?os con el ritmo escolar, este inicio de curso tan pujolil me parece un amargo y certero s¨ªmbolo de la actualidad. C¨®mo ha cambiado este pa¨ªs en los ¨²ltimos treinta a?os; en algunas cosas para bien y en otras para echarse a llorar y no parar. Recuerdo a¨²n el escandalazo que se mont¨® cuando Pilar Mir¨®, directora de RTVE, pas¨® al Ente las facturas de algunas prendas de vestir. Aquello nos pareci¨® espantoso. ?ramos inocentes, es decir, ignorantes, pero tambi¨¦n m¨¢s estrictos, m¨¢s respetuosos a¨²n con los valores esenciales. Ahora, despu¨¦s de varias d¨¦cadas de tant¨ªsimo mangoneo, hemos desarrollado unas tragaderas legendarias y nuestro disgusto ante las tropel¨ªas es ef¨ªmero y tibio. Pues bien; yo quiero decir que el caso Pujol ha conseguido escandalizarme como si fuera nueva. Ese tipo que iba de padre de la patria; ese mentiroso monumental que se erig¨ªa como el emblema de la honestidad civil y la rectitud pol¨ªtica; ese desvergonzado capaz de decirle a Jordi ?vole en una entrevista escalofriante que a ¨¦l no le hab¨ªan tentado nunca porque la gente sab¨ªa a qui¨¦n no pod¨ªa tentar; ese se?or que luego ha recurrido a las defensas previsibles del liante, denunciando a los bancos y diciendo que le atacan porque es catal¨¢n; ese individuo que consigui¨® convertir a su familia en una banda de apandadores (eso s¨ª que es educar f¨¦rreamente a los hijos); ese ser tenebroso que parece salido de la zona oscura de la guerra de las galaxias, en fin, me repugna; y no quiero dejar que mi esc¨¢ndalo se convierta en fastidio y luego en desmemoria, como nos sucede tantas veces con tantos desmanes como nos tragamos derrotadamente cada d¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.