Pujol, al hemiciclo

El Congreso de los Diputados y el Parlament de Catalu?a dieron ayer cumplida cuenta de su imprescindible utilidad en el control de la vida democr¨¢tica, la vigilancia sobre los dirigentes y la fiscalizaci¨®n de las conductas deshonestas a cuenta del caso del ex presidente de la Generalitat y ex Molt Honorable Jordi Pujol.

El hemiciclo auton¨®mico decidi¨® por unanimidad citar a Pujol para que comparezca y explique su caso de fraude fiscal ininterrumpido y ocultado durante 34 a?os. La noticia indica que las instituciones, incluso las monopolizadas por c¨ªrculos cerrados durante a?os, son capaces de contribuir a la decencia p¨²blica. Lo discutible es el formato, que no prev¨¦ preguntas ni respuestas, lo que reducir¨¢ la claridad pretendida. Pero si Pujol se negase a aclarar las cosas, anteponiendo (como en su obstruccionista deposici¨®n ante Hacienda, negando que hubiese nada que declarar) su t¨¢ctica defensiva a la promesa de transparencia que lanz¨® en su comunicado del 25 de julio, o los intereses de su clan patrimonial/familiar a su deber como ciudadano, quedar¨¢ abierta la puerta al establecimiento de una comisi¨®n de investigaci¨®n.

Esta acabar¨¢ imponi¨¦ndose como necesaria, a medida que las explicaciones se revelen insuficientes. Una comisi¨®n que no duplique las tareas de fiscales y jueces al elucidar las eventuales responsabilidades penales del expresidente, sino que se dedique a averiguar ¡ªy en su caso, cuantificar¡ª los posibles perjuicios ocasionados por los Pujol a los ciudadanos mediante la distorsi¨®n y/o corrupci¨®n en los contratos, las concesiones, las licitaciones y los proyectos de la Generalitat que el principal de ellos presidi¨® durante 23 a?os. Hace falta que se sepa si se ha producido un saqueo como el ocurrido en el Palau de la Musica ¡ªel m¨¢s grave asunto de corrupci¨®n en Catalu?a¡ª un caso por el que el partido pujolista, Converg¨¨ncia Democr¨¤tica, tiene judicialmente embargada su sede, como presunto beneficiario. Adicionalmente, convendr¨¢ conocer las cuant¨ªas en que el expresidente, esposa e hijos defraudaron a la Hacienda espa?ola (y por tanto, a la catalana), aunque solo sea para saber si su entrega a la patria tuvo episodios gratuitos o fue enteramente gravosa para los contribuyentes.

Ante el Congreso el ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, fue rotundo sobre la presunci¨®n de culpabilidad de Pujol (no descart¨® ¡°uno o varios delitos¡±); al alabar la labor policial y de la Agencia Tributaria como factores que forzaron la afloraci¨®n del caso; y al ligar el fraude al independentismo. Sobraron demasiadas interpretaciones sobre esto ¨²ltimo porque de lo que se trataba era de ofrecer informaci¨®n a la ciudadan¨ªa y colmar as¨ª su leg¨ªtimo deseo de saber; y no de establecer juicios ideol¨®gicos. Y faltaron datos: el m¨¢s relevante, si desde finales de 2012 se investiga oficialmente el caso, ?por qu¨¦ entonces se demor¨® la interposici¨®n de una denuncia, que habr¨ªa impedido la obstrucci¨®n de un eventual procedimiento penal, a la espera de la ¡°confesi¨®n¡± del jefe del clan?

Aunque varias cr¨ªticas de Montoro a la conducta fiscal de Pujol sean compartibles, su contribuci¨®n tampoco aument¨® mucho la luz sobre el caso.