La c¨¢mara caliente

?Verdad que parece una foto con fiebre? Pues no, la foto tiene la temperatura normal de las fotos, seg¨²n donde las pongas. El que romper¨ªa el term¨®metro es el hombre que yace sobre el colch¨®n. El hombre real, queremos decir, el que se encuentra o se encontraba al otro lado de la imagen, en un centro de aislamiento para infectados por el ¨¦bola, en Monrovia. Si se fijan, el colch¨®n aparece cubierto por un pl¨¢stico, para protegerlo de los fluidos del enfermo, transmisores del virus. Junto al lecho, un par de botellas de agua y dos o tres envoltorios, tambi¨¦n de pl¨¢stico, con manchas rojas, como de sangre, producto quiz¨¢ de las hemorragias con las que cursa la enfermedad. El hombre permanece con los ojos abiertos, aunque vac¨ªos, y las extremidades colocadas de cualquier modo, igual que un comp¨¢s dislocado.

Dec¨ªamos que el m¨¦rito de la fotograf¨ªa es que transmite la impresi¨®n de tener fiebre. M¨¢s a¨²n: logr¨®, en su d¨ªa, subir la temperatura de la p¨¢gina de EL PA?S en la que apareci¨® publicada. Estaba uno navegando por el diario a eso de las nueve de la ma?ana, como todos los d¨ªas, cuando al detenerse en la noticia e ir desde ella a la instant¨¢nea, percibi¨® una alteraci¨®n t¨¦rmica en el conjunto. ¡°Este hombre no es un enfermo de ¨¦bola¡±, podr¨ªamos decir al modo en que Magritte, debajo de la imagen de una pipa, afirmaba: ¡°Esto no es una pipa¡±. En efecto, es su representaci¨®n. Pero hay representaciones y representaciones. He aqu¨ª una representaci¨®n de la fiebre que logra subirle la temperatura al lector. Quiz¨¢ porque se obtuvo con una c¨¢mara caliente.