Misandria
?Ha tenido alguna vez la curiosidad de preguntarse si para un tipo de mujeres usted es un fresco o un brother, un ¡°bro mudo¡±, una especie de calzonazos que se moja lo justo en asuntos de igualdad? En estas dos categor¨ªas dividen a los hombres los miembros de Misandry Book Club (misandria, odio a los hombres, lo opuesto a la misoginia). En Instagram se agolpan j¨®venes feministas que con afilado sarcasmo y gran despreocupaci¨®n han convertido los comentarios mis¨¢ndricos en juego de sal¨®n. No sabe con cu¨¢nto regocijo celebraron en dicho club la noticia de la Atlantic City Lab seg¨²n la cual todas las personas que han muerto por un rayo en lo que va de a?o eran de sexo masculino. Las flechas del tiempo se invierten: hace apenas un siglo, quemaban a mujeres sospechosas de ser brujas. En cambio, hoy a partir de esta noticia, m¨¢s de una de una se anunci¨® con poderes, como autora intelectual del rayo mortal.
Desde algunos blogs masculinistas, otro t¨¦rmino en alza, se denuncia muy en serio esta moda de ridiculizar a los hombres y se pide que se sustituya en las frases m¨¢s deleznables la palabra hombre por la de negro, a fin de hacerse una idea del delito. El efecto es demoledor: ¡°los negros no saben pensar y mascar chicle a la vez¡±. O ¡°la mayor¨ªa de negros solo piensa en el sexo¡±. Pura xenofobia y sexismo. Y el tan manido lugar com¨²n de que los hombres tienen un pene en el cerebro, sin calibrar las crisis de masculinidad que ello habr¨¢ desencadenado, y m¨¢s ahora, que la salida de casados del armario se ha convertido en una pasarela de primavera-verano.
Las mis¨¢ndricas ir¨®nicas creen que meterse ¨Csiempre con buen humor¨C con los hombres funciona como altavoz para echar a los m¨¢s ineptos del poder y sustituirlos por un pu?ado de mujeres sobradamente preparadas. Crear estado de opini¨®n, lo llaman. Y permanecer en alerta ante los errores del enemigo, tal y como practican los feroces lobbies en Estados Unidos.
Es muy probable que usted, lector de ICON, sea un t¨ªo majo de los que saben re¨ªrse de s¨ª mismos y m¨¢s a¨²n con todos esos chistes de hombres in¨²tiles. En realidad, no se siente aludido. Proverbial amigo de las mujeres, es alguien tan excepcional que nunca le han tenido que preguntar: ¡°?Me quieres?¡±. El tipo de hombre que de vez en cuando le coge prestado el !Hola!; que huele el frasco de su perfume a escondidas y que detesta a los machotes que en las pelis porno besan a las chicas en la boca como si les succionaran el cl¨ªtoris. Le duele la insensibilidad y la cabezoner¨ªa, los machitos y los micromachismos, el ¡°mujer ten¨ªas que ser¡±. Pero, a pesar de su lado femenino, considera tan zoqueta la misoginia como la misandria, y desde luego no est¨¢ dispuesto a que le parta ning¨²n rayo.
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