"Los que mandan tienen muy claro que hay que desplazar la culpa a la gente"
Antonio Ba?os describe la asfixiante desigualdad venidera. Cada lunes ICON charla con economistas sobre problemas del primer mundo
Cuando la econom¨ªa, como un engendro monstruoso, se vuelve contra las personas, no cabe esperar que sea uno de sus secuestradores quien la rescate. Tomando la econom¨ªa como asunto pol¨ªtico, Antonio Ba?os (Barcelona, 1967) le pega un buen repaso a los dogmas de una fe deshumanizada. La econom¨ªa no existe fue el t¨ªtulo de su primer libro, y la tesis estaba bien resumidita en el t¨ªtulo. ¡°No existe, pero jode¡±, puntualiza este barcelon¨¦s, periodista ¨Caunque no fue a recoger el t¨ªtulo porque ¡°costaba como 20.000 pelas¡±¨C y m¨²sico, que se enorgullece de no haber pisado jam¨¢s una escuela de negocios no fuera que se le contagiara algo. Su (de)formaci¨®n como (anti)economista comenz¨® de cr¨ªo con unos fasc¨ªculos de la editorial Orbis y se ha ido construyendo al margen de las grandes escuelas de pensamiento econ¨®mico: ¡°Yo soy anticapitalista. Esa es la gran escuela. Este es el marco general: capitalismo, caca. El capitalismo funciona muy bien, pero es agotador y destruye muchas vidas. No compensa¡±.
Mucha gente ha comprado esa idea que da tanta rabia de 'con la que est¨¢ cayendo', como si la crisis fuera un fen¨®meno atmosf¨¦rico, algo inevitable. Y eso tiene mucho que ver con la manera en la que el lenguaje econ¨®mico se ha blindado
Con ese conocimiento desestructurado, pero muy transversal, que incluye ense?anzas de psicolog¨ªa, historia, ecolog¨ªa, sociolog¨ªa y, claro, pol¨ªtica, en aquel delicioso libro Ba?os se dedic¨® a desmontar con sa?a y un fino pero informado sarcasmo lo que ¨¦l llama la econocracia, el modelo de organizaci¨®n social que considera la econom¨ªa casi como ¡°una religi¨®n que explica el mundo. Con la contradicci¨®n de que cuanto m¨¢s sabe, menos acierta¡±.
Esa aproximaci¨®n desde el exterior, sin la contaminaci¨®n de los modelos matem¨¢ticos que han venido a dominar el ejercicio de esta pseudociencia en las ¨²ltimas d¨¦cadas, le ha permitido a Ba?os situar la batalla por una nueva forma de hacer econom¨ªa en el terreno del lenguaje. ¡°Para darse prestigio, los economistas se juntaron con los matem¨¢ticos y los f¨ªsicos hasta formar una casta sacerdotal, guardianes de lo que nos quisieron hacer creer que era una especie de conocimiento arcano para que no pudi¨¦ramos protestar¡±, explica refiri¨¦ndose a lo que ha llegado a llamarse econom¨ªa autista, incapaz (aunque en este caso por propia voluntad) de explicarse al resto de la sociedad. ¡°Lo que hay que hacer es devolver el debate econ¨®mico al juego pol¨ªtico, es decir, a la discusi¨®n p¨²blica. Mucha gente ha comprado esa idea que da tanta rabia de ¡°con la que est¨¢ cayendo¡±, como si la crisis fuera un fen¨®meno atmosf¨¦rico, algo inevitable. Y eso tiene mucho que ver con la manera en la que el lenguaje econ¨®mico se ha blindado¡±, remata.
Nos dirigimos a una era de ricos asquerosamente ricos y pobres casi en el estatus de esclavos. De ah¨ª todo ese discurso de la reinvenci¨®n y del emprendedor, que si te va mal no es porque el sistema no funcione, es porque t¨² no est¨¢s bien formateado o porque no tienes los huevos emprendedores
Seg¨²n Ba?os, ese ocultamiento de la econom¨ªa real para convertirla en una doctrina ¡°pensada no para que seas un intelectual ni una persona de ideas, sino para que trabajes en un fondo de inversi¨®n y hagas pasta¡± vino de la mano, parad¨®jica pero no inocentemente, de un exitoso programa de promoci¨®n del denominado capitalismo popular: ¡°Un t¨¦rmino que era positivo antes de la crisis y que ahora es par¨®dico, o ir¨®nico, por no decir tr¨¢gico, que se acu?¨® a finales de los ochenta y volvi¨® antes de la burbuja, que promulgaba que hacerse rico con la bolsa y la especulaci¨®n no era cosa de los brokers, sino que pod¨ªa hacerlo cualquiera¡±. Era aquello del ¡°pon tu dinero a trabajar¡± o el ¡°jugar a la bolsa¡±: ¡°No se trataba de eliminar los riesgos de la especulaci¨®n, sino de distribuirlos a todo el mundo y que todos estuvi¨¦ramos contaminados¡±, recuerda, antes de proceder a concluir: ¡°El problema es que no exist¨ªa una cultura econ¨®mica como para que la gente se planteara que all¨ª hab¨ªa algo que no cuadraba. Consultar Wall Street era muy de buen rollo, era como muy l¨ªquido, muy global¡±.
Pero la guerra m¨¢s o menos fr¨ªa por hacerse con el lenguaje no se detiene, y seg¨²n apunta Ba?os, el capitalismo zombie (¡°est¨¢ muerto pero no lo sabe¡±) ya lleva tiempo ensayando nuevos discursos con los que preparar el camino a una nueva era, lo que ¨¦l llama una Nueva Edad Media (NEM) con ricos asquerosamente ricos y pobres casi en el estatus de esclavos, como argumenta en su segundo libro, Posteconom¨ªa: ¡°Los que mandan tienen muy claro que hay que desplazar la culpa a la gente. De ah¨ª todo ese discurso de la reinvenci¨®n y del emprendedor, que si te va mal no es porque el sistema no funcione, es porque t¨² no est¨¢s bien formateado o porque no tienes los huevos emprendedores. O, como dicen, el esp¨ªritu emprendedor, que es algo que te cae del cielo, como el Esp¨ªritu Santo¡±.
El modelo de la opresi¨®n futura es Google o Amazon. Son los que aumentan la desconexi¨®n entre quienes saben c¨®mo funciona el mundo, y los que somos usuarios sin entender nada. La esclavitud no tiene por que ser a l¨¢tigo, puede ser a base de apps
Y puestos a ser hist¨®ricamente rigurosos, Ba?os est¨¢ convencido que esa NEM ya tiene sus arist¨®cratas, y no son solo los banqueros y los gobiernos: ¡°El modelo de la opresi¨®n futura es Google o Amazon¡±, explica. ¡°La NEM no tiene por que ser a l¨¢tigo, puede ser a base de apps. Antes, si se te romp¨ªa el carro, m¨¢s o menos todo el mundo sab¨ªa c¨®mo arreglarlo. Ahora el conocimiento es cada vez m¨¢s cr¨ªptico. Aumenta la desconexi¨®n entre quienes saben c¨®mo funciona el mundo, y los que somos usuarios sin entender nada. La tecnolog¨ªa es cada vez m¨¢s restrictiva¡±.
¡°Lo peor vendr¨¢ cuando comprendas que ya no hay otra opci¨®n¡±, cantaban Los Punsetes. Ba?os, activista de la guasa y del anticapitalismo, no se apunta del todo al derrotismo de la banda madrile?a de pop, pero est¨¢ convencido de que no hay marcha atr¨¢s: ¡°No es que pasemos una crisis y volvamos al punto anterior, sino que de esta crisis se sale hacia una sociedad mucho m¨¢s servil¡±. Como dice una pintada que hay cerca de mi casa Se acaba la crisis, empieza la miseria.
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