"Mi ropa da ganas de practicar sexo"
Olivier Rousteing, el joven dise?ador de Balmain, quiere conquistar al hombre a base de pop, Instagram y promesas de ligue garantizado
Igual que las sedes de los grandes grupos bancarios son ciudades ultramodernas, y las de las editoriales, oficinas que han vivido tiempos mejores, el n¨²mero 44 de la rue Fran?ois I es un digno edificio hausmanniano, en el distrito octavo de Par¨ªs, con molduras blancas y trampantojo de m¨¢rmol travertino. Exactamente como merece el cuartel general de una respetada casa de moda. Al traspasar la puerta del primer piso, sin embargo, una falange de modelos pisotea la nostalgia napole¨®nica. Desfilan hasta quedarse quietos, en formaci¨®n, para que los invitados puedan apreciar una colecci¨®n que incluye sudaderas con coderas reforzadas y colores de competici¨®n, chaquetas bordadas con cuentas en pautas geom¨¦tricas ¨Centre indio americano y nuevo rom¨¢ntico¨C y unas botas de combate que descubren los dedos de los pies. Estamos en julio, es la presentaci¨®n de la primavera 2015 de Balmain y, aunque este no sea el tipo de ropa que uno se pondr¨ªa para su reuni¨®n de las diez, esa tampoco es la aspiraci¨®n de su dise?ador, Olivier Rousteing. ¡°Hace tiempo que hombres como Kanye West o Prince me ped¨ªan que adaptara para nosotros lo que hago para las mujeres¡±, explica, mientras se acerca a un modelo que combina un poncho profusamente decorado con un pantal¨®n suelto de motorista. ¡°En realidad, yo mismo visto as¨ª: me puedo poner una chaqueta de 25.000 euros, pero la llevo con un ch¨¢ndal¡±. Rousteing tiene 28 a?os, lleva tres al frente de Balmain y quiere hacer de la casa francesa el canto generacional de una juventud que prefiere Rihanna a Jim Morrison, Sensaci¨®n de vivir a Blow Up, Ralph Lauren a los dise?adores de vanguardia, y la Copa del Mundo a un club de caballeros.
Ha dicho que su ropa de hombre es como un pasaporte para el sexo.
?Claro! Con la ropa de Balmain dan ganas de practicarlo. Mucha gente dice que no es cool jugar con el sexo, con la tentaci¨®n. Para m¨ª, lo cool es trabajar con sinceridad, y lo que yo hago es una visi¨®n de m¨ª mismo y de mi generaci¨®n.
Su ¨²ltima colecci¨®n est¨¢ inspirada en los campeones. Hay quien opina que la moda est¨¢ mejor sin la influencia de los deportistas.
No estoy de acuerdo. La moda necesita lo que la gente quiere ver. La moda es el ojo de la cultura de hoy, y el deporte es parte de esa cultura, as¨ª que no s¨¦ por qu¨¦ deber¨ªamos apartarnos de ello. Mira a Neymar. Probablemente no tenga una belleza o una est¨¦tica convencionales, pero ha sido portada de Vogue Brasil y Wall Street Journal. Es el tipo de t¨ªo que tiene cinco millones de seguidores, que se hace selfies, que es sexy¡ Hoy la gente conoce mil veces mejor a Neymar que a cualquier modelo masculino.
?Ad¨®nde quiere llevar Balmain Homme?
Es m¨¢s personal que la colecci¨®n de mujer, porque me lo puedo poner. Quiero que sea cada vez m¨¢s m¨ªo, y que conserve ese di¨¢logo entre pop y hip hop, y pero sin perder lo relajado de la ropa deportiva. Es lo que intent¨¦ con esta colecci¨®n.
No diremos que a Olivier Rousteing el puesto le vino antes de tiempo, pero s¨ª de manera abrupta. Corr¨ªa marzo de 2011 y, en una semana de la moda de Par¨ªs ya conmocionada por la ca¨ªda de John Galliano, tras aquella borrachera trufada de insultos antisemitas que le vali¨® el despido de Dior, Christophe Decarnin, el dise?ador que hab¨ªa convertido a Balmain en uno de los platos m¨¢s apetitosos de cada temporada, no apareci¨® para saludar despu¨¦s de su desfile. ?La raz¨®n? Un colapso nervioso. En abril, la firma confirmaba el divorcio de su director creativo y que su mano derecha, un desconocido de 25 a?os llamado Olivier Rousteing, ocupar¨ªa su lugar. Desde entonces, la mujer Balmain se ha sacudido las escuetas, car¨ªsimas piezas rockeras de la ¨¦poca anterior, que ya forma parte de la mitolog¨ªa fashion: nunca vestidos tan peque?os llevaron tantos ceros adosados. El hombre, cuyas ventas crecen a raz¨®n del 40% anual, bebe tanto de las colecciones femeninas (las chaquetas con cuentas estaban en la ¨²ltima colecci¨®n crucero), como del hedonismo sin complicaciones de su dise?ador. Alguien que se confiesa encantado de que Zara le copie; que veranea en Mykonos, acompa?ado de otros bronceados miembros del star system de la moda, y que piensa que no basta con llevar tus propias creaciones. Hay que poder. ¡°Pocos tienen la edad para ponerse lo que dise?an¡±, explica.
Ahora que la pol¨ªtica de su pa¨ªs est¨¢ marcada por una Marine Le Pen que quiere una Francia y una Europa m¨¢s cerradas y consevadoras, ?cu¨¢l cree que es su papel?
Despu¨¦s de siete temporadas me he dado cuenta de que no solo haces ropa, sino que lanzas mensajes. Todo lo que s¨¦ es que soy un chico mestizo en una casa de lujo, donde he introducido un imaginario mixto que incluye a todo el mundo, de cualquier nacionalidad. Estoy muy orgulloso de decirle a Marine Le Pen, si quiere escucharme, que soy un dise?ador franc¨¦s, que soy el futuro de Francia.
?Me contar¨ªa su propia historia?
Soy un chico mestizo en una casa de lujo. Estoy orgulloso de decirle a Marine le Pen que soy un dise?ador franc¨¦s, que soy el futuro de Francia
Me adoptaron cuando ten¨ªa un a?o y poco. Crec¨ª en Burdeos, una ciudad acomodada, culta y con una preciosa arquitectura. Tuve la mejor infancia posible. Era el ni?o negro de la familia, pero solo me sent¨ª as¨ª a los 12 a?os, cuando en el colegio me llamaban bastardo porque no era como mis padres; ellos siempre me hab¨ªan dicho que no es cuesti¨®n de sangre, sino de cari?o. A los 16 quer¨ªa ser actor, as¨ª que me mud¨¦ a Par¨ªs, pero lo dej¨¦ porque era muy malo. Luego empec¨¦ mis estudios de moda. Tampoco me fue muy bien, porque no me gustaban los profesores y no se me daba muy bien escuchar. Despu¨¦s me fui a Roma, donde trabaj¨¦ para un dise?ador que me prometi¨® que me llevar¨ªa a la semana de la moda de Mil¨¢n. Cuando no lo cumpli¨®, me march¨¦. Era un jodido mentiroso.
Luego prob¨® suerte en Mil¨¢n.
Versace quer¨ªa contratarme como becario si esperaba dos o tres semanas, pero obviamente no quer¨ªa esperar, as¨ª que me present¨¦ a Cavalli en Florencia y entr¨¦ a los tres d¨ªas.
?C¨®mo fueron los ¨²ltimos d¨ªas de Christophe Decarnin?
Duros. Cada vez pasaba m¨¢s tiempo fuera del estudio, as¨ª que yo ten¨ªa que sacar adelante la colecci¨®n. Guardo con mucho cari?o los mejores momentos que pasamos, pero los peores me hacen recordar que la moda es solo moda, que no te levantas cada ma?ana para curar el c¨¢ncer, sino para dise?ar ropa. Si alg¨²n d¨ªa me diera cuenta de que vivo el trabajo as¨ª, me asegurar¨ªa de dejarlo cuanto antes.
?Mantiene contacto con ¨¦l?
No.
La historia de Decarnin coincidi¨® con la ca¨ªda de Galliano. Entonces se dijo que era el fin del dise?ador estrella. ?No es usted uno de ellos?
Ellos eran reyes en sus castillos. Yo no soy una estrella del rock, sino del pop: no hay sufrimiento, creo en la felicidad. La gente se puede acercar a m¨ª. Mi Instagram est¨¢ lleno de mi realidad. El verdadero Olivier es el que se hace un selfie cuando se despierta, el mismo que se lo pasa bien con sus amigos que no son famosos en Par¨ªs pero luego va a la boda de Kim Kardashian.
Desde que sucedi¨® a Decarnin, se ha convertido en el centro de atenci¨®n. ?C¨®mo lo lleva?
Mejor que antes. Durante demasiado tiempo intent¨¦ complacer a los dem¨¢s, sin saber que la llave del ¨¦xito es complacerte a ti mismo. Ahora disfruto porque hay algo tan fuerte y tan profundo que quiero transmitirle a la gente, que puedo asumir todas sus consecuencias.
?Qu¨¦ opina sobre la portada de Vogue que protagonizaron Kardashian y Kanye West? A algunos les pareci¨® un sacrilegio que un personaje de telerrealidad ocupara ese espacio.
A la gente le parecer¨¢ lo que quiera, pero esta es la realidad hoy. Adoro a Kim. Empez¨® con un reality, pero ahora su vida es mucho m¨¢s que eso. Creo que es una mujer de negocios antes que cualquier otra cosa. ?Aquel n¨²mero vendi¨® m¨¢s que el de Beyonc¨¦! Es incre¨ªble: una mujer armenia, casada con un negro y con una ni?a mestiza ?en la portada de Vogue! El mundo va hacia la mezcla, hacia romper l¨ªmites.
?C¨®mo consigui¨® a Rihanna para su campa?a? He o¨ªdo que Givenchy tambi¨¦n la quer¨ªa...
Ah, ?si? Mierda. Lo siento, Riccardo [Tisci, dise?ador de Givenchy, otro amigo suyo de la industria y su rival en popularidad instagr¨¢mica]. No, en serio, es como te dije. Todo sale natural. Rihanna se pas¨® por mi estudio cuando vino a actuar a Par¨ªs, y se qued¨® horas. Se lo prob¨® todo y lo empez¨® a colgar en Instagram. Naci¨® una relaci¨®n. Seguimos en contacto, y un d¨ªa le mand¨¦ un mensaje: ¡°El otro d¨ªa tuve un sue?o: Estabas en mi campa?a¡±. Ella me respondi¨®: ¡°Dios m¨ªo. Eso ser¨ªa lo puto m¨¢s¡±.
Cuando estaba en Gucci, Tom Ford les preguntaba a sus futuros empleados si quer¨ªan vivir la vida de glamour que la firma representaba. ?Usted la ha conseguido?
S¨ª. Me encanta mi vida. Soy un privilegiado. Duermo en los mejores hoteles, puedo ir a Nueva York para pasar solo un d¨ªa, o estar cuatro semanas en Los ?ngeles. Si quisiera ir a conocer el Ant¨¢rtico el d¨ªa despu¨¦s de un desfile, podr¨ªa hacerlo, tengo el dinero y la juventud para ello. Soy una persona feliz, s¨¦ de d¨®nde vengo, as¨ª que aprecio lo que tengo. Ignoro c¨®mo ser¨¦ con 35 o 40 a?os, pero mi vida ya es lo suficientemente incre¨ªble. Mi piso tiene 150 metros y vivo solo, no me hace falta uno de 300. Ahora lo que necesito son cosas m¨¢s sencillas a m¨ª alrededor.
?Se marea al pensar en lo que tiene?
No. Soy muy perfeccionista. Siempre he trabajado como un psic¨®pata, as¨ª que no me extra?a que haya tenido buen resultado.
?Qu¨¦ fue lo ¨²ltimo que tuvo que borrar de Instagram?
No suelo borrar nada, eso es lo interesante. Tengo un estupendo equipo de prensa, y respeto la visi¨®n de la casa, pero Instagram es cuesti¨®n de honestidad. Posiblemente, tenga m¨¢s seguidores que otra gente porque soy una persona sincera. Al principio, no sab¨ªamos cu¨¢les eran los l¨ªmites. ?Poner cara de pez? ?Salir borracho? ?Aparecer con amigos no famosos, o con tu sobrina, o con tu abuela? En Balmain estaban confusos, pero ahora Instagram ha cobrado importancia en el plan de negocio. Yo me pongo la ropa que hago, y la instagramizo para mis 445.000 seguidores.
?Qu¨¦ es lo m¨¢s destestable que le han dicho en Instagram?
El d¨ªa del padre, puse una foto donde sal¨ªa con el m¨ªo, d¨¢ndole las gracias por haberme ense?ado todo lo que s¨¦. Algunos pusieron: ¡°?Te ense?¨® a ser gay?¡±, ¡°?te ense?¨® a ser una zorra?¡±. Pero no importa. Hay que re¨ªrse de esa gente.
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