Su se?or¨ªa Google
El buscador tiene el poder de dictaminar los enlaces que son borrados y los que siguen vivos en Internet
La sentencia del Tribunal de Justicia de la UE que reconoce el derecho de los ciudadanos europeos a borrar de Internet datos irrelevantes que sean da?inos para su reputaci¨®n ha puesto en un brete a los buscadores, especialmente a Google, el gigante que domina el sector. Desde finales de mayo, cuando la compa?¨ªa abri¨® el buz¨®n para suprimir enlaces, ha recibido 120.000 peticiones. De este alud, el 30% son rechazadas y en un 15% de los casos Google pide a quienes quieren desaparecer de Internet informaci¨®n adicional.
Los casos son examinados uno a uno, aunque para determinar los criterios Google ha designado un consejo de sabios independiente. Este grupo de expertos est¨¢ estos d¨ªas de gira por Europa recopilando ideas para compaginar el derecho al olvido con el derecho a la memoria y el derecho a la libertad de informaci¨®n. Antes de que ese comit¨¦ haya elaborado un protocolo de actuaci¨®n el buscador se ha convertido en juez y parte. Tiene ahora (incluso) m¨¢s poder que antes. Con los datos que facilitan los usuarios, dictamina qu¨¦ enlaces conserva y cu¨¢les suprime.
Google deja as¨ª de ser un simple soporte tecnol¨®gico a trav¨¦s del cual se accede a millones de contenidos y pasa a decidir sobre informaciones que afectan a la intimidad de mucha gente. Una tarea delicada, que afecta a un derecho fundamental y que deber¨ªa ser m¨¢s propia de las autoridades de protecci¨®n de datos, que no est¨¢n guiadas por intereres comerciales.
Son los ciudadanos sin relevancia p¨²blica, aquellos que no quieren ver su nombre vinculado eternamente a una informaci¨®n lesiva cuando lo teclean en un buscador, quienes pueden acogerse al derecho al olvido. De modo que aunque lo intentara, ?lvaro P¨¦rez, El Bigotes, no podr¨ªa borrar de Google su vinculaci¨®n con la trama G¨¹rtel.
No se trata de reescribir la historia ni alterar las hemerotecas, sino de obstaculizar el acceso a datos lesivos, caducos e intrascendentes de personas sin trascendencia p¨²blica. La sentencia es un freno al fisgoneo digital. Las informaciones actuales, l¨ªcitas y de inter¨¦s general est¨¢n (o deber¨ªan estarlo) a salvo en Internet.
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