Visi¨®n de futuro
Emilio Bot¨ªn decid¨ªa deprisa, pero no sin haber estudiado antes el problema a fondo
Lo primero que sorprend¨ªa en Emilio Bot¨ªn era su amabilidad en el trato directo. Escuchaba siempre con atenci¨®n a sus interlocutores. Sab¨ªa m¨¢s que nadie en Espa?a de banca, pero nunca abusaba de su conocimiento para apabullar a quien ven¨ªa a pedir consejo o a discutir cualquier asunto. Y sab¨ªa rodearse de gente valiosa, sin importarle nunca si pod¨ªan hacerle sombra (algo muy dif¨ªcil, por no decir imposible, en el sector).
Decid¨ªa deprisa, pero no sin haber estudiado antes el problema a fondo pues era un trabajador incansable. Trabajaba mucho y hac¨ªa trabajar mucho a sus colaboradores. Como los grandes empresarios, o los grandes hombres, ten¨ªa una idea muy clara de lo que quer¨ªa y todo lo subordinaba a la consecuci¨®n del objetivo que se hab¨ªa marcado. Pod¨ªa trabajar d¨ªa y noche sin importarle las horas de sue?o.
En sus numerosos desplazamientos en avi¨®n, no ten¨ªa en cuenta los husos horarios: su hora era siempre la de Espa?a, en sentido literal y en el figurado. Cre¨ªa en nuestro pa¨ªs y en sus posibilidades, lo que le llevaba frecuentemente a interrogarse y preguntar por los problemas macroecon¨®micos, por las perspectivas y, en definitiva, por el futuro. Era el mejor representante de la marca Espa?a en el mundo.
Dice la leyenda que antes de comprar un banco en el extranjero, lo que hizo con frecuencia, adem¨¢s de analizar a fondo su situaci¨®n, visitaba de inc¨®gnito alguna oficina para comprobar su funcionamiento en la pr¨¢ctica. Nunca se lo pregunt¨¦; pero conoci¨¦ndole, no me habr¨ªa extra?ado que as¨ª fuera.
Siempre tuvo los pies en la tierra y probablemente esta sea una de las razones de su ¨¦xito, junto con su inteligencia, su intuici¨®n y la f¨¦rrea disciplina de trabajo que se impuso a s¨ª mismo y a sus colaboradores.
Como presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca (AEB), tuve un trato con ¨¦l a lo largo de los 16 a?os de mi mandato. Le llamaba para ir a verlo a su banco, pero a menudo insist¨ªa en venir a nuestras oficinas para discutir cualquier asunto. Apoy¨® siempre a la asociaci¨®n y acept¨® su disciplina como asociado sin tratar de cortocircuitar sus actuaciones para hacer prevalecer sus intereses sobre los del resto de sus miembros.
Su desaparici¨®n deja un gran vac¨ªo que no deber¨ªa, sin embargo, afectar al funcionamiento del banco. La sociedad necesita grandes hombres, visionarios que persiguen hasta el final sus ideas, pero tambi¨¦n colaboradores capaces de continuar el trabajo de quienes supieron descubrir nuevos horizontes y se arriesgaron para alcanzarlos.
Deja un banco bien organizado, el primero de la eurozona, una gran empresa multinacional capaz de continuar su marcha por el camino trazado por un hombre excepcional.
Jos¨¦ Luis Leal fue ministro de Econom¨ªa con Adolfo Su¨¢rez y presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca entre 1990 y 2006.
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