La piel del oso
Espa?a, que aspiraba a disputar la final de baloncesto frente a EE UU, cay¨® ante Francia en cuartos
Desde el Mundial de Jap¨®n, el baloncesto espa?ol ha vivido su etapa m¨¢s brillante. Aquel legendario equipo, liderado por Pau Gasol, logr¨® en 2006 la gloria ante Grecia, que sorprendentemente hab¨ªa apeado a Estados Unidos en semifinales. Ocho a?os despu¨¦s, la selecci¨®n aspiraba a estar otra vez en lo m¨¢s alto. Jugaba en casa. Todo parec¨ªa indicar que el de 2014 era un Mundial a la carta. Aparentemente, el cruce de equipos abocaba a una final en la que se ver¨ªan las caras la anfitriona y el conjunto estrella. Antes de que se disputara el primer partido ya estaba vendida la piel del oso: el oro se lo disputar¨ªan Estados Unidos y Espa?a.
Pero Espa?a cay¨® ante Francia en cuartos de forma sorprendente a la vista del juego que hab¨ªan exhibido Gasol, Navarro, Rudy Fern¨¢ndez y compa?¨ªa en las fases previas. Sea por un exceso de confianza, una deficiente preparaci¨®n, una falta de concentraci¨®n o un incorrecto planteamiento t¨¦cnico, la cuesti¨®n es que la selecci¨®n que llev¨® al baloncesto espa?ol al olimpo en Jap¨®n y que ha regalado a los aficionados inmensas alegr¨ªas se vio desbordada.
Se puede perder un partido ¡ªclaro que s¨ª¡ª, pero el problema es la forma de sucumbir. Espa?a fue irreconocible ante Francia. Fall¨® en todo. Solo atin¨® dos triples de 22 intentos y los franceses dominaron el rebote con 22 capturas m¨¢s. No hubo capacidad de reacci¨®n: ni por parte del seleccionador, Juan Antonio Orenga, ni de los jugadores, muchos de ellos profesionales de la NBA. Ahora es f¨¢cil ¡ªe inevitable¡ª preguntarse si a la derrota pudieron haber contribuido el viaje de los Gasol a Barcelona con motivo de la reciente paternidad de Marc o el hecho de que Felipe Reyes no pisara la cancha ni un solo minuto.
La sensaci¨®n de estupefacci¨®n fue mayor si se tiene en cuenta que este equipo hab¨ªa arrollado una semana antes a Francia (le sac¨® una ventaja de 24 puntos), pero por experiencia se sabe que es raro ganar dos veces a un mismo rival en un Mundial. Pese a todo, esta generaci¨®n de deportistas ha dado d¨ªas de grandeza al baloncesto. Y, al igual que a la selecci¨®n de f¨²tbol, hay que aplaudirla. Incluso cuando pierde.
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