Europa es consenso, no confrontaci¨®n partidista
El pacto entre fuerzas pol¨ªticas distintas sigue siendo la base de la Uni¨®n
Pese a los augurios de los buscadores de esc¨¢ndalos, en la Uni¨®n Europea contin¨²a prevaleciendo el consenso m¨¢s que la competencia y la confrontaci¨®n partidistas. Tras las elecciones del pasado mes de mayo, los grupos popular y socialista acordaron compartir la presidencia del Parlamento; tres meses despu¨¦s, los nuevos presidentes del Consejo y de la Comisi¨®n y la Alta Representante para Asuntos Exteriores y de Seguridad fueron seleccionados mediante un amplio y equilibrado acuerdo entre el Norte y el Sur y entre las principales tendencias pol¨ªticas.
En paralelo, entre los mayores grupos nacionalistas que tanto revuelo levantaron con su crecimiento electoral ¡ªespecialmente el Frente Nacional franc¨¦s y el UKIP brit¨¢nico¡ª afloraron inmediatamente las rivalidades nacionales que les caracterizan y han acabado separados en los dos grupitos parlamentarios m¨¢s peque?os. Las alarmas sobre el crecimiento de un antieurope¨ªsmo amenazante han sido desmentidas una vez m¨¢s.
La gran mayor¨ªa de las decisiones importantes en las instituciones europeas siempre han sido tomadas no mediante la competencia entre partidos sino por amplio consenso entre los tres partidos m¨¢s grandes: los populares de centro-derecha, los socialistas de centro-izquierda y los liberales intermedios, los cuales, a pesar de las p¨¦rdidas relativas en las ¨²ltimas elecciones, re¨²nen el 64% de los esca?os en la C¨¢mara actual y dirigen pr¨¢cticamente todos los Gobiernos de los Estados miembros de la Uni¨®n. La cooperaci¨®n multipartidista se apoya en un amplio consenso en pol¨ªticas p¨²blicas, y en particular en la pol¨ªtica econ¨®mica, como se ha mostrado en la gesti¨®n de la crisis por Gobiernos estatales dirigidos por cualquiera de los tres partidos. Tambi¨¦n proliferan los Gobiernos de gran coalici¨®n entre los dos partidos mayores, como en Alemania y Austria, pero tambi¨¦n en Italia y Grecia, y quiz¨¢ tambi¨¦n en Espa?a en un futuro no muy lejano. La cohesi¨®n europea est¨¢ aumentando incluso en pol¨ªtica exterior, especialmente a ra¨ªz de la crisis con respecto a Ucrania y Rusia.
El consenso no es ¨²nicamente pol¨ªtico, sino tambi¨¦n social, aunque sea solo en forma de pasiva aquiescencia. Para minor¨ªas considerables de ciudadanos de Francia, Gran Breta?a y algunos otros pa¨ªses con mayor ¨¦xito hist¨®rico en la construcci¨®n de un Estado nacional, los logros pasados de sus naciones pueden ser m¨¢s lisonjeros que el proceso en curso e incierto de uni¨®n de las tierras europeas. Pero para la mayor¨ªa de la gente en todos los pa¨ªses, entre ellos Espa?a, la uni¨®n de Europa es m¨¢s atractiva que las cerrazones y rivalidades nacionalistas del pasado. De hecho, el aumento de los nacionalismos extremos, tanto de derechas como de izquierdas, har¨¢ que, como reacci¨®n, los acuerdos en la coalici¨®n centrista y europe¨ªsta sean a¨²n m¨¢s frecuentes y compactos.
Un mercado com¨²n y su moneda fueron relativamente f¨¢ciles de acordar porque casi todo el mundo pod¨ªa esperar que obtendr¨ªa beneficio de ellos
El t¨ªpico consenso pol¨ªtico a nivel europeo es lo contrario de la alternancia de Gobiernos de un solo partido y la pol¨ªtica de confrontaci¨®n, a¨²n vigentes en Espa?a. La polarizaci¨®n bipartidista fue t¨ªpica del r¨¦gimen brit¨¢nico, pero hoy, tras la novedosa experiencia de un Gobierno de coalici¨®n, est¨¢ probablemente extinguida incluso en el pa¨ªs que era su ejemplo paradigm¨¢tico. En contraste, en la Uni¨®n Europea el multipartidismo facilita una sostenida cooperaci¨®n moderada. El nombramiento de comisarios seleccionados por sus conocimientos t¨¦cnicos, m¨¢s que por su afiliaci¨®n pol¨ªtica, as¨ª como los papeles cruciales del Banco Central Europeo y del Tribunal Europeo de Justicia, tambi¨¦n impiden un estrecho partidismo y orientan a la Uni¨®n hacia la b¨²squeda de soluciones eficientes y ampliamente aceptadas.
En el pr¨®ximo futuro es probable que la competencia entre partidos pol¨ªticos disminuya a¨²n m¨¢s y sea sustituida por m¨¢s decisiones de los expertos debido a algunas caracter¨ªsticas de los nuevos desaf¨ªos en la agenda de la UE. Un mercado com¨²n y su moneda fueron relativamente f¨¢ciles de acordar porque casi todo el mundo pod¨ªa esperar que obtendr¨ªa beneficio de ellos. Pero la compleci¨®n de una uni¨®n bancaria y la mayor capacidad de decisi¨®n de la Uni¨®n en temas fiscales implican mayores niveles de conflictos interestatales de intereses y podr¨ªan generar ganadores y perdedores m¨¢s diferenciados. Por ello, los acuerdos en estos temas tendr¨¢n que basarse, a¨²n m¨¢s que antes, en el consenso basado en conocimientos t¨¦cnicos, m¨¢s que en propuestas partidistas confrontadas.
As¨ª, en contraste con las alarmas levantadas en los medios ¡°instant¨¢neos¡± que siempre andan a la caza de sorpresas, el futuro inmediato de la Uni¨®n Europea parece muy predecible. La competencia entre partidos pol¨ªticos no va a ser una caracter¨ªstica importante del sistema. El gobierno de los expertos y el consenso multipartidista en pol¨ªticas p¨²blicas puede incluso aumentar.
Josep M. Colomer es miembro de la Academia Europea.
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