Para educar a un ni?o hace falta una tribu entera
Esta entrada ha sido escrita porVega Castrillo, de Entreculturas (@entreculturas).
A pesar de las enormes posibilidades que se abren en un mundo globalizado para que todos los seres humanos accedan a una vida mejor y m¨¢s digna, el nuestro es un planeta injusto y excluyente. El 8% de la poblaci¨®n mundial, acumula el 50% de la riqueza mundial. Cerca de 1300 millones de personas sobreviven en pobreza extrema con menos de 1 d¨®lar diario. La desigualdad tiene consecuencias devastadoras en la educaci¨®n: 175 millones de j¨®venes de pa¨ªses de ingresos bajos y medio bajos son incapaces de leer toda una oraci¨®n o parte de ella.
Pero no solo la desigualdad genera inequidad en el acceso a la educaci¨®n, tambi¨¦n ocurre en sentido contrario, la ausencia de educaci¨®n o una educaci¨®n de baja calidad es generadora de pobreza y desigualdad. Los colectivos m¨¢s vulnerables que con m¨¢s facilidad son arrastrados a este c¨ªrculo de pobreza e inequidad en el acceso a la educaci¨®n son por ejemplo; 31 millones de ni?as y mujeres, 168 millones de ni?os y ni?as trabajadores, 93 millones de ni?os y ni?as con discapacidades, o 51 millones de personas que se encuentran en situaci¨®n de refugio, desplazamiento o migraci¨®n, entre otros. Cuando dos o m¨¢s factores de exclusi¨®n se juntan, por ejemplo, ni?a perteneciente a una minor¨ªa ¨¦tnica, las condiciones pueden ser especialmente dram¨¢ticas: en Nigeria, solo un 3% de las ni?as de habla ¡°hausa¡±, reciben m¨¢s de dos a?os de educaci¨®n formal ?Qu¨¦ futuro espera al 97% restante?
Resulta necesario defender y promover una educaci¨®n inclusiva, que contribuya significativamente a un modelo social m¨¢s equitativo y justo. Y es que, detr¨¢s de un modelo educativo, hay un modelo de sociedad. Avanzar en el camino de la educaci¨®n inclusiva supone promover una sociedad en la que las desigualdades sean cada vez menores, pac¨ªfica y respetuosa de las diferencias para enriquecerse con ellas.
Es necesario construir comunidades educativas adaptadas, flexibles y atentas a las necesidades de todos y cada uno de los educandos sin excepci¨®n que, a su vez, se constituya el germen de una nueva sociedad con igualdad de oportunidades para todas las personas. Promover una educaci¨®n inclusiva es una responsabilidad del Estado, garante de los derechos fundamentales de la ciudadan¨ªa, incumbe directamente a los docentes, educandos, padres y madres de familia y resto de actores implicados en la educaci¨®n, y tambi¨¦n de quienes se ven influidos por la misma, que son el conjunto de la sociedad sin excepci¨®n. Como dice un proverbio africano: para educar a un ni?o hace falta la tribu entera. Y una sociedad educadora, es una sociedad inclusiva.
En estas fechas en las que se est¨¢ preparando la nueva agenda para el desarrollo 2015, y previamente a las movilizaciones que la sociedad civil realizaremos en el mes de octubre contra la pobreza, demostremos que somos una tribu capaz de ganarle el pulso a la desigualdad.
Para saber m¨¢s:Una educaci¨®n que multiplica oportunidades
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