Claves para renovar la OEA
La organizaci¨®n necesita un mandato que la permita actuar con unidad y esp¨ªritu de di¨¢logo
El Presidente de Uruguay, Jos¨¦ Mujica, me dijo: "la OEA merece nuestra m¨¢xima atenci¨®n, necesita de gente que pueda unir, sumar, vale la pena el desaf¨ªo. Hay que ponerle el hombro y construir una OEA al servicio de los pueblos¡.f¨ªjate que es el ¨²nico foro donde podemos hablar de igual a igual entre todos y con el Norte".
Le coment¨¦: "esto es lo que hemos hecho en nuestro propio pa¨ªs, m¨¢s all¨¢ del gobierno de turno. Es tambi¨¦n lo que est¨¢ en los rasgos m¨¢s destacados del accionar pol¨ªtico nacional e internacional. Articular consensos para la defensa de los derechos humanos y la democracia es parte de nuestro ADN".
Solidaridad en casa, ampliando derechos y garant¨ªas individuales. Igualdad de oportunidades para todos, justicia social y convivencia pac¨ªfica. Es lo que tenemos para ofrecer, para ir al rescate de la solidaridad entre todos los estados. Desde las m¨¢s peque?as islas del Caribe, a las grandes potencias, pasando por las medianas econom¨ªas que conforman el espacio interamericano. Sin exclusiones de ning¨²n tipo.
Por ello, Cuba ser¨¢ invitada a la Cumbre de las Am¨¦ricas de 2015, en Panam¨¢. Un paso trascendente para el sistema interamericano.
Mi visi¨®n est¨¢ dirigida a que las Am¨¦ricas y el Caribe lleguen a ser una regi¨®n con riqueza compartida, con oportunidades para todos los ciudadanos, independientemente del origen social de las personas, de su raza, de su g¨¦nero, o de su orientaci¨®n sexual.
Para ello, la OEA debe ser el motor en el cumplimento m¨¢s cabal de la democracia, fortaleciendo la institucionalidad. Democracia, libertad, desarrollo y derechos humanos en convivencia pac¨ªfica son indispensables.
Mi compromiso con la promoci¨®n, prevenci¨®n y defensa de los derechos humanos es coherente con nuestra acci¨®n. Hay un solo est¨¢ndar. Se puede tener sensibilidades diferentes, ¨¦nfasis disimiles, pero el Sistema Interamericano debe basarse en sus normas, sus ¨®rganos y su independencia.
Buscaremos espacios nuevos y creativos de di¨¢logo, para que todas las voces sean o¨ªdas, para que el sistema cuente con el apoyo de todos, en contenido y forma, para universalizarlo, sobre la base de estos principios.
Debemos revertir la actual tendencia en materia de inseguridad ciudadana. No puede ser que en algunas regiones cerca del 8% del PIB se dedique a gastos de esta naturaleza, en lugar de dedicarlos al desarrollo. Esta no es una batalla para resolver unilateralmente. La cooperaci¨®n norte- sur es clave, adapt¨¢ndola a las particulares circunstancias de cada pa¨ªs.
El Informe sobre Drogas en las Am¨¦ricas del Secretario General Insulza y la declaraci¨®n de Antigua de 2013 muestran una apertura hacia nuevos enfoques. Ello ha estimulado un debate abierto, incluyente y sin tab¨²es.
Nuestro esfuerzo debe enfocarse hacia un futuro sustentable. El impacto del cambio clim¨¢tico aumenta las diferencias entre quienes pueden protegerse de ese flagelo y quienes no, casi siempre los m¨¢s pobres. Centroam¨¦rica y las islas del Caribe deber¨ªan ser el centro de atenci¨®n de la OEA, que junto con otros organismos multilaterales pueden fortalecer y ampliar los mecanismos de gesti¨®n de riesgo.
Los esfuerzos por garantizar la igualdad de oportunidades no pueden acotarse a esta generaci¨®n. Nuestros hijos y nietos tienen derecho a poder utilizar los recursos naturales y elegir sus propias opciones y no resignarse a utilizar lo que qued¨® despu¨¦s del saqueo.
Conclusi¨®n: La OEA vale la pena, y ello es as¨ª porque representa un espacio de dialogo ¨²nico - no hay otro similar-, que presenta el arco iris de visiones e ideas de todo el continente. Esa diversidad puede actuar con unidad, siempre y cuando sepamos actualizarla al siglo XXI y otorgarle el mandato que para ello necesita.
Luis Almagro es es Ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay y aspirante a la Secretar¨ªa General de la OEA
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