Semejanzas entre prorrusos y yihadistas
Ambos ej¨¦rcitos est¨¢n bien pertrechados y cuentan con apoyos exteriores
No siempre ayudan las diferencias. A veces la luz sale de las semejanzas. Son abismales las diferencias que hay entre el conflicto de Ucrania y el Estado Isl¨¢mico que los yihadistas han instalado a caballo de Siria e Irak. No vale la pena insistir en ellas y por eso es mejor ir a por las semejanzas.
Ambos conflictos se producen en un territorio difuso, que cuestiona fronteras reconocidas; uno en las regiones ucranias fronterizas con Rusia y el otro en una zona entre Irak y Siria, pero ambas en Estados vecinos de territorio OTAN, Polonia en el primer caso y Turqu¨ªa en el segundo.
Responden ambas guerras a la actividad de ej¨¦rcitos peque?os, formados por paramilitares entrenados y encuadrados, lejos de la figura del guerrillero o del terrorista individual. En Ucrania combaten entre 10.000 y 20.000 paramilitares, rusos en buena parte; mientras que en Irak y Siria son entre 50.000 y 70.000 yihadistas, musulmanes sun¨ªes de la regi¨®n pero tambi¨¦n reclutados en los suburbios de todo el mundo, desde Londres hasta Yakarta.
Ambos ej¨¦rcitos est¨¢n bien pertrechados y cuentan con apoyos exteriores, en armas, dinero y propaganda. Los rusos, de Rusia; y los yihadistas, de los pa¨ªses ¨¢rabes del Golfo. Los primeros m¨¢s en armas y log¨ªstica y los segundos m¨¢s en dinero y refugio. El calibre es similar en la propaganda antioccidental de sus medios de comunicaci¨®n oficiales u oficiosos y de alcance global, tanto rusos como ¨¢rabes.
Ambas desaf¨ªan a los europeos y a su capacidad para defenderse y acordar una pol¨ªtica exterior com¨²n
Ambos conflictos resquebrajan la arquitectura de la econom¨ªa global por un pilar tan esencial como la energ¨ªa. El gas ruso y el crudo ¨¢rabe son armas de chantaje, que ya vimos en acci¨®n en la crisis del petr¨®leo de 1973, cuando los pa¨ªses de la OPEP cortaron el suministro a los pa¨ªses que hab¨ªan apoyado a Israel en la guerra del Yom Kipur, y en los conflictos entre Mosc¨² y Kiev desde los a?os 90 hasta ahora. Ahora, adem¨¢s, utilizan la integraci¨®n de sus econom¨ªas con las occidentales como nueva arma. Los multimillonarios rusos y ¨¢rabes, con sus mansiones en Par¨ªs y Londres, sus acciones en compa?¨ªas americanas o sus patrocinios de clubes de f¨²tbol, son el emblema de la duplicidad que dificulta las sanciones y protege a los rebeldes rusos y a los yihadistas.
Ambas ondean tambi¨¦n banderas mitol¨®gicas. La Novorossia imperial e incluso la Rusia de Kiev medieval, los insurrectos prorrusos de Ucrania; y los primeros califatos, los yihadistas.
Pero la mayor de las semejanzas es la que afecta a la seguridad del continente europeo. Cabe discutir cu¨¢l de las dos guerras es m¨¢s peligrosa, pero no que ambas desaf¨ªan a los europeos y a su capacidad para defenderse y acordar una pol¨ªtica exterior com¨²n, lo que equivale a decir para existir colectivamente en tanto que Uni¨®n Europea como sujeto pol¨ªtico de la nueva escena internacional.
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