Dos pibes salvajes
Los argentinos Leonardo Sbaraglia y Ricardo Dar¨ªn son referentes de la interpretaci¨®n Su nueva pel¨ªcula ha causado revuelo en su tierra. Recorremos con ellos las aristas de un pa¨ªs extremo
La fot¨®grafa indica a Ricardo Dar¨ªn y a Leonardo Sbaraglia c¨®mo tienen que mirar a la c¨¢mara y mientras tanto Dar¨ªn le dice a Sbaraglia:
¨CChe, ?qu¨¦ les pasa a los gringos? Philip Seymour Hoffman, Robin Williams¡ Lo tienen todo. ?Qu¨¦ les pasa?
Un d¨ªa antes de que se celebrara esta entrevista muri¨® ahorcado el actor Robin Williams.
¨CCon la plata que ganan¡ ¨Ccontin¨²a Dar¨ªn sin dejar de mirar a la c¨¢mara¨C. Esta es la prueba evidente de que el dinero no da la felicidad.
¨CLa fama tampoco ¨Capostilla el periodista.
¨CEso por supuesto ¨Casume Dar¨ªn¨C, la fama nunca da la felicidad.
Y sin embargo estos dos actores, famosos en Argentina, respetados y queridos en Espa?a, parecen razonablemente felices. Se conocen desde hace varias d¨¦cadas. Sbaraglia canturrea un tango con una voz envidiable, educada con clases de canto desde los cinco a?os, y Dar¨ªn se le suma mientras posan. Alrededor de esa hora, en otro punto de Buenos Aires, un electricista de 38 a?os llora en una estaci¨®n de gasolina. Hasta hace poco era un padre de familia normal. Una empleada le pregunta qu¨¦ le pasa. Y entonces confiesa que fue ¨¦l quien mat¨® dos d¨ªas atr¨¢s, el domingo 8 de agosto, D¨ªa del Ni?o en Argentina, al pibe de 12 a?os del que todo el mundo habla. Lo mat¨® de un tiro en el ojo porque le hab¨ªa robado el tel¨¦fono m¨®vil a su hijo. Acaba de llamar a la polic¨ªa para entregarse.
La pel¨ªcula Relatos salvajes, en la que participan Ricardo Dar¨ªn y Leo Sbaraglia junto a un magn¨ªfico elenco de actores argentinos, relata seis puntos de no retorno, seis historias sin conexi¨®n entre ellas en las que a una persona aparentemente normal se le dispara algo at¨¢vico y se convierte en un salvaje. La han producido los hermanos Pedro y Agust¨ªn Almod¨®var junto al empresario argentino Hugo Sigman. En Argentina ya han catado su brutalidad m¨¢s de un mill¨®n de espectadores. En Espa?a se ver¨¢ por primera vez en el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n y llegar¨¢ a las salas el 17 de octubre. Dar¨ªn interpreta en ella a un experto en explosivos al que la gr¨²a le retira su coche justo en el momento m¨¢s inoportuno y de la forma m¨¢s implacable. En el caso de Sbaraglia, una discusi¨®n de tr¨¢fico se va acalorando hasta que¡
Si no fueramos tan mansos, no tendr¨ªamos en Argentina
30.000 desaparecidos", dice Dar¨ªn
Dec¨ªamos que los dos amigos parecen razonablemente felices. Dar¨ªn tiene 57 a?os, y Sbaraglia, 44. Dar¨ªn siempre estuvo yendo y viniendo de Espa?a y Sbaraglia trabaj¨® en la Pen¨ªnsula ocho a?os. Se conocen desde 1988 y saben aguantar el tipo cuando la fot¨®grafa les pide que posen casi roz¨¢ndose con la cara. ¡°Esto no podr¨ªa hacerlo con cualquiera¡±, dice uno de ellos. Y el otro repetir¨¢ lo mismo al final de la sesi¨®n.
Ambos se sienten a gusto con muchas de las medidas emprendidas por el Gobierno de Cristina Fern¨¢ndez. Por ejemplo, su apoyo a las Abuelas de Plaza de Mayo en la b¨²squeda de los nietos robados durante la dictadura (1976-1983). En casi 40 a?os de lucha, las abuelas consiguieron recuperar a 114. Pero aseguran que a¨²n quedan unos 400 adultos a los que hay que localizar y devolverles la identidad que les robaron.
Sbaraglia cuenta que la noticia de que hab¨ªa sido localizado el nieto de la presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, al cabo de 37 a?os de b¨²squeda, le lleg¨® en Montevideo de la mano de Chino Dar¨ªn, el hijo de Ricardo, con el que se encontraba rodando una serie. ¡°Estuve prendido frente a la tele tres horas llorando. Porque me parec¨ªa tan conmovedora la alegr¨ªa de ella¡¡±.
¡°La alegr¨ªa cautelosa¡±, precisa Dar¨ªn. ¡°Porque ella dec¨ªa: ¡®Yo obviamente quer¨ªa abrazar a mi nieto, pero al mismo tiempo pensaba que no, no debo hacerlo, debo respetar los tiempos¡±. El nieto, un m¨²sico de 36 a?os, que se crio junto a unos peones rurales en la provincia de Buenos Aires, creyendo siempre que ellos eran sus padres adoptivos, al ver que Estela de Carlotto se ven¨ªa a abrazarlo, le dijo: ¡°Despacito, despacito¡±. Y ella asumi¨® que ten¨ªa que ser as¨ª. ¡°Me hizo acordarme del libro El principito¡±, recuerda Dar¨ªn, ¡°por esa cosa de esperar, de dejar que el otro venga, de darle el tiempo que necesite. Eso habla de mucha inteligencia por parte de ella¡±.
Sbaraglia asegura que en los noventa, cuando gobernaba Carlos Menem, apenas aparecieron nietos. Dice que fue con la llegada de N¨¦stor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fern¨¢ndez cuando se empezaron a promover pol¨ªticas p¨²blicas para enderezar uno de los cap¨ªtulos m¨¢s infames de la historia argentina. ¡°En los ochenta y en los noventa las abuelas eran el monstruo¡±, comenta Sbaraglia, ¡°para muchos de los padres apropiadores de los nietos las abuelas eran esas locas que quer¨ªan sacar a sus hijos de la gente que los hab¨ªa criado. Pero Estela es una mina de una pieza, una mina que siempre ha sido, como dice Ricardo, tan hermosa, tan humana¡±.
Sbaraglia puede expresarse con acento espa?ol. No fue f¨¢cil para ¨¦l el aprendizaje, pero era la forma m¨¢s pr¨¢ctica de trabajar en pel¨ªculas espa?olas como espa?ol. ¡°Puse mucho entusiasmo y mucha energ¨ªa en mis primeros a?os en Espa?a en trabajar el habla. Hab¨ªa veces en que no quer¨ªa ni hablar con mi vieja para que no se me pegue el acento¡±. Se fue metiendo m¨¢s y m¨¢s en el pa¨ªs hasta que se dio cuenta de que estaba empezando a perder algo muy suyo. Y entonces rod¨® una pel¨ªcula, Concursante, en la que el director le pidi¨® que hablara muy r¨¢pido con su acento argentino, porque con el espa?ol se expresaba de forma muy lenta. Y as¨ª volvi¨® a encontrar eso tan suyo que parec¨ªa que se estaba perdiendo. ¡°Fue como un reencuentro con algo muy lindo. Cuando vos pod¨¦s integrar algo que vos ya entendiste de una cultura con la tuya y poner todo en juego, eso es lo m¨¢s¡¡±.
En la pel¨ªcula que acaban de rodar, al menos en las historias que ellos protagonizan, se hace muy palpable la violencia contenida que todos llevamos dentro. ¡°Sus g¨¦rmenes son dif¨ªciles de detectar¡±, explica Dar¨ªn. ¡°Muchas veces lo que visualizamos es la violencia en t¨¦rminos f¨ªsicos, incluso materiales. Pero nos cuesta mucho investigar d¨®nde fue que naci¨®, en qu¨¦ momento se deposit¨® para que se fuera desarrollando¡±.
El personaje de Sbaraglia le espeta a otro una frase que toca un nervio muy delicado dentro de la sociedad argentina:
¨C?Negro resentido!
La mayor¨ªa de los argentinos conocidos fuera del pa¨ªs ¨Cdesde Dar¨ªn y Sbaraglia hasta llegar al Papa, pasando por Borges, Messi y Barenboim y tantas celebridades¨C tienen rasgos europeos. Lo mismo ocurre con los actores, locutores, economistas, pol¨ªticos, consultores y periodistas que suelen salir en la tele argentina. Pero hay millones de argentinos de tez morena, cuyos ancestros nacieron en este continente y casi nunca asoman por la tele, ni siquiera como espectadores de esos que aplauden cuando lo indica el realizador. Evita Per¨®n les llamaba ¡°mis cabecitas negras¡±. Se les ve ah¨ª, atendiendo las cajas de los supermercados, en los andamios, repartiendo pizzas, conduciendo camiones, conversando en las esquinas de las villas miserias¡ Algunos llegaron de Bolivia, otros de Paraguay, muchos de Per¨². Y otros siempre estuvieron ah¨ª, en el suelo argentino.
Sbaraglia intent¨® cambiar la frase, porque le sonaba muy fuerte eso de ¡°negro¡±. Pero el director, Dami¨¢n Szifron ten¨ªa muy claro que la frase deb¨ªa permanecer ah¨ª. Por m¨¢s dura que resulte.
No vivimos en el
primer mundo. Somos
lo que somos, somos Latinoam¨¦rica",
seg¨²n Sbaraglia
¡°Para nosotros es muy doloroso reconocer que hay compatriotas que lo dicen a conciencia¡±, reconoce Dar¨ªn. La carretera a veces act¨²a como un veneno que saca a la intemperie esas expresiones ominosas enraizadas en el inconsciente m¨¢s vergonzoso de un pa¨ªs. ¡°En mi historia¡±, relata Sbaraglia, ¡°dos tipos empiezan a estar cebados en una realidad paralela que tiene que ver con el orgullo, con los machos, con la humillaci¨®n. Se les empieza a anestesiar la humanidad del otro y la propia humanidad. Y se empiezan a convertir en dos bestias¡±.
Cuando se habla de hacer el bestia, enseguida aparece el f¨²tbol en la conversaci¨®n. Ambos han vivido escenas en la cancha con agresiones verbales irreproducibles. ¡°Todo lo que rodea al f¨²tbol aqu¨ª¡±, a?ade Dar¨ªn, ¡°es una especie de rejilla donde caen los fluidos de todos los resentimientos y las peores miserias. En Espa?a es distinto. A m¨ª me toc¨® viajar en el metro un d¨ªa que jugaban el Real y el Atleti. ?ramos seis amigos argentinos. De pronto se abrieron las puertas, entramos en un vag¨®n y empezamos a registrar que estaba lleno de gente del Real ¨Cal Real Madrid en Argentina se le llama el Real¨C y del Atleti. Y no nos entraba un alfiler en el culo. Dijimos: ¡®?Mamma m¨ªa la que se armar¨¢ ac¨¢!¡¯. Y todo el mundo con sus bufanditas y nosequ¨¦ y no pas¨® nada. Y en la cancha, s¨ª, a lo mejor las hinchadas unos con otros¡ Pero luego todos tomando una ca?ita con una tapita¡ Para nosotros eso no existe, es otro planeta¡±.
El planeta del f¨²tbol argentino ha venido girando demasiado tiempo alrededor de Julio Grondona, fallecido el pasado julio, a los 82 a?os, tras permanecer los ¨²ltimos 35 al frente de la Asociaci¨®n de F¨²tbol Argentino (AFA). Grondona, con su c¨¦lebre anillo dorado donde ten¨ªa inscrita la frase ¡°Todo pasa¡±, vio c¨®mo desfilaban a trav¨¦s de los a?os presidentes de Gobierno, gobernadores, ministros, alcaldes, ¨ªdolos del f¨²tbol, magnates¡ Y ¨¦l siempre sigui¨® ah¨ª, aferrado al poder, negociando con todos. Era uno de los personajes m¨¢s vituperados en el pa¨ªs, un padrino que manej¨® la AFA como un cortijo, el hombre bajo cuyo paraguas se volvi¨® insufrible la violencia de los barrabravas. Por culpa de esa violencia, en Argentina est¨¢ prohibido desde hace un a?o el ingreso de hinchas visitantes en los estadios. Y por culpa de ella fallecieron en los ¨²ltimos 35 a?os m¨¢s de 150 aficionados en sucesos vincu?lados directamente con el f¨²tbol. Repetimos: m¨¢s de 150 muertos en 35 a?os. Pero el funeral de Grondona parec¨ªa el de un jefe de Estado. Acudieron desde Messi hasta la presidenta del Gobierno.
Dar¨ªn recuerda que el f¨²tbol no siempre fue violento en Argentina. ¡°La gente iba a los estadios con sus hijos, sus nietos, sus mujeres. Pod¨ªa haber rivalidades de canto, pero nunca a los niveles a los que se ha llegado hoy d¨ªa. Eso forma parte de c¨®mo se ha permitido que la gente se vuelva loca. Amparado por quienes tendr¨ªan que ponerle freno a eso¡±.
Volvamos a la pel¨ªcula. El personaje de Dar¨ªn, un experto en explosivos, ve c¨®mo su paciencia se agota ante la inflexibilidad e inoperancia de la burocracia municipal. Sin embargo, en Argentina, la gente parece tolerar mucho las ineficiencias de las Administraciones.
¡°Es que nosotros somos muy mansos¡±, explica Dar¨ªn. ¡°Si no fu¨¦ramos tan mansos, no tendr¨ªamos 30.000 desaparecidos durante la dictadura. Si cuando empezamos a contar desaparecidos, en el quinto o en el d¨¦cimo hubiese salido todo el mundo a la calle, no s¨¦ si hubiesen tenido el coraje de llegar a lo que llegaron: al terrorismo de Estado. Con esto no estoy haciendo un llamado a la rebeld¨ªa por violencia. Aunque a veces hay gente l¨²cida que organiza movimientos ciudadanos sin violencia para decir: ¡®Hey, ac¨¢ estamos¡¯. Como con el tema de las telefon¨ªas. Ac¨¢ nadie lo dice, pero nosotros tenemos una de las telefon¨ªas m¨¢s caras del mundo. ?Hay alguno que se haya atrevido a decir: ¡®?Y qu¨¦ pasa si ma?ana nadie usa el m¨®vil, a ver si esta gente se entera?¡±.
Para Dar¨ªn, el problema de los argentinos es que se creen geniales en cosas que no lo son y piensan que son p¨¦simos donde en realidad son bastante buenos. Dice que a la gente le da pudor hablar de su sensibilidad, su calidez y solidaridad. Recuerda que en las inundaciones que vive el pa¨ªs con demasiada frecuencia y donde a menudo suelen registrarse muertes y se quedan sin hogar cientos de familias, la gente m¨¢s humilde es la m¨¢s solidaria. ¡°Porque saben lo que significa no tener un su¨¦ter seco para abrigar a un ni?o¡±.
Sin embargo, lamenta que todav¨ªa se presuma en el pa¨ªs de cierto mito que tiene que ver con la ¡°viveza, la rapidez o la verborragia¡±. ¡°A m¨ª eso no me llena de orgullo ni de nada que se le parezca. No me gusta eso de creernos ?especiales por fulano o mengano¡±. Fulano o mengano pueden ser el Papa, Messi o hasta el propio Dar¨ªn. Pero, a veces, con tantas menciones a esos argentinos ilustres, y tantas medallas y ¡°cucardas¡±, como las llama ¨¦l¡ ¡°nos olvidamos de todos los menganos que hay ac¨¢, que son ninguneados y que nadie los atiende¡±.
A pesar de los pesares, los dos se muestran optimistas y confiados en que Argentina ir¨¢ saliendo de esa fase infantil. El que habla ahora es Sbaraglia, pero Dar¨ªn asiente: ¡°El argentino hoy d¨ªa est¨¢ parado en un lugar m¨¢s real que hace por lo menos 10 a?os. Hace 15 a?os hab¨ªa una etiqueta desde nuestro propio presidente [Carlos Menem] como si ¨¦l fuera el m¨¢s canchero [el m¨¢s genial] y vivi¨¦semos en el primer mundo. No, no vivimos en el primer mundo. Somos lo que somos, somos Latinoam¨¦rica. Y hay que empezar a hacerse con los recursos y a solidificar lo que uno tiene ac¨¢. Lo que pasa es que ese es un proceso largo¡±.
N¨®tese que los dos actores, como millones de argentinos, eluden pronunciar el apellido de Menem. En esta entrevista ni lo nombran. Y cuando Sbaraglia lo haga en un diario argentino, hablar¨¢ de M¨¦ndez en lugar de Menem. Cuando hay confianza, el argentino de turno al que se le escapa el apellido se pellizcar¨¢ un test¨ªculo o una teta para alejar la supuesta mala suerte. Y, sin embargo, ese expresidente del que casi todo el mundo reniega est¨¢ escapando de la c¨¢rcel gracias a la inmunidad parlamentaria que le ofrece su esca?o en el Senado, donde casi siempre vota a favor del partido oficialista. El Gobierno de Fern¨¢ndez no hizo nada por retirarle esa inmunidad.
Pero est¨¢bamos mirando hacia el futuro. Y dec¨ªamos que Dar¨ªn se muestra esperanzado. Conf¨ªa, sobre todo, en los j¨®venes. ¡°La represi¨®n que hubo durante la dictadura lo primero que atac¨® fue el impulso necesario, humano, juvenil, de rebeld¨ªa. Fueron necesarias d¨¦cadas para que la juventud se volviese a interesar en la pol¨ªtica, en su pa¨ªs, su barrio. La juventud ha vuelto a involucrarse. Hac¨ªa a?os que no se ve¨ªa eso. Y va m¨¢s all¨¢ de partidismos. Pero todav¨ªa hace falta m¨¢s. No nos olvidemos de que la democracia en Argentina es muy reciente. Estamos empezando a digerir, a dilucidar, a entender c¨®mo es que funciona. Porque que yo piense distinto a como piensas t¨² no significa que seas mi enemigo¡±.
Los periodistas m¨¢s cr¨ªticos con el Gobierno culpan a Cristina Fern¨¢ndez de haber creado una ¡°grieta¡± entre los argentinos, de haberlos dividido entre kirchneristas y antikirchneristas. Dar¨ªn, sin embargo, cree que ese tipo de dicotom¨ªas son inherentes a la historias del pa¨ªs, desde que se hablaba de federales y unitarios, civilizaci¨®n o barbarie, River o Boca. Sbaraglia precisa: ¡°Te quieren poner de un lado o del otro. Pero yo lo digo siempre: much¨ªsimas cosas de las que ha hecho este Gobierno yo las he apoyado antes de este Gobierno: medidas sociales, de derechos humanos¡¡±.
¨CNecesarias ¨Cprecisa Dar¨ªn.
El a?o pasado se arm¨® una buena pol¨¦mica en Argentina cuando un medio public¨® que Dar¨ªn dec¨ªa que no sab¨ªa c¨®mo la presidenta hab¨ªa logrado aumentar su patrimonio. La presidenta le contest¨® en una carta. Y Dar¨ªn dijo haberse sentido utilizado.
¨CS¨ª, porque yo hice una referencia al incremento patrimonial de todos los funcionarios p¨²blicos ¨Cas¨ª se denomina en Argentina a los altos cargos¨C, no solo de la familia presidencial. Y, sin embargo, les pareci¨® m¨¢s simp¨¢tico no poner todos los funcionarios p¨²blicos. Pero voy m¨¢s all¨¢. Yo no solo creo que deber¨ªamos saber esos datos, sino que la educaci¨®n y la salud p¨²blica se van a arreglar el d¨ªa en que los funcionarios est¨¦n obligados a atender a sus familias en la salud p¨²blica y a que sus hijos vayan a colegios p¨²blicos.
Sbaraglia tambi¨¦n lo cree as¨ª. Y ya que estamos, aprovecha para decir que muchas veces la mirada de Espa?a sobre Latinoam¨¦rica ha sido un poco injusta. Y que en buena parte la culpa corresponde a los medios de comunicaci¨®n. ¡°S¨ª¡±, a?ade Dar¨ªn, ¡°porque es dif¨ªcil encontrar medios que no tengan determinado alineamiento. Y que, por supuesto, respondan de una forma o de otra a su propia creencia, intereses¡¡±.
Enseguida sale el tema de la expropiaci¨®n del 51% de las acciones de Repsol en YPF. Los analistas m¨¢s cr¨ªticos con el Gobierno argentino creen que la jugada de la expropiaci¨®n de YPF le sali¨® bien cara a Cristina Fern¨¢ndez, ya que finalmente termin¨® pag¨¢ndole el equivalente a 5.000 millones de d¨®lares y encima vio c¨®mo muchos inversores extranjeros olvidaron el pa¨ªs durante los dos a?os que dur¨® el litigio. Pero Sbaraglia y Dar¨ªn no dudan de que fue un paso necesario. ¡°Creo que lo que no son¨® muy bien fue la forma¡±, dice Dar¨ªn, ¡°pero con el fondo es dif¨ªcil no estar de acuerdo¡±. Dar¨ªn explica que hubo medios que intentaron hacer creer que se trataba de una contienda entre Espa?a y Argentina, cuando ¡°solo se trataba de cuestiones empresariales¡±.
Sobre la expropiaci¨®n de Repsol, aventura Dar¨ªn, "Es dif¨ªcil no estar de acuerdo con el fondo"
¡°Afortunadamente¡±, a?ade Dar¨ªn, ¡°la relaci¨®n entre Espa?a y Argentina, que es subyacente, va por debajo del Atl¨¢ntico, no por arriba. Es mucho m¨¢s profunda y m¨¢s poderosa que cualquier intentona de ese tipo de cosas. Porque todos tenemos familiares de un lado y del otro. Sbaraglia recuerda c¨®mo en la crisis argentina de 2001 ¨¦l se encontraba en Espa?a y recibi¨® la solidaridad de mucha gente. ¡°Me dec¨ªan: ¡®Decile a tu vieja que venga, decile a tus hermanos, a tus primos, que vengan, que ac¨¢ hacemos lo que se pueda¡±. ¡°Y lo mismo ocurri¨® aqu¨ª cuando empez¨® a pintar la crisis espa?ola¡±, a?ade Dar¨ªn.
Pero Sbaraglia cree que esa buena sinton¨ªa entre ambos pa¨ªses no es ¨®bice para que Argentina y Latinoam¨¦rica hayan dado en los ¨²ltimos a?os pasos muy importantes para independizarse ¡°de la econom¨ªa internacional¡±. ¡°Eso es muy importante¡±, dice Sbaraglia, ¡°para que no nos jodan con la gasolina, con la telefon¨ªa¡ Porque los pa¨ªses subdesarrollados son los que pagan los privilegios de los pa¨ªses desarrollados¡±.
De Latinoam¨¦rica, la conversaci¨®n deriva hacia ?frica, de ah¨ª al tema de c¨®mo nos estamos transformando en seres inconmovibles, de nuevo a la pel¨ªcula. Y siempre al cine: en Argentina hay muy buenos actores, ?o eso es un mito?
¡°En todos lados los hay¡±, contesta Dar¨ªn. ¡°La actuaci¨®n es inherente a la condici¨®n humana. Todos en alg¨²n momento actuamos, lo sepamos o no. Forma parte de nuestra composici¨®n cromos¨®mica¡±. ¡°Cada cultura ve sus propias carencias¡±, a?ade Sbaraglia. ¡°Yo me acuerdo en Espa?a c¨®mo le daban a Javier Bardem antes de ganar el Oscar¡ Y yo creo que es un gigante. Y est¨¢n Luis Tosar o Eduard Fern¨¢ndez, que son actores extraordinarios¡±.
Van cerca de dos horas y media y ninguno de ellos dice ¡°che, ya est¨¢ bien¡±. Llegaron bromeando y se marchan igual. En el caso de Dar¨ªn, con su mochila al hombro, caminando por el barrio de Palermo hacia su casa. Se les nota a gusto con lo que hacen. Y tambi¨¦n con el pa¨ªs en el que viven.
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