¡°Las farmac¨¦uticas deber¨ªan ser tan castigadas como las tabacaleras¡±
Allen Frances es una de las voces m¨¢s cr¨ªticas contra las ¡°falsas epidemias¡±

Allen Frances olvida de vez en cuando d¨®nde ha aparcado el coche. Tambi¨¦n come de forma compulsiva en algunos c¨®cteles, es irascible en momentos concretos y sinti¨® una profunda pena al morir su esposa que le cost¨® superar. Todo esto puede parecer completamente normal, pero, a ojos de la psiquiatr¨ªa actual, no lo es. Frances est¨¢ enfermo y sus s¨ªntomas encajan con al menos cinco dolencias psiqui¨¢tricas que, probablemente, haya que tratar con alg¨²n f¨¢rmaco psiqui¨¢trico. Al igual que ¨¦l, millones de ni?os revoltosos, extravagantes, t¨ªmidos o simplemente m¨¢s j¨®venes que sus compa?eros de clase ser¨¢n diagnosticados con trastorno de d¨¦ficit de atenci¨®n, trastorno bipolar o autismo. Los ¨ªndices de esta ¨²ltima dolencia se han multiplicado por 40 en solo veinte a?os. En la actualidad ¡°hay al menos dos ni?os en cada clase que toman medicaci¨®n¡± y, en EEUU, uno de cada cinco adultos consume f¨¢rmacos psiqui¨¢tricos.
ALLEN FRANCES
Catedr¨¢tico em¨¦rito del departamento de Psiquiatr¨ªa y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Durham (EEUU). Presidi¨® el grupo de trabajo del DSM 4, el manual diagn¨®stico y estad¨ªstico de enfermedades mentales usado por millones de m¨¦dicos en todo el mundo.
La explicaci¨®n de esta epidemia no hay que buscarla en el cerebro de los pacientes sino en los despachos de las grandes compa?¨ªas farmac¨¦uticas y las consultas de los m¨¦dicos, seg¨²n alerta Frances en su libro ?Somos todos enfermos mentales? Manifiesto contra los abusos de la psiquiatr¨ªa (Planeta). Frances denuncia una enorme burbuja de ¡°falsas epidemias¡± de la que en parte ¨¦l es culpable. Durante m¨¢s de una d¨¦cada fue protagonista de la redacci¨®n del DSM 3 y el DSM 4, manuales considerados ¡°biblias¡± de la psiquiatr¨ªa. Ahora Frances denuncia el nuevo manual, el DSM 5, aprobado recientemente y que agravar¨¢ a¨²n m¨¢s las falsas epidemias actuales y crear¨¢ otras nuevas. En esta conversaci¨®n con Materia, Frances asegura que se puede frenar esta situaci¨®n y que hay ejemplos hist¨®ricos que lo demuestran.
Pregunta. ?Qu¨¦ abusos est¨¢ cometiendo la medicina actual en el campo de las enfermedades mentales?
Respuesta. En EEUU, solo un tercio de las personas con depresi¨®n severa va al psiquiatra. Tenemos un mill¨®n de enfermos psiqui¨¢tricos en las c¨¢rceles. Muchos de sus cr¨ªmenes podr¨ªan haberse evitado f¨¢cilmente con un mejor tratamiento y hogares para ellos dentro de nuestras comunidades. Espa?a puede ser otro ejemplo. El pa¨ªs tiene un alto paro, es dif¨ªcil para la gente encontrar un trabajo, tienen incertidumbre sobre su futuro. Con estos problemas solo un n¨²mero muy peque?o desarrollar¨¢ depresi¨®n cl¨ªnica. Pero un gran porcentaje de la poblaci¨®n tendr¨¢ tristeza y ansiedad. Me gustar¨ªa que los primeros tuvieran el tratamiento que necesitan pero me preocupar¨ªa si la soluci¨®n para el segundo grupo es una pastilla que no les ayudar¨¢ y adem¨¢s les acarrerar¨¢ efectos secundarios.
P. ?Cree que esta situaci¨®n se ha propiciado de forma intencionada desde la industria farmac¨¦utica?
El cerebro humano es el objeto m¨¢s complejo del universo conocido¡±
Las empresas farmac¨¦uticas se preocupan principalmente de los beneficios, los dividendos, los accionistas y los sueldos de sus ejecutivos. Venden un producto. No deber¨ªamos esperar que les importasen los pacientes. Tenemos que entender esto y sospechar de sus intenciones. Cuanto m¨¢s puedan vender enfermedades, m¨¢s beneficios tendr¨¢n. Por eso tenemos que ser esc¨¦pticos, pero no enfadarnos con ellas. EEUU es, junto con Nueva Zelanda, el ¨²nico pa¨ªs donde los f¨¢rmacos se pueden anunciar de forma directa al p¨²blico. En la profesi¨®n m¨¦dica hay gente que es corrupta y vendida a la industria, yo conozco algunos, pero en la mayor parte, el problema es que se les ha lavado el cerebro y adem¨¢s no tienen el tiempo suficiente para tratar al paciente.
R. ?Por qu¨¦?
Hip¨®crates dijo ¡°lo primero es no hacer da?o¡±. Y lo segundo, que es mejor que el m¨¦dico conozca a la persona que tiene la enfermedad que la enfermedad que tiene la persona. En esta situaci¨®n la forma de que los pacientes se vayan de la consulta felices es darles una muestra gratuita de un f¨¢rmaco o una receta. Debemos tratar mucho mejor a la gente que est¨¢ realmente enferma, pero tambi¨¦n saber que la mayor¨ªa de la gente que va al m¨¦dico porque atraviesan el peor momento de sus vidas, si no haces nada, se van a mejorar. Con placebo, el 50% o m¨¢s mejorar¨¢ en poco tiempo. La mayor¨ªa de la gente que toma la pastilla van a mejorar, pero no por el medicamento, sino por el efecto placebo. Una vez hayan mejorado, no sabr¨¢n la diferencia y puede que sigan tomando el f¨¢rmaco durante mucho m¨¢s tiempo cuando ni siquiera lo necesitan.
P. ?Cu¨¢ntos beneficios ha dado la investigaci¨®n en este campo?
R. Ha habido una explosi¨®n en nuestro conocimiento en la neurociencia y la gen¨¦tica del desarrollo humano. 40 a?os de avances cient¨ªficos incre¨ªbles. Pero esos hallazgos, por ahora, no han servido para ayudar a ni un solo paciente. La traslaci¨®n desde la ciencia b¨¢sica a la pr¨¢ctica cl¨ªnica es un problema terrible en toda la medicina. En psiquiatr¨ªa es especialmente terrible porque el cerebro es el objeto m¨¢s complejo del universo conocido. 100.000 millones de c¨¦lulas, 1.000 conexiones neuronales por cada c¨¦lula¡ es complicad¨ªsimo. No tenemos la habilidad para entender c¨®mo el mal funcionamiento del cerebro se traduce en un comportamiento determinado. Lo que s¨ª ha sucedido es que, debido al tremendo entusiasmo que ha habido en la ciencia biol¨®gica b¨¢sica ha habido una tendencia a acercarse a los problemas mentales como si solo fueran biol¨®gicos y a pensar que la soluci¨®n solo vendr¨¢ desde ese campo. Mi opini¨®n es que eso tardar¨¢ muchas, muchas d¨¦cadas en entender cada dolencia. No podemos dejar que el futuro nos haga olvidar nuestras responsabilidades presentes, que son tratar a los pacientes que tenemos con las mejores herramientas de que disponemos y sin cegarnos pensando que todo es biolog¨ªa. Los psiquiatras deber¨ªan ser m¨¢s cautos a la hora de recetar f¨¢rmacos.
En EEUU, solo un tercio de las personas con depresi¨®n severa va al psiquiatra¡±
P. ?Qu¨¦ impacto en la salud p¨²blica puede tener la sobremedicaci¨®n?
R. No es un problema solo de la psiquiatr¨ªa. Tenemos un enorme problema de sobretratamiento de diabetes, hipertensi¨®n, osteorporosis¡Los f¨¢rmacos tienen importantes efectos secundarios, en especial los antipsic¨®ticos. Causan obesidad, m¨¢s riesgo de diabetes y dolencias coronarias, reducen la esperanza de vida¡ Es como en Un mundo feliz, donde toda la poblaci¨®n, todos los d¨ªas, se toma una pastilla, el soma. Les hace consumir como locos y tener sexo como locos y les ayuda a pasar el d¨ªa. En EEUU si sumas la gente que toma estos f¨¢rmacos con los que toman alg¨²n tipo de droga, englobas a un tercio de toda la poblaci¨®n. Dicho esto, es importante no retirar la medicaci¨®n de golpe, pues esto puede causar efectos peores que los iniciales. La retirada debe ser lenta y con la supervisi¨®n de un m¨¦dico.
P. ?Qu¨¦ deben hacer los padres a cuyos hijos les diagnostican una de las enfermedades de las que habla en su libro?
R. Yo intentar¨ªa darle tiempo a ver c¨®mo evoluciona. Intentar otros m¨¦todos como la psicoterapia, cambiar su situaci¨®n educativa, sus circunstancias familiares. Solo eso puede hacer que sea innecesario diagnosticarle una enfermedad. Para las enfermedades m¨¢s serias es importante diagnosticar cuanto antes, pero para la mayor¨ªa de cosas que ahora mismo se est¨¢n tratando, la observaci¨®n y preocupaci¨®n por el contexto vital y social mejorar¨¢n mucho m¨¢s la vida del chaval.
P. ?C¨®mo se soluciona este problema?
Ha habido una generaci¨®n entera de m¨¦dicos que han sido mal orientados y educados por la industria farmac¨¦utica. Debemos reeducarles. En Australia, por ejemplo, hay una agencia gubernamental que env¨ªa agentes a los m¨¦dicos, comerciales como los de las empresas pero que van a instruirles sobre la medicina basada en la evidencia, para contrarrestar la educaci¨®n que han recibido de la industria. Pero si hay una cosa que mejorar¨ªa la vida del paciente ser¨ªa controlar a las empresas farmac¨¦uticas y su marketing enga?oso.
P. ?C¨®mo hacerlo?
R. Ya pas¨® con la industria del tabaco, deber¨ªa pasar lo mismo con las farmac¨¦uticas. Esta industria controlaba el mundo. El 65% de la poblaci¨®n fumaba. Dominaban a pol¨ªticos, la publicidad, parec¨ªan un Goliat invencible. Pero un peque?o grupo de personas educ¨® a la gente. Y el ¨ªndice de fumadores ha bajado hasta ser el 20%. Posiblemente una campa?a para reducir el sobrediagn¨®stico tenga el mismo efecto. Tengo esperanza de que el varapalo para las grandes farmac¨¦uticas sea igual que el de las grandes tabaqueras. Ahora hay m¨¢s muertos debidos a los productos de las compa?¨ªas farmac¨¦uticas que a los c¨¢rteles de la droga. Muchas m¨¢s sobredosis por narc¨®ticos de prescripci¨®n m¨¦dica y f¨¢rmacos contra la ansiedad que por coca¨ªna o hero¨ªna. Situaciones como estas no pueden continuar. Mi esperanza es que David venza a Goliat.
P. ?Hay algo bueno que hayan hecho las grandes farmac¨¦uticas?
¡°Las grandes empresas farmac¨¦uticas han hecho muy poco por los pacientes¡±
R. Realmente no. Han actuado con ego¨ªsmo y han hecho muy poco por los pacientes. Los nuevos f¨¢rmacos que han introducido no son m¨¢s efectivos que los que ya hab¨ªa y adem¨¢s tienen efectos secundarios diferentes, pero a¨²n problem¨¢ticos. La mayor parte de la investigaci¨®n de la industria se dedica a los f¨¢rmacos me-too [el mismo medicamento con una modificaci¨®n m¨ªnima] que permite ampliar la vida de las patentes. Y adem¨¢s se gasta el doble en marketing e influencia pol¨ªtica que en investigaci¨®n Es una hoja de servicios penosa.
P. Usted alerta del futuro de la medicalizaci¨®n de la demencia
R. La comercializaci¨®n de este campo ya est¨¢ comenzando. Se dice que la gente debe hacerse esc¨¢neres cerebrales a partir de cierta edad, hacer ejercicios mentales que est¨¢n patentados, medicaci¨®n para prevenir el alzh¨¦imer. Pero hay que recordar que no tenemos tratamiento bueno para la demencia ni la predemencia, nada que parezca prometedor en el futuro. Sobre esos juegos de ejercicio mental que venden, hay que saber que puedes obtener el mismo beneficio leyendo el peri¨®dico o haciendo cosas por ti mismo y que probablemente la mejor manera de prevenir la demencia es hacer ejercicio. Enviar m¨¢s sangre al cerebro es m¨¢s importante que hacer crucigramas. No deber¨ªamos medicalizar el envejecimiento. Tenemos gente muy enferma en el mundo que necesita tratamiento. Cuid¨¦mosles a ellos y no creemos nuevas enfermedades y malgastemos dinero en ellas.
Allen Frances, 'Padre' del manual de diagn¨®stico en psiquiatr¨ªa m¨¢s usado
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