Asalto al armario de mam¨¢

Alba Galocha est¨¢ encantada con el normcore. As¨ª se le denomina a la tendencia con pretensiones de no ser tendencia. Su m¨¢xima es el vestir c¨®modo. ¡°?Mira qu¨¦ gusto! Vuelven los noventa, la d¨¦cada de los b¨¢sicos, de Calvin Klein, los vaqueros, Kate Moss y las sneakers blancas¡±, enumera satisfecha esta modelo, que se ha mudado a Par¨ªs en busca del salto internacional.

¡°Mi estilo lo marcan los b¨¢sicos porque son prendas f¨¢ciles. Me gusta la comodidad, llevo muchas veces ropa de hombre, camisetas blancas, pantalones negros¡­ no soy de muchas extravagancias. Adoro los noventa¡±.

M¨¢s all¨¢ del estilo, hay mujeres fieles a una d¨¦cada o una silueta. Por razones pr¨¢cticas, sentimentales o est¨¦ticas. El asunto es que el mercado va y viene, pero ellas, que suelen jugar con la moda con desparpajo y no tendr¨ªan mucho problema en incorporar uno u otro capricho a su armario, siguen reinterpretando una y mil veces el esp¨ªritu de los a?os pasados.

Brianda Fitz James Stuart tiene la suerte de contar con una madre que en su d¨ªa fue creadora de tendencias. Mar¨ªa Eugenia Fern¨¢ndez de Castro es una apasionada de la moda vintage. As¨ª que ahora su hija dispone de un tesoro muy bien conservado en su armario que de vez en cuando se permite explorar: ¡°?Encuentro verdaderas joyas! Mi madre siempre ha tenido una personalidad muy fuerte y era atrevida en el vestir. De los a?os sesenta he podido recuperar poco porque entonces era m¨¢s delgada que yo, pero todo lo que tengo de los ochenta me lo he llevado. Le limpi¨¦ el armario. Recuerdo que cuando vi un vestido del primer desfile de Sybilla [celebrado en 1985 en el Sal¨®n Gaud¨ª de Barcelona] le dije: ¡®Mam¨¢, me lo llevo¡±.

Brianda reconoce que le gusta ¡°mirar atr¨¢s¡±. Su trabajo de dise?adora le permite mezclar y rescatar. Dos verbos que, seg¨²n sus palabras, describen la relaci¨®n que mantiene con la moda. En la empresa textil que ha montado con unas amigas, Planet Palmer, se encarga de los estampados, una labor que le permite viajar de unas d¨¦cadas a otras sin aparente orden ni concierto. ¡°Me encantan los dibujos de todas las d¨¦cadas. De repente me da por los gr¨¢ficos de los noventa, pero tambi¨¦n me he hartado de llevar las flores de los ochenta. La verdad es que los estampados te condicionan y te cansan m¨¢s r¨¢pido. Hay que dejarlos respirar¡±.

La cantante Vinila von Bismark es m¨¢s exigente. Le gustan las piezas con pedigr¨ª. A la sesi¨®n de fotos se ha tra¨ªdo una falda con historia. La compr¨® en Governors Island, una de las islas de Nueva York. All¨ª tiene lugar dos veces al a?o The Jazz Age Lawn Party, una fiesta vintage que celebra el esplendor del jazz de los a?os veinte y treinta. All¨ª encontr¨® una tienda regentada por una se?ora que conoc¨ªa el origen de todo lo que vend¨ªa. ¡°Suele ser dif¨ªcil establecer la procedencia exacta de cada pieza, pero ella hab¨ªa investigado¡±. Vinila se llev¨® una falda color coral que perteneci¨® a Betty Grable. ¡°Saber que tengo eso en casa tiene mucho valor¡±. Se entiende entonces que Vinila tenga en su piso algo que ella clasifica como ¡°habitaci¨®n armario¡±. ¡°Est¨¢ llena de burros repletos de ropa. He enfundado muchas prendas para conservarlas mejor. Todo el mobiliario de la habitaci¨®n es antiguo¡±. Tambi¨¦n tiene una colecci¨®n de vestidos de pedrer¨ªa que ha ido completando en sus viajes a Par¨ªs y Nueva York. ¡°Me gusta establecerme en la d¨¦cada de los cincuenta, creo que es la silueta que mejor me sienta, me gusta llevar la cintura ce?ida porque si de algo estoy orgullosa es de mi talle¡±. De toda la moda que se llev¨® en los cincuenta, Vinila prefiere la falda tubo a la de vuelo y adora los sombreros, turbantes y cuanto accesorio adornara las cabezas de aquellas damas. ¡°Prefiero a Marlene Dietrich antes que a Marilyn Monroe. Ser¨¢ porque era m¨¢s masculina y llevaba vestidos de pedrer¨ªa¡±.

Aunque podr¨ªa encajar como un guante en la d¨¦cada de los setenta, la actriz Macarena G¨®mez se ve ¡°bastante ecl¨¦ctica¡±. ¡°No soy de un estilo muy definido y tengo m¨¢s claro lo que no me gusta¡±. Se siente c¨®moda con el vestido blanco, recto y sin curvas con el que posa para este reportaje, y lamenta que los dise?adores cada vez exploten menos la figura femenina. ¡°Creo que la ¨²ltima vez que la moda ensalz¨® las curvas fue en los a?os cincuenta¡±.

A Macarena siempre le ha gustado vestirse con prendas del pasado. Incluso cuando nadie lo apreciaba ni lo llamaba vintage. ¡°Hace a?os sal¨ªa con un vestido de los setenta de Victorio & Lucchino que hab¨ªa sido de mi madre, y todo el mundo me criticaba. Dec¨ªan por lo bajo: ¡®?Pero qu¨¦ valor!¡¯. Yo me lo pon¨ªa porque me gustaba. Tambi¨¦n pasa que soy muy sentimental y llevar una prenda suya me llena de orgullo¡±. Del armario de su progenitora (¡°rebuscar en sus cajones es una fuente de inspiraci¨®n¡±, dice) tambi¨¦n rescat¨® un vestido setentero que trae a la sesi¨®n. ¡°Me sienta bien y le tengo un cari?o especial. Creo que me favorece mucho¡±, declara. ¡°Tambi¨¦n me he vestido con estampado animal cuando nadie lo llevaba¡±.

Cuando se viste una prenda de otra ¨¦poca, el peso de los a?os obliga a defenderla con cierta actitud. Tampoco hay que ir d¨¢ndole la clase de historia a todo el que se te cruce en el camino ¨Ca las piezas antiguas es mejor dejarlas hablar por s¨ª mismas, pero s¨ª son prendas que requieren porte y un determinado arrojo. ¡°Hay que tener elegancia y estilo¡±, dice Macarena. Se lo piensa mejor y a?ade: ¡°Aunque, claro, a saber qu¨¦ es exactamente una cosa y la otra¡±.